“De lo maldito a lo divino”

“Pastor vino un día a principios de siglo, se presentó como un ingeniero aficionado a pinceles y plumillas e interesado en colaborar con nosotros. Sobre la mesa colocó decenas de dibujos, collages, tintas… Y anduvo atinado […] no solo nos impresionó a nosotros, sino también a Carlos Augusto Alfonso, reconocido poeta que entonces había ganado nuestro fugaz Premio de poesía Raúl Hernández Novás, que […] garantizaba la publicación en nuestra revista […] Es decir, el aspirante a ilustrador se estrenaba en nuestras páginas por la puerta ancha.

Al aceptar sus dibujos, las revistas le permitieron “darle a lo que hago una utilidad social”, considera Pastor Rivera.

“Desde entonces sus colaboraciones se sucedieron […] Mas, lo que siempre me ha sorprendido de Pastor es la capacidad que presentan muchos de sus dibujos: prácticamente sirven para acompañar cualquier texto”.

Así es presentado, en el catálogo de la muestra, el autor de Pareidolias, exposición que por estos días acoge la galería Espacio Abierto, de Revolución y Cultura. Lo no mencionado en esas líneas es la modestia de quien a la par ha realzado textos de otras publicaciones culturales cubanas.

Y sí, Pastor Rivera no incursionó en las artes plásticas hasta bien entrado en años; cuando cumplió 45 era, en lo profesional, un graduado de ingeniería radioeléctrica, con pericia suficiente para ocupar responsabilidades en el Ministerio de Comunicaciones. Pero siempre le había gustado la pintura. En sus ratos libres pergeñaba figuras que serían descubiertas por su concuño, el artista Manuel Vidal.

“Me dijo que me iba a servir de tutor. Yo no tenía ninguna formación en ese campo. Empecé a trabajar seriamente con él en 1994. Y unos meses después, en 1995, su amigo Pedro de Oraá pasó por su casa, vio unos dibujos míos y los publicó en Unión, como ilustraciones de un artículo de crítica literaria.

“Le fui mostrando más materiales; asimismo, los llevé a La Gaceta de Cuba, a Revolución y Cultura. Manolo me preparó rigurosamente. Además de pintor, dibujante y diseñador, era un crítico de arte bastante agudo y me suministró conocimientos muy sólidos. Lo primero fue el dibujo, luego algo de pintura sobre cartulina, después los lienzos”.

-¿Cuáles temas le solicitan los editores? ¿Prefiere alguno?

-Yo no he actuado como un ilustrador clásico; nunca he trabajado por encargo, sino que presento mi carpeta de dibujos, los cuales pueden ser figurativos o abstractos. Los diseñadores los han encontrado muy útiles, dicen que tienen una capacidad polisémica alta, o sea, una gran capacidad de sugerir diversas lecturas. De los textos que he ilustrado, los más atractivos para mí son los de narrativa, poesía, crítica literaria”.

-Y ahora se ven reflejados en Pareidolias.

-Veintisiete años de labor se resumen en la exposición. Está vertebrada alrededor de las ilustraciones, aunque incluye otros dibujos, pinturas y collages. Como ves hay referencias, homenajes, a escritores, obras y temas de la escritura, por ejemplo, el Diario de Campaña de José Martí, Hemingway, Kafka”.

-En el catálogo de la muestra leemos que usted utiliza “recortes de papel fotográfico, cartulinas usadas y reutilizadas, cartones de embalaje, cartón tabla, madera, hojalata, piezas, trastos, tornillos… Todo le sirve para [] ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos, a nuestros sentimientos. A mostrarnos que un mundo de belleza existe en cualquier fragmento de esta vida”.

-Ciertamente, si miras con detenimiento hallarás de todo en las paredes de la galería, de lo maldito a lo divino. Vivimos en una situación material extrema, hemos tenido que crear en condiciones extraordinariamente difíciles; el arte es preciso hacerlo con lo que tenemos a mano.

-¿Qué seguirá a esta especie de antología?

-La exposición se concibió hará unos tres años, la pandemia impidió que se hiciera. Sus ilustraciones están más cerca de la biblioteca de Alejandría y de la imprenta de Gutenberg que de los medios y las redes digitales, pertenecen a otra época.

“Mi trabajo todavía no concluye; sin embargo, en el país numerosas publicaciones han dejado de circular en papel, ha ocurrido una migración hacia el mundo digital, que requiere una concepción diferente. Es un momento de cambio. Además de las limitaciones materiales, es un proceso muy complejo para personas con mi edad y formación. Debemos adaptarnos”.


Fotos: Cortesía de Revolución y Cultura

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