Béisbol, de la risa al llanto
Dennis Laza fue el mejor cubano madero en mano. / beisbolcubano.cu
Béisbol, de la risa al llanto
Dennis Laza fue el mejor cubano madero en mano. / beisbolcubano.cu

Béisbol, de la risa al llanto

Aún con los rostros sonrientes la tropa dirigida por Carlos Martí emprendió una travesía de premio, pues recordemos que los Alazanes de Granma se alzaron con el título en la Serie Nacional 61, y también en la 60.

El estímulo por aquel penúltimo lauro fue la participación en la XXX Semana Beisbolera de Haarlem (del 8 al 15 de julio de 2022), un torneo que nos reconoce como los segundos máximos ganadores –ahora igualados con los anfitriones, después de que se declararan campeones en la presente edición– con cinco coronas, ambos por detrás de Estados Unidos (14). En cambio, la actuación de los nuestros en la urbe neerlandesa este verano desearíamos poder olvidarla.

No vamos a afligirnos con números, mas algunos son necesarios, pues la pelota es un deporte que depende mucho de las estadísticas. Entonces simplifiquemos. El equipo de los Alazanes, con ocho refuerzos, sobre algunos de los cuales abundaremos más adelante, perdió los cinco juegos de la fase clasificatoria, en los cuales batearon de manera colectiva para un anémico average (AVE) de 198 y anotaron apenas cuatro carreras. Con esas cifras la alegría reciente del último campeonato no se dilató demasiado.

Algunos aficionados intuyen que lidiamos con pitcheres de gran velocidad, incluso el director técnico, Carlos Martí, dijo a jit.cu que “los lanzadores que estos muchachos han visto aquí están por encima de lo que enfrentan en nuestras series nacionales, en cuanto a potencia y cantidad de envíos”. Lo cierto es que solo en los casos de Japón y Estados Unidos sufrimos brazos de más de 90 millas sostenidas, sobre todo cuando terminaron los respectivos abridores y se activaron los bullpen. En el resto de los juegos (tres en fase clasificatoria y uno más en la discusión del quinto lugar) nos enfrentamos a serpentineros de promedios y repertorios similares a los que tenemos en casa.

Si hablamos de los pitcheres rivales no podemos dejar de mencionar el dominio en ese aspecto de los nuestros, lo mejor de Cuba en el torneo. Entre todos los choques de la etapa inicial registraron un promedio de carreras limpias (PCL) de 2.97 de forma colectiva y retiraron a 19 rivales por la vía del ponche, con 16 boletos concedidos.

Sin embargo, no nos alejemos de la hecatombe de los maderos, causante de los repetidos fracasos. Los bateadores cubanos se poncharon 29 veces en cinco desafíos pactados a siete inning; o sea, que si por cada juego nos facturaron 21 outs, y no 27 como estamos acostumbrados, aún más se empobrece el promedio de desacierto en el contacto con la bola.

Así quedaron los marcadores en las cinco derrotas: Países Bajos 5-1; Japón 4-3; Estados Unidos 2-0; Curazao 1-0 e Italia 2-0. Sí, Italia, un país donde los niños nacen con un balón de fútbol en los pies.

Después de tres lechadas y 28 ceros consecutivos en la pizarra del estadio Pim Mulier, los cubanos despertaron y produjeron carreras en un choque casi intrascendente y sin presión por el quinto lugar –en un torneo de seis equipos–, instancia en la cual jugaron como una especie de vendetta ante los italianos, a quienes derrotaron 5-1, disparando nueve imparables, cifra a la cual no habían arribado durante toda la lid.

Solo agregar que, como es costumbre en la Semana Beisbolera de Haarlem, no estuvieron las principales figuras de estas selecciones. Japón participó con un elenco conformado de su Liga Industrial, Estados Unidos viajó con universitarios y finalmente el campeón, Países Bajos, tanto como Italia, carecieron de sus principales hombres, envueltos sobre todo en las Grandes Ligas, a quienes veremos con certeza en el grupo A del próximo Clásico Mundial (del 9 al 21 de marzo de 2023), pues estos son dos de los conjuntos con los cuales cruzaremos dentro de la fase inicial, además de China Taipei, anfitrión de la llave, y un último clasificado aún sin definir en el momento de redactar este trabajo.

¿Cómo lo explicamos?

Béisbol, de la risa al llanto.
El espirituano Yuen Socarrás se apuntó la única victoria de Cuba. / Vicente Brito.

Para ese magno evento, donde se reúne lo mejor del panorama actual, habrá que convocar a todos los que podamos si es que aspiramos a desempeñar un buen papel.

Algunas carencias de hoy ya venían persiguiéndonos desde hace varios años. Son diversos los factores que atentan contra el desarrollo de nuestro pasatiempo nacional. Los hemos mencionado antes: sistemas de entrenamientos obsoletos, malas decisiones de los directores, escasa sincronía con el béisbol moderno, emigración de atletas, insuficientes torneos en etapas escolares y juveniles, condiciones desfavorables de instalaciones.

Incluso, sobre la confección del equipo Cuba para la Semana Beisbolera de Haarlem, como siempre envuelta en polémica, se llamó a peloteros que no fueron campeones con los Alazanes de Granma en la Serie 60, por lo que otros quedaron fuera, sin importar el merecido estímulo. Pero tres de los invitados fueron de hecho los que más rindieron. Entonces ¿qué hubiera pasado si no intentamos juntar a las mejores piezas? No caben dudas de que ningún equipo (puro) de una provincia cuenta con la calidad necesaria para enfrentar eventos internacionales.

En los cinco juegos de la fase inicial el mayabequense Dennis Laza conectó de 13-5, AVE: 385, con dos boletos; el espirituano Frederich Cepeda se fue de 14-5, AVE: 357, con tres ponches; y el camagüeyano Alexander Ayala disparó cuatro imparables en 15 comparecencias, tres de ellos dobletes, los únicos extrabases de Cuba en el evento, AVE: 267. Aunque fueron los mejores de la novena, de ellos solo Laza consiguió empujar a un compañero hacia el plato, una muestra clara de improductividad.

En Haarlem la sensación que dejaron fue la de un equipo desgastado después de un torneo largo como el nuestro (75 juegos más play off) y colmado de carencias técnico-tácticas. Deficiencias de las que no escapa ni siquiera nuestro campeón nacional.

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Un comentario

  1. Granma reforzado???, Debilitado diría yo. Si. Según palabras del propio Martí, si equipo es ganador por la unidad que existe entre sus miembros, entonces que pasa si quitamos un jugador y ponemos otro, que no tiene nada ver con esa unión.
    Si van a mandar al equipo ganador por estímulo, entonces no deberían de cambiar a ningún jugador.
    Y si lo que quieren es ganar a toda costa, entonces que envíen un equipo Cuba, cómo se hacía antes

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