Una exposición fotográfica nos sumerge en la familia Santander, quienes han dedicado sus vidas al arte ancestral de la alfarería y la cerámica. Las imágenes capturan la maestría que ha pasado de padres a hijos a lo largo de los años
En la atmósfera cálida de la Casa de las Tejas Verdes, las instantáneas cobran vida como testigos silenciosos de una tradición que perdura a través del tiempo. «Familia Santander, legado e identidad», creación de Raúl Abreu, es más que una simple serie de fotografías; es un homenaje íntimo a quienes han labrado su camino en la historia con barro y fuego.
La mirada perspicaz de Abreu captura momentos fugaces pero significativos, al revelar la esencia misma de esta familia trinitaria, conocida tanto en Cuba como en otras geografías por sus piezas únicas, testimonio de seis generaciones. Desde el brillo en los ojos de los ancianos hasta la concentración en los rostros de los más jóvenes, cada detalle cuenta la dedicación, esmero y pasión por el arte de la alfarería y la cerámica.
Bien pudiera afirmarse que las 23 obras vienen a perpetuar también la práctica ancestral que comenzaría en 1892, cuando un español le enseñaría las primeras técnicas a Modesto Santander, fundador de una fábrica pequeña con un torno de madera, muy rudimentario, en la entonces periferia de Trinidad. De ahí que cada foto expuesta sea una prueba tangible del compromiso inquebrantable con el oficio, la naturaleza y el barro.
“Vengo trabajando (fotográficamente) con la familia hace más de 20 años, por lo que la selección es una pequeña muestra de muchas fotografías que tengo. Gracias a la visión inspiradora de Pepe López Santander, un trovador oriundo de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad, nació la idea de recoger el legado de los Santander.
“Su deseo por preservar la historia permitió materializar este proyecto único y conmovedor”, dijo a BOHEMIA Raúl, quien confesó que elegir cuáles conformarían la serie y reflejaban las artes tradicionales de esos fieles guardianes de las costumbres, no fue empresa fácil, “pues guardo imágenes hasta para un libro”, aseguró.
A medida que los visitantes recorren la sala, se sumergen en un universo de formas y colores, donde la arcilla cobra vida bajo las manos expertas de los Santander. Es un viaje visual que nos transporta al legado de tiempos inmemoriales y explora el patrimonio de esta familia excepcional.
En un mundo cada vez más dominado por la tecnología, se nos hace evidente que el taller, con sus ruedas giratorias y hornos humeantes, representa un oasis de autenticidad, espacio en el que podemos conectar con nuestras tradiciones.
Por eso, además de la belleza estética, «Familia Santander, legado e identidad» trasciende en un símbolo de arraigo y pertenencia. Es un recordatorio de la importancia de honrar la cultura y los artistas que plasman con talento, paciencia, destreza y personalidad las raíces más profundas.
Al salir de la exhibición, los visitantes llevan consigo no solo la memoria de los minutos capturados por Raúl Abreu, sino también una honda apreciación del espíritu de quienes continúan moldeando la tierra; dando forma a los sueños.