Con su versatilidad y potencial transformador, Sora promete revolucionar la forma en que se crea y se consume el contenido audiovisual desde la inteligencia artificial

En una época donde la tecnología redefine constantemente los límites de la creatividad, OpenAI presenta su última innovación: Sora, que enfocada en la generación de videos mediante inteligencia artificial (IA), marca un hito en la producción y consumo en este tipo de contenido.

Erigiéndose como una herramienta revolucionaria que emplea algoritmos de redes neuronales avanzadas y aprendizaje profundo para analizar vastos conjuntos de datos visuales y replicar patrones, Sora muestra un resultado sorprendente: realista, detallado y emocionante; el producto audiovisual parece haber sido creado por manos humanas.

La empresa multibillonaria responsable de sistemas conocidos como ChatGPT y DALL-E, dirigida por Sam Altman, afirma que sigue exactamente las instrucciones de los usuarios; muy similar al de los generadores que convierten texto en imagen.

En su perfil social X, OpenIA posteó que tiene la capacidad de generar videos de hasta 60 segundos, con escenas complejas, movimientos dinámicos de cámara y personajes vibrantes; redefine las posibilidades de expresión e ingenio en la era digital.

Dicho avance tecnológico, aun no abierto al público, ofrece una serie de beneficios notables, como la capacidad para automatizar gran parte del proceso de creación y, por tanto, reducir los costos asociados con la producción audiovisual. Esto la convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan optimizar sus recursos mientras mantienen altos estándares de calidad.

Sora ofrece un horizonte seductor. En el marketing, por ejemplo, puede ser utilizada para la elaboración de anuncios atractivos y llamativos. En el ámbito del entretenimiento, se emplearía desde la creación de cortometrajes hasta series web.

Entre los artistas que han tenido acceso a la tecnología se encuentran pintores, fotógrafos, diseñadores gráficos y cineastas, quienes han podido experimentar y proporcionar valiosas opiniones y sugerencias para su mejora. Además, OpenAI ha organizado sesiones de demostración y charlas para discutir sobre las posibilidades y desafíos, y explorar nuevas formas de aprovechar su potencial. Se espera que, gracias a esta retroalimentación constante, se alce como una tecnología poderosa y versátil.

No obstante, existe un intenso debate donde se insta a que tanto las empresas como los gobiernos asuman su responsabilidad en la regulación y supervisión de los algoritmos para garantizar un uso ético; se respeten los derechos y valores fundamentales de las personas.

En este sentido, también se debe considerar el impacto en el empleo y la distribución de la riqueza, ya que la automatización de tareas puede suponer la pérdida de puestos de trabajo y aumentar la desigualdad social.

Especialistas advierten implicaciones de tales herramientas en contextos críticos como las elecciones presidenciales de 2024 en los Estados Unidos; de ahí que alerten sobre la urgencia de adoptar medidas en referencia al nuevo escenario digital, como la creación de leyes o normas que limiten el acceso a datos personales, la promoción de la transparencia en su funcionamiento y la adopción de mecanismos de rendición de cuentas para aquellos que desarrollan y utilizan IA.