Estados Unidos tiene, una vez más, sus dos opciones principales rumbo al 2024
A más de un año de las próximas elecciones en Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden confronta huelgas de costa a costa por compensaciones justas. Es un momento sin precedentes en la historia obrera, con paros que incluyen desde maquinistas hasta estrellas de cine.
Más de 170 mil profesionales de los medios y escritores exigen una remuneración a la Alianza de Productores de Cine y Televisión y, por otro lado, trabajadores representados por el United Auto Workers (UAW) piden mejores condiciones laborales para los tres grandes fabricantes de automóviles (Ford, General Motors y Stellantis).
Según encuestas de Gallup, el apoyo público a los sindicatos está en su nivel más alto en casi 60 años. Mientras, una constelación de organizaciones conservadoras está preparando activamente un eventual retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, reclutando a miles de personas para dirigirlos a Washington en una misión por desmantelar el Gobierno federal.
Abastecido por los funcionarios de anteriores administraciones, el esfuerzo de largo alcance es una especie de autoridad en las sombras a la espera del retorno del empresario o de algún candidato afín a sus ideas.
Trump es aspirante a la nominación por el Partido Republicano, que tiene muchas divisiones internas y carga a cuesta el resultado de los comicios de medio término, el cual no fue como lo esperaban. El magnate, elegido presidente en noviembre de 2016, supo desde ese entonces que quienes tienen el mando usan todos los medios a su disposición para conservarlo.
A fines de agosto publicó en la plataforma X (antes Twitter) por primera vez desde enero de 2021 -cuando fue suspendido por glorificar la violencia tras el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio- una foto suya detenido tras su entrega en Georgia por más de una docena de cargos derivados de sus esfuerzos por revertir los resultados de las votaciones de 2020 en ese país.
Lo mismo ya hizo en su anterior campaña cuando estimuló el racismo, el sexismo, el tribalismo, la xenofobia y todo tipo de temas tóxicos y negativos. Su oponente, Hillary Clinton, recibió coberturas más favorables de la gran prensa tradicional e, incluso, su campaña invirtió más dinero (768 millones) que su rival (398 millones). Sin embargo, como lo demostró la firma de análisis de datos de los medios MediaQuant, la campaña de Trump recibió 5,9 mil millones de dólares en atención gratis por estos mismos medios. Parecía dar continuidad a la patética estrategia del ministro de Propaganda Nazi, Joseph Goebbels, quien expresó: “Toda obra debe reconducir la agresión especificando los objetivos del odio”.
Un comentario
Ganará Trump, los EEUU han perdido hegemonía con los gobiernos demócratas. En cuanto al bloqueo, da lo mismo. No terminará mientras los EEUU sean la primera potencia militar del orbe y me temo que lo serán, a lo menos por el presente siglo.