Luarys Fernández Rodríguez. (La Habana).
Licenciada en Historia por la Universidad de La Habana. Trabaja en el Instituto de Historia de Cuba.
Los géneros que más ha desarrollado han sido la poesía y el ensayo.
Como investigadora ha participado en varios eventos científicos relacionados con la historia cultural, específicamente acerca del teatro y la dramaturgia en Cuba.
Estudia actualmente en el Laboratorio de Escrituras «Encrucijada» de la escritora Elaine Vilar Madruga, donde obtuvo el premio de poesía, avalado por un jurado compuesto por poetas cubanos y foráneos.
Asimismo, ha publicado poemas en revistas digitales, como “La jeringa”, y pódcasts de España y América Latina.
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SELECCIÓN DE POEMAS
Entierro a mi padre
No fue esa mi suerte
De suspiros y nudo en la garganta.
¿Complejo de Electra?
A esa edad, leía a Ana Frank
Porque somos del mismo signo.
Elefantes dentro de los armarios,
Y fuera de los armarios.
Vigilantes a tu paso
¿No vienes padre a ver tu foto?
Invisibles en el cajón del fondo
El asco convertido en sudor de poca mañana.
¿Puedes reírte ahora?
Siempre conservamos el cenicero
Y dos o tres carticas de amor en el closet.
Una vez tocamos la guitarra en el portal,
¿Puedes mirarme ahora?
¿Puedes hablar ahora?
¿Puedes llorar ahora?
¿Puedes?
Elegía vedada
“Definitiva como un mármol entristecerá tu ausencia otras tardes”
Jorge Luis Borges.
Es solo ahí,
Donde olvido,
El lugar de la soledad, trémula…
-Sintonizando-
Por si el fuego consume antes.
¿Por qué la tierra se desgarra conteniendo que la sangre escape entre estos dedos rotos?
Perdura la nostalgia
En el puñal de acero
Ella estaba dormida
Sin embargo
Las flores
Los olores,
El tacto
La semilla
Eran su risa y sus pestañas frías… quizás
El sueño no era más que el techo de derrumbe sin el árbol que crece por impulso.
¿Y la fuerza?
En la mesa se escucha el golpetazo de la gente de al lado… un acordeón…
¡No! es esto… perdona la palabra.
¡Ay! María entre tus muslos.
Desaparece la temible sangre.
Del futuro ni acercas un poco la mirada.
¡No! Dijo el viento afilado que pasa por el cristal en trizas del espejo.
Cada vez, las paredes se vuelven más pequeñas
Para echar la sustancia de la suerte.
Nos depara cenizas
Para qué abrir las puertas
Si las paredes perecen
En la soledad del descenso
¿Qué pasará si el Buda en la mochila
nos depara cenizas?
Vamos a huir
desnudos a la misma puerta
A la misma hora
-esta vez en invierno-
Permanecen las piedras
Amarradas a los peces,
Y la sangre de serpiente
junto con la mía.
Faz de silencio
Que se repite
Una y otra vez
Una y otra vez
Una y otra vez
Más que el silencio detrás
De la montaña.
Hechizo de siete puntas
Unto la miel de las abejas.
-Los cuerpos mutilados-
Era el año cincuenta del siglo “nomeimporta”.
Pero el cuerpo se rompe de sí mismo,
y las almas,
y las fieras flores.
Tomo un tallo,
y vierto el festival en la amargura. Una taza.
D i s p a r o,
S i r v o,
resuenan los tambores del centro de La Habana.
(Poemas donde existen los viajes en el tiempo.)
Servido queda
al rojo y blanco,
el beso resonante
del amarillo bruja, amarillo escoba, y amarilla agonía.
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SONETOS
Edipo Rey
El que ve por los ojos del Edipo
errante y persistente en su existencia
es el hijo del caos. La presencia
que soberbia deshace el arquetipo.
¿Cuántos astros fatales del equipo
son necesarios a la omnipotencia?
¿La hipótesis, raíz de la demencia,
será la flor del verbo que anticipo?
Entonces la utopía agonizante
ante el crudo matiz de la censura,
duerme. La máscara del ignorante
encierro, eternizable a la amargura.
¿Qué oráculo dirá que el habitante
es el dueño ancestral de su ventura?
El caminante sobre el mar de nubes
Algún presagio antiguo mencionaba:
“El hombre ha de sufrir según su sombra”
¿Quizás el Dios existe en quien lo nombra
O tal vez con silencios se socava?
Disímiles historias recorría
Errando, una vez más por sus laderas
De cristal, pero el ruido de la espera
No le dejó sumirse en la grafía
Y observó más allá de los confines
Que el caos perdura lejos de la forma
Aunque en su voluntad no se decline
Muestra la piel rasgada de la horma.
El hombre inmóvil, por el mar camine,
Evocando, que en nubes se transforma.
Un comentario
Muchas gracias por publicar mis poemas!! eternamente agradecida con que una revista de tanta historia en sus letras también haya tenido mi nombre, insignificante al lado de tantos otros. ❤❤