El conflicto en Europa se prolonga y amenaza con abrir nuevos frentes para debilitar a Rusia y extender las fronteras de la OTAN
En las orillas del río Dniéster, en Europa Oriental, existe un país no reconocido por ningún otro Estado u organismo multilateral que se ha convertido en noticia tras ser obviado por el mundo durante más de tres décadas. Es apenas una franja de poco más de tres mil kilómetros dentro de la actual Moldavia, pero cuenta con su propia moneda, estructuras de gobierno y una bandera, la única que conserva la hoz y el martillo que otrora se encontraban en el pabellón de la extinta Unión Soviética. Se le ha conocido por distintos nombres: Besarabia, Transnistria, República Moldava del Dniéster y, más recientemente, como República Moldava Pridnestrovia. Su gente, el 60 por ciento de ella de origen ruso, ha enfrentado muchas vicisitudes por su deseo de independizarse de Moldavia y con el conflicto entre Rusia y Ucrania tiene ahora encima la amenaza de la guerra.
Medios de comunicación y altos dirigentes rusos, ucranianos y moldavos han señalado que Transnistria pudiera convertirse en un nuevo frente de guerra, mientras se acusan mutuamente de intentar provocaciones de bandera falsa para justificar una intervención militar. El ministro transnistrio de Exteriores, Vitali Ignatiev, pidió a Ucrania y Moldavia que adopten decisiones equilibradas para impedir que las tensiones sigan aumentando, a medida que se incrementa el lenguaje antirruso, y se acumulan tropas y municiones en la frontera común. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Moscú advirtió a Estados Unidos, a la OTAN y a sus pupilos ucranianos que no den otro paso aventurero, porque cualquier acción que amenace a las Fuerzas de Paz rusas en Transnistria se considerará un ataque a Rusia.
Un golpe de efecto
De acuerdo con expertos, el ascenso geopolítico de Transnistria en medio del conflicto europeo, cuando transcurre ya el segundo año de este, se relaciona con estrategias concebidas de antemano por Occidente, que plantean debilitar al ejército ruso con varios frentes de guerra. Un artículo reproducido en el sitio digital Rebelión sostiene que desde 2019 la RAND Corporation presentó al Congreso de Estados Unidos un plan para debilitar a Rusia obligándola a intervenir militarmente fuera de sus fronteras. Ese plan preveía la posibilidad de imponer a Moscú una guerra en Ucrania y otra en Transnistria.
Más allá de las conspiraciones geopolíticas, la apertura de un posible segundo frente en Transnistria trae consigo beneficios para Kiev. Zelensky y Biden se favorecerían con una noticia de impacto que justificaría la entrega de más fondos. El ejército ucraniano, que tiene graves problemas con el abastecimiento de municiones, ansía acceder a Kolsbana, localidad transnistria ubicada a unos dos kilómetros de la frontera con Ucrania, conocida por albergar el mayor arsenal de la Guerra Fría: un depósito con unas 20 mil toneladas de armas y municiones. Desde el punto de vista táctico, el apoyo ruso a Transnistria representa un problema militar muy complejo para sus tropas aerotransportadas, que tendrían que sortear a la 101 división aerotransportada estadounidense, estacionada en Rumanía.
Aunque una serie de atentados desde al pasado año apuntan en ese sentido, en los últimos meses parece más evidente el peligro de la apertura de un nuevo frente asociado al conflicto en Ucrania. Ha comenzado una campaña de comunicación en Occidente con el relato de que Rusia plantea invadir a Moldavia. Maia Sandu, elegida presidenta de ese país en 2022, sobre la base de la inteligencia ucraniana acusó a Moscú de intentar infiltrar unidades para desestabilizar el país y generar un nuevo Maidan en Moldavia con el objetivo de derrocar el orden constitucional para detener el proceso de integración europea. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, anunció el 20 de febrero de este año la disposición de su país a ayudar al gobierno de Chisinau con Transnistria y denunció supuestos planes de Moscú para derrocar el actual gobierno moldavo e invadir la región. El ministerio de Defensa de Rusia denunció una importante acumulación de personal y equipo militar de las unidades de Kiev cerca de la frontera entre Ucrania y Transnistria. Ambas partes han establecido, incluso, un modus operandi similar para el estallido del conflicto: una provocación de bandera falsa que justificaría la agresión.
El incremento de las declaraciones de alto nivel ha venido acompañado de acciones como el anuncio de la supresión de vuelos comerciales desde el 14 de marzo a Bucarest y Moldavia, y el recrudecimiento del bloqueo económico de la Unión Europea a la región, lo que ha obligado a Moscú a establecer un puente aéreo para garantizar la alimentación de los 500 mil habitantes de ese enclave.
Independencia sin derramamiento de sangre
Transnistria se encuentra en el extremo oriental de Moldavia, considerado el país más pobre de Europa, en los límites con Ucrania. Tras la desintegración de la Unión Soviética, la actual Moldavia y Transnistria proclamaron su independencia; sin embargo, solo Moldavia fue reconocida por Naciones Unidas y en 1992 se produjo una guerra civil (apoyada por la OTAN) que derivó en la pérdida del control del gobierno central moldavo sobre ese territorio y el establecimiento de una fuerza militar rusa de más de mil soldados. Varios referendos (2006 y 2014) muestran que una amplia mayoría de la población de ese enclave está a favor de la adhesión a la Federación Rusa; sin embargo, el Kremlin no se ha pronunciado al respecto, aunque mantiene un apoyo vital a su existencia, porque la considera necesaria para detener el avance de la OTAN hacia sus fronteras.
El mundo parece haber recordado la existencia de Transnistria, dijo recientemente en la plataforma Telegram el presidente su presidente, Vadim Krasnoselski, quien se preguntó por qué estuvieron sordos ante el destino de la república durante tres décadas. El mandatario añadió que Transnistria debe ser y será reconocida, pero de forma pacífica, en la mesa de negociaciones, a través de un diálogo. El proceso debe ser exclusivamente democrático, sin hostilidades ni pérdidas. Nadie quiere una guerra y no hay necesidad de azuzar las llamas con provocaciones, dijo. ¿Encontrarán sus palabras oídos receptivos?
CRÉDITO PORTADA
En Transnistria se conserva gran parte de la simbología soviética. / elconfidencial.com