Foto./ onlinetours.es
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Trinidad, de todos

A 510 años de su fundación, una ciudad colonial abre puertas al visitante y afianza el sano orgullo de sus habitantes


Trinidad no es de sí misma, ni de sus habitantes, ni de la provincia de Sancti Spíritus. Es de Cuba e incluso más: del mundo.

Muy bien lo saben las autoridades políticas y gubernamentales del territorio. Tampoco lo dudan quienes, por oficio, beben de ella -o le inyectan- cultura, patrimonio e historia. Lo siente cada trinitario desde que nace hasta que aparentemente deja de existir, porque pareciera que la gente se niega a morir, del mismo modo que la ciudad, sus calles de piedra o adoquines, los tejados de barro, los ventanales con olor a remotos tiempos, la artesanía, la brisa y todo el sedimento colonial.

Y la hacen visualmente suya, o cargan hacia el exterior con ella en brazos (convertida en fotos, videos, afiches, souvenirs…), miles de visitantes que llegan en busca de uno de los complejos arquitectónicos más hermosos y mejor conservados de América.

Por ello, si una sensación transpira el programa concebido por Trinidad para festejar sus 510 años de fundada como Villa (tercera en orden cronológico) es, indiscutiblemente, vida.

El empeño mayor -desafiando todo lo material y financieramente adverso de la actual coyuntura- es preservar e incluso enriquecer aún más lo que atesora la villa, en tradición, patrimonio y cultura, tal y como aseguró recientemente Tania Gutiérrez, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular.

Así, el abarcador programa de estos días no excluye nada, al concebir desde momentos tan aparentemente locales o sencillos como el espacio denominado Hablemos de historia (para que niños de la comunidad costera de La Boca muestren conocimientos mediante amenos juegos de participación), hasta coloquios como el fijado para el Museo Nacional de Lucha contra Bandidos, con nuevas investigaciones acerca de la cultura del territorio, exposiciones a cargo de artesanos y pintores, concursos de tradiciones y de plantas ornamentales, presentación de libros, recorrido patrimonial…

De lujo deben ser las galas de apertura (sábado 13, a las 10:00 de la noche, Plaza 500), clausura (viernes 19), la sesión solemne de la Asamblea Municipal del Gobierno (domingo 14) y el bailable con que debe cerrar cortinas la Orquesta Aragón, el día 20.

Por estos días Trinidad baila, disfruta, celebra, se abre más a su propia gente y al mundo./ Tomada de Escambray.

Trinitarios, espirituanos, cubanos y visitantes extranjeros, tendrán, además, oportunidad de “chocar” con la música tradicional en espacios como A son abierto (Parque San Francisco), de donde seguramente muchos saldrán con deseos, de proseguir, Danzoneando, el domingo por la tarde, en la Casa de la Cultura Municipal, jornada que por demás abrirá puertas a todo el que desee bailar con las orquestas Sonora Real y Las Cuevas.

Entretanto, prosiguen labores de bacheo, supresión de salideros, higienización de calles, alumbrado público, embellecimiento, reanimación de vías de acceso a la ciudad y servicios, a contrapelo de las actuales limitaciones materiales y financieras.

Estas jornadas posibilitarán festejar también el aniversario 35 de la declaración de Trinidad como Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto al Valle de los Ingenios.

Acerca de los 510 años de la legendaria villa, Bohemia seguirá ofreciendo información para conocimiento de sus lectores.

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