De aniversario está una de las tres entidades de ciencia y técnica de la Universidad de Oriente, con significativos resultados y posibilidades de conectarse con sectores estratégicos del país.

Todo comenzó hace 30 años, el 2 de noviembre de 1992, cuando un grupo de profesores y especialistas cargados de sueños se concentró para constituir el Centro de Estudios de Biotecnología Industrial (CEBI), de la Universidad de Oriente. Desde entonces han sido disímiles los empeños asumidos y soluciones aportadas en favor de la ciencia y sociedad cubanas. Así lo atestiguan los resultados y el liderazgo de la entidad en el campo nacional de la investigación y la innovación.

A propósito de celebrar las tres décadas de su fundación –que coincide con el 75 de la segunda casa de altos estudios del país– compartimos con nuestros lectores una reciente mini-entrevista concedida por la Doctora en Ciencias Químicas, Arelis Ávalos Rodríguez, directora general del centro.

—¿En qué momento se encuentra el CEBI?

—Actualmente es la tercera Entidad de Ciencia, Técnica e Innovación (ECTI) aprobada en la Universidad de Oriente. Aun cuando tenemos un año funcionando como tal, el colectivo tiene ya 30 años de experiencia. Anteriormente fue un centro de estudios de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas y a partir de los resultados se aprobó que pasara a esta nueva condición.

—¿Cuáles son las principales líneas en las que centran sus estudios?

—Entre las líneas fundamentales de trabajo tenemos establecida la tecnología para la producción de setas comestibles del género pleurotus, a partir de subproductos como la cáscara húmeda del café, la cáscara de coco, la cascarilla de arroz; es decir esos desechos se convierten en el sustrato. Sin bien en Cuba no hay cultura de ingerir tales alimentos, resultan provechosos en el sector de la salud, pues las setas comestibles tienen propiedades inmuno-potenciadoras; o sea estimulan el sistema inmunológico y pueden usarse como complemento nutritivo para combatir determinadas enfermedades. Durante la covid realizamos una prueba piloto con buenos resultados.

“Además tenemos la obtención de productos agrobiológicos, o sea mediante la fermentación conseguimos un grupo de enzimas para el proceso de clarificación de vinos y zumos de frutas. Estamos coordinando con productores privados y Mipymes que se dedican a la producción de vinos para ofertarles ese clarificador.

“Pero una línea que mayor impacto adquiere en estos momentos, pues se aplica hoy en áreas de la Base de Supertanqueros de Matanzas, es la relacionada con la recuperación de microsistemas y suelos contaminados con hidrocarburos y metales pesados. En tal sentido, hemos evaluado sustancias que ejercen actividad superficial, a partir de la bacteria pseudomona aeruginosa y tenemos buen resultado en la remoción de metales, hasta 85 por ciento de remoción del cobre, vanadio, hierro, níquel; y hasta 90 por ciento de petróleo y sus derivados”.

—¿Fortalezas y retos? –

—Este es un colectivo de 33 trabajadores, de los cuales 70 por ciento son mujeres. De hecho la mayoría de los éxitos ha tenido a mujeres como protagonistas. Las especialidades son Química, Biología, Ciencias Farmacéuticas, Construcción Civil, Microbiología, Informática… El Cebi es un colectivo muy unido, juvenil y altamente calificado; asumimos los retos y compromisos con entusiasmo y profesionalidad. Atesoramos cinco premios de Academia de Ciencia de Cuba. A pesar de las condiciones incómodas de los laboratorios y de hacinamiento en estos espacios provisionales –pues se están construyendo nuevas instalaciones–, así como de otras cuestiones ajenas a nuestra voluntad que gravitan, aun así no nos detenemos y seguimos generando ciencia”.