Foto./ Calixto N. Llanes.
Foto./ Calixto N. Llanes.

Una fiesta que no termina

Santa Clara venció en dos juegos a Sancti Spíritus y es el campeón de las Pequeñas Ligas


Sancti Spíritus.- La música empezó temprano en esta ciudad. La muy pequeña grada del Estadio René Díaz Rodríguez, campo de softbol aledaño a la EIDE Lino Salabarría, mejor conocido como el terreno de El Pollo, se abarrotó de aficionados, con predominio de familiares, amigos y conocidos de los peloteritos de los dos elencos que jugaron este sábado la final de las Pequeñas Ligas.

En la instalación se trabajó duro desde el pasado miércoles para acondicionarlo. Se colocaron nuevas cercas perimetrales, se chapearon algunos arbustos que habían crecido detrás de los jardines y se pintaron las gradas. Las tareas fueron realizadas por los trabajadores del lugar e, incluso, vecinos que de manera voluntaria se acercaron para ofrecer su ayuda. Entre ellos, también hubo muchos padres.

Las gradas del Estadio René Díaz Rodríguez se quedaron pequeñas. / Calixto N. Llanes.

Y es que gran parte de la responsabilidad de todo la tienen precisamente los progenitores. Con dos de ellos conversé tras mi llegada a la sede del evento.

Yadira Rodríguez, mamá de Karel Valdivia, cuarto bate y receptor de los Gallitos, es la delegada.

«Mi trabajo es reunir a los padres. Apoyar en todo lo necesario. Para jugar la final en este sitio nos pusimos de acuerdo y dimos también una mano.

«Es un sacrificio diario. Para que se haga realidad el sueño de jugar pelota hay que poner un extra en el empeño como madre. Y más en los momentos difíciles por los que atraviesa el país.

«Tenemos un grupo de WhatsApp para coordinar cada cosa y también darnos ánimo entre todos.

«Mi sueño es que mi pequeño llegue lejos. Sé que debo esperar más adelante, pero viene con buenos pasos así que mi labor consiste en apoyarlo al ciento por ciento», dijo Yadira Rodríguez.

También nos cruzamos con el delegado de los visitantes y campeones, el papá de Kaleb Arboláez, center field titular. Emijail comentó a este reportero que «este ha sido un sacrificio grande, incluso para venir desde Santa Clara hasta aquí, pero valió la pena.

«También es cierto que hemos contado con bastante apoyo del gobierno municipal durante toda la campaña.

«En definitiva lo más importante es que nuestros niños se diviertan. Esto es una fiesta. Basta con mirar alrededor. Además, lo más lindo para nuestros hijos es contar con el apoyo de sus padres. A la vez, nosotros nos sentimos súper orgullosos.

«Este grupo funciona como una familia. Cualquier situación que tenga un niño la resolvemos entre todos. Lo mismo un par de zapatos, que un bate o una pelota. Tenemos que pensar en el futuro del béisbol cubano, que nace de estos pequeños», dijo Emijail Arboláez.

Igualmente, Erick Marín, director técnico de Sancti Spíritus, compartió con nosotros unos breves minutos y resaltó la labor de los padres.

«Son el pilar de esto. A veces algunos niños no juegan. Sin embargo, sus familiares siguen apoyando a los otros. Somos más que un equipo la verdad», afirmó Erick Marín.

También Everaldo Pedroso, director técnico del campeón Santa Clara, destacó la labor de los padres. «Tienen que costearse todo. Viajan fuera de provincia y lo pagan de su bolsillo. Sin contar todos los otros sacrificios que sabemos, porque practicar cualquier deporte lo requiere, y más a estas edades y en los momentos actuales.

«En lo personal, como mánager tengo que estar al tanto de todo. Ellos se están formando como deportistas, pero también en la escuela. Preciso conocer desde lo que ocurre en sus casas, hasta el terreno, concluyó Everaldo Pedroso.

En definitiva, el terreno dejó a un solo vendedor, Santa Clara, que dispuso dos veces de Sancti Spíritus, con marcadores de 7-2 y 4-0.

En ambos casos el pitcheo llevó la voz cantante. En el primer juego brilló el abridor Yhanmichel Espinosa, de muy buen biotipo. El derecho lanzó cinco capítulos completos y solo le pegaron cinco imparables, que derivaron en apenas dos anotaciones.

Yhanmichel Espinosa ganó el primer juego. / Calixto N. Llanes.

A segunda hora los focos se los llevó el zurdo Delvis Hernández, quien abrió y cerró sin necesidad del bullpen. Le colgó seis ceros a los Gallitos, en juegos pactados a esa misma cantidad de entradas. Permitió solo cuatro inatrapables y se apuntó el éxito.

El zurdo Deivis Hernández colgó seis ceros en el segundo choque. / Calixto N. Llanes.

Desde mi perspectiva, ganó el béisbol cubano. Es cierto que todavía se puede trabajar más para perfeccionar desde la base. Es importante cementar en lo posible el futuro, ahora, en el presente.

Pero por el momento se ha hecho mucho con poco. Las gradas y los alrededores del Estadio de El Pollo colmados de aficionados, para ver jugar a niños menores de 12 años, son una señal irrevocable de la pasión que sentimos los cubanos por este deporte, declarado Patrimonio Cultural de la Nación.

Hubo mucho interés. / Calixto N. Llanes.

Solo resta recordar que a esta final llegaron los Bombarderos de Santa Clara en representación de la zona occidental, tras barrer en la instancia anterior como visitantes en el Capitán San Luis a Pinar del Río. Mientras que los Gallitos del Yayabo derrotaron a Bayamo, monarcas de la edición pasada (2023), en su propia casa del beisbolito Manuel Alarcón.

Ahora Santa Clara, además de proclamarse campeón nacional, viajará a la ciudad de South Williamsport, en Pensilvania, Estados Unidos, para participar en la edición número 77 de la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas, entre el 14 y el 25 de agosto próximos.

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