¿Vivir a lo Vivi Guedes?

Quién duda de que Vivi Guedes es una mujer hermosa, despampanante, que muestra sus encantos naturalmente ante la cámara fotográfica. Es un personaje ficticio, de novela brasileña en uno de los roles principales. El guion ha querido resumir en ella aspiraciones juveniles de este siglo XXI para un Brasil que ahora mismo se debate de cara a elecciones presidenciales. La novela Dulce Ambición debe tener ya unos dos años de puesta en escena y, a juzgar por los comentarios, al menos en La Habana, goza de amplia aceptación, como casi todos esos “culebrones” llegados del gigante suramericano. Hasta aquí nada que objetar.

El aludido personaje representa a una joven veinteañera, aun cuando en algunos planos a la actriz se le notan sus añitos. Y no, no es envidia de cincuentona, porque realmente negar su bello físico sería un acto del más alto despecho. El motivo de mis líneas no gira alrededor de sus cualidades físicas, sino del lucimiento que hace, como si le fuera en ello su autoestima.

Toda obra de ficción tiene su cuota de realidad; entonces el hecho de que varios personajes compitan para ver quién lidera los digital influencers en Internet con los like debe retratar cierto espectro del panorama vivencial de muchos jóvenes. Tal vez este fenómeno sociológico esté extendido en otras latitudes, no únicamente en Brasil.

Es decir, ganar dinero con postear fotos, y de paso se “forran” los soportes digitales utilizados. Al pertenecer a la generación de emigrados digitales, realmente el asunto me sorprendió: ¡Qué alguien pueda ganar dinero al “postear” fotos en Internet! Bien visto, sin embargo, esto no es lo que realmente me preocupa. Considero muy triste que una parte de la población juvenil centre su sentido de la vida en promocionar su físico, en asumir posturas sexualizadas con un ropaje mínimo, para lucimiento de toda una anatomía casi perfecta.

Otra arista negativa –como yo lo pienso– son los conflictos de este personaje con sus parejas, caracterizadas de anticuadas o machistas porque se oponen a la “libertad” de la novia en lo que viene siendo su “trabajo”.  Entonces la postura de defensa de Vivi Guedes ha sido perfilada como una mujer entera que sabe lo que quiere, que defiende sus derechos. He ahí precisamente lo que me duele: ¿Ganar “puntos” desde una visualización creciente de sus fans es el sentido de la felicidad de una joven mujer? ¿Con esto no se minimizan los reales problemas de la juventud brasileña, de las mujeres, tantas veces victimizadas, empezando porque reciben menor salario que los hombres a pesar de realizar la misma labor, o expulsadas de sus tierras, o asesinadas como Marielle Franco, lesbiana y feminista?

¡Cuánta frivolidad! ¿Qué hay del esfuerzo de las neuronas en los estudios y luego en conversaciones interesantes? ¿La lucha se reduce nada más que a las emancipaciones individuales superficiales? ¿Dónde está ese otro mundo real?

Nada de fanatismos

Si algo ha buscado el movimiento feminista mundial ha sido despojar a las mujeres (influyendo en la conciencia de los hombres y de la familia en general) de ser observadas como un objeto regalón. Nadie aquí quiere restarle importancia a la atracción física y mucho menos si se trata de una persona hermosa. De cualquier manera, siempre se debe tener presente que los patrones de belleza cambian con el tiempo y con las culturas; pero ese no es el objetivo de estas líneas.

Las luchas estudiantiles también les proporcionaron a los jóvenes derechos, antaño reservados para quienes tenían canas en el cabello y experiencias de vida. Clichés todos desmontados con no pocos mártires de uno y otro sexo. Indudablemente, los momentos de cierta “frivolidad” hacen el bregar diario más llevadero en un orbe signado por el capitalismo o en nuestra patria, de trabajoso vivir. He aquí el centro del asunto: nosotros, por la incidencia del bloqueo yanqui; y los demás, por la vitalidad de un capitalismo que sigue convirtiendo cualquier cosa en mercancía, hasta el cuerpo humano. Ahí perduran la prostitución o el trabajo infantil.

Lejos estoy de aprobar actitudes extremas que prohíben lanzar al vuelo del gusto el cuerpo humano. En eso cualquier religión o dogma que condene la desnudez natural o la visión linda de una mujer dichosa, plena en edad o felicidad, nada tienen que hacer en este comentario. Lo que esta periodista lamenta es el sentido que se le da en Dulce Ambición a Internet y a las aspiraciones de una joven supuestamente emancipada de ataduras machistas.

No obstante, la novela responde al régimen político económico y social que representa y, en el ejemplo que desmenuzo, defiende además al capitalismo con sus peores vicios: está Chicle (el novio pobre de Vivi), cuya fuente de empleo, por ejemplo, “es entregar almas”; o sea cobra cuentas de otras familias, matando por encargo. Eso se conoce como sicariato y antes del triunfo de enero de 1959 en Cuba lo había, y lo sigue habiendo “allá afuera”. Paradójicamente, y en oposición, se transmite en días alternos, también por Cubavisión, la novela cubana , que llama a no tomarse la venganza por la mano, sino a acudir a la justicia. ¿No hay aquí una inconsistencia de propósitos? El producto brasileño, ciento por ciento, lo respalda, propalando asimismo el mito de que poquito a poquito, con esfuerzo personal honrado, cualquiera puede llegar a ser millonario. No a tener dinero bastante: ¡a ser millonario! Tal vez en una época inicial, dejado atrás el feudalismo. Ahora, en la etapa del imperialismo, es imposible, casi una quimera…

Potenciar las bondades de una herramienta tecnológica  

Si detestable es privar de los derechos básicos a niñas y mujeres, también lo es difundir la idea de que se puede “vender” sanamente el cuerpo, sin que te toquen, apenas con mayor puntaje por Internet. Me espanto: ¡cuántas muchachas hoy en día en el mundo, y en el ejemplo que me ocupa, latinoamericanas, colocan sus aspiraciones de ser “alguien” regalando su imagen rosácea o bronceada a un público que no lee, no investiga, no reivindica causas verdaderamente justas!

Internet es una herramienta fabulosa, que acerca conocimientos, amistades, afectos, sin bien su sentido de realización e invención nació desde otras perspectivas y con otros fines. Mas el ser humano tiene la capacidad de trascender tonterías y utilizar herramientas nefastas para cosas útiles. En Cuba lo sabemos, también lo saben los revolucionarios del planeta.

Es cierto, lo lúdico, lo erótico, lo sexual son componentes esenciales de la dicha, y el comportamiento y el razonamiento humanos. Entre los primeros hallazgos arqueológicos relevantes de la Humanidad está una pequeña estatuilla de una mujer de protuberantes senos a las que bautizaron como Venus, por esa otra mítica belleza. Desgraciadamente todavía el físico prima a la hora de evaluar a una mujer. La de veces que me dicen: ¡Todavía puedes encontrar pareja, sigues siendo hermosa! ¿Y qué hay de mis encantos humanos e intelectuales? Dirán que esos no se ven.

No lo creo. La sencillez, la honradez, el buen trato están siempre a flor de piel de una mujer, cualquiera esta sea. No negaré que me entretengo con la novela, con sus vericuetos dramáticos, romances e intrigas, pero en un golpe de lucidez padezco por esa juventud femenina cuyo centro de la felicidad es solo el cuerpo. ¡Pena me da ese producto televisivo que intenta (y en alguna medida debe de lograrlo) perpetuar valores del capitalismo, que subliman lo superficial, el inmovilismo, el machismo y otros muchos males!

¿Eterno tesoro?

La juventud pasa, pero la estupidez puede permanecer si no se está educado en el civismo y en la capacidad de análisis. No son condiciones necesarias la edad ni la belleza para el éxito, entendido este como la realización personal en obras virtuosas. Nos queda mucho trecho por emanciparnos, aquí, allá y acullá. En Brasil hay miles de injusticias sociales y económicas. Sin embargo, comencé este texto horrorizada de que Internet pueda llegar a tener en Cuba igual uso.

Qué en algún momento los jóvenes, sin importar que sean chicas o chicos, les dan más importancia a las aprobaciones a partir del físico y no por lo que son esencialmente, es un hecho tal vez biológico, ¿o será una asunción cultural de milenios? Mucho debe guiar, orientar y esclarecer la sociedad cubana en sus diversas líneas comunicativas (donde el sistema educativo puede ser visto como tal) para que la juventud, al margen del importante papel que tiene la apariencia personal, utilice la red de redes como plataforma de lazos emocionales y propósitos de metas. Desde crear clubes para actividades recreativas hasta políticas a favor de la Revolución.

El socialismo cubano tiene lastres de su pasado capitalista, no vivimos en una burbuja, pero pregunto: ¿Conocerán nuestros niños y jóvenes que la inmensa humanidad es subsumida en opresiones, guerras, injusticias, frivolidades? Jamás defiendo los teques ni las enseñanzas aburridas. Grandes pedagogos ha tenido la Isla en todas las épocas. Tampoco hay que estar haciendo un análisis pormenorizado de cuánto pone la televisión cubana, pero para que esa cultura exista debe haber un respaldo en las escuelas, en la casa, en la sociedad en general y una labor más esmerada de selección de la TV. La propuesta nacional Calendario demostró de lo que somos capaces.

En los últimos meses se han dado buenas experiencias “vivas” de participación juvenil en La Habana: la Peña de Con Filo (el primer viernes de cada mes, en la Casa de la Amistad del Vedado), La Comuna, etcétera. Supongo que en el resto de la nación también haya espacios en donde jóvenes y entraditos en años podamos confraternizar, en un intercambio de saberes y divertimentos. Siempre será lindo ver la lozanía de los rostros jóvenes y sus ganas de vivir y transformar.

Aspiración

La brasileña de ficción Vivi Guedes es una mujer hermosa y, en cierto modo, se prostituye. Rocky, el boxeador, aspirante a campeón, también. Viendo ese producto televisivo de Brasil me quedan muchos resquemores, pero asimismo muchas aspiraciones:

Profusa es mi lista: Que Internet en Cuba no constituya una vía para promocionar el físico antes que los valores humanos, qué nunca sea un negocio, puerta de entrada a la indiferencia y la tontería. Qué nuestra juventud practique deporte, baile, se enamore, se ría de lo simple o profundo. Qué sea feliz, toda, la agraciada y la menos. Qué la gente gane en cultura política (no son solo los discursos o los lemas) expresada en el conocimiento de la realidad mundial, la de la inmensa mayoría, no la de ese uno por ciento rico. Para ello, de conjunto debemos retomar la prédica martiana sobre la verdadera hermosura. Y sin duda habrá que evaluar con mayor criterio de selección lo que ponemos por los medios nacionales de difusión.

Las conquistas de nuestros sectores sociales no están establecidas a perpetuidad. La dialéctica impone sus dictados. Nunca pensemos que no hay improbables porque un buen día llega una banalidad propagandística a la televisión como Dulce Ambición y habrá quien quiera estar en esas otras pieles….y lo que es peor, con esa mentalidad “tonta”.

Comparte en redes sociales:

3 comentarios

  1. Tienes razón, Mari. La Revolución no está hecha para siempre, en ningún lugar. Enfrenta desafíos, corre riesgos, puede tener retrocesos, y hasta ser derrotada, si deja de ser voluntad del pueblo. Siempre hay que hacerla, y defenderla, y renovarla, y perfeccionarla, y fortalecerla, cada día, en cada ámbito de la vida, con esfuerzo y sacrificio, con heroísmo, como creación cultural del pueblo, y con importante protagonismo de la juventud.

  2. Muy bueno el artículo, como acostumbra, realmente ni veo esa novela porque las pocas veces que le he dedicado algo de mi escaso tiempo, solo veo valores negativos y tonterías a pasto, ojalá no vuelvan a poner un bodrio semejante en la TV.

  3. Totalmente de acuerdo con usted. Y por desgracia SÍ, la frivolidad ya abunda. Hay que ver las publicaciones en Instagram, sobre todo de los artistas, muy cercanos, la mayoría, a esa Vivi Guedes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos