Estados Unidos, agobiado por las malas decisiones

Las altas temperaturas están batiendo récords, los incendios forestales y las sequías tienen en vilo a los estadounidenses, que atraviesan el peor verano de los últimos tiempos.

Lejos de tener buenas perspectivas, las autoridades meteorológicas del país norteamericano estiman que las temperaturas podrían seguir subiendo en los próximos años.

Los científicos remarcan la relación directa entre las olas de calor y el cambio climático, pues las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan en intensidad, duración y frecuencia.

Sin embargo, hace unos pocos días el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió que la Agencia para la Protección Nacional del Medio Ambiente (EPA) no era necesaria para recomendar políticas de transición energética limpia a las plantas eléctricas.

Como también sucedió con la revocación del derecho constitucional al aborto, el dictamen sobre esta interpretación de la ley fue declarado con los votos favorables de los seis jueces conservadores frente a la opinión de los tres magistrados liberales.

Desde entonces, cualquier medida para abordar la contaminación por dióxido de carbono debe limitarse a las restricciones impuestas en plantas específicas, en lugar de presionar a las empresas para que transiten hacia fuentes de energías renovables.

Los solicitantes, un combinado de estados conservadores y empresas de carbón, consiguieron así impugnar la decisión del Tribunal Federal y pusieron fin a una batalla legal que comenzó durante la administración Obama. Dicha decisión supone un revés para el presidente Joe Biden y su ya poca ambiciosa política climática.

Este fallo, además, tiene connotaciones globales específicas, pues Estados Unidos es el país que más gases de efecto invernadero expulsa a la atmósfera. En concreto, las organizaciones ambientales le atribuyen el 20,3 por ciento de todas las emisiones generadas desde el siglo XIX, es decir, 0.2 grados Celsius del calentamiento global es suyo.

El mandatario anunció durante la penúltima semana del mes de julio que su administración trabaja contra la crisis ambiental, pero no llegó a declarar formalmente una emergencia climática.

Mientras tanto, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) reveló imágenes de cómo el lago Mead, el mayor embalse artificial de todo el país, se está secando debido a las consecuencias de la sequía.

En el lago Mead, el mayor embalse del país norteamericano, bajó drásticamente el nivel de agua. / nasa.com

De igual forma, el Servicio Meteorológico Nacional reportó 60 máximos de temperaturas en Nueva York, Filadelfia y Washington. A diferencia de la mayor parte de Europa, muchos hogares estadounidenses cuentan con aire acondicionado, que ayudan a mitigar los riesgos de salud, pero añaden una carga a la red eléctrica. Por eso, las autoridades pidieron a los ciudadanos reducir su consumo energético.

Según la doctora María Neira, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), “la mejor solución será, de nuevo, ser muy ambiciosos a la hora de abordar las causas de este calentamiento global.

“Llevamos mucho tiempo alertando de las consecuencias del cambio climático y, en algún punto, esto también repercutirá en la lucha por alcanzar las emisiones netas de carbono, y en la crucial transición hacia fuentes de energía limpias y renovables”, concluyó la funcionaria.

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