¡El que quiera subir, que compre escaleras!
Hoy que priva, que inquieta hondamente la “cartelomanía” y que todo aquel que “hace algo” … hace todo lo humanamente posible porque se le den “bombos” estridentes, resulta raro encontrar a un tipo que aún siendo autor de “algo”, enmudezca, se abisme en la nada del anonimato, y se preocupe bien poco de su “hecho”.