Cómplices verdades

Magda González Grau, directora general, logró un armónico desempeño de cada miembro del equipo.
Magda González Grau, directora general, logró un armónico desempeño de cada miembro del equipo. / Foto: Leyva Benítez

Según un antiguo aserto, toda obra cultural o construcción creativa debe irrumpir con inicios seductores y en los finales proponer cierres contundentes. De esto dio fe una serie que ha cautivado a las mayorías por la riqueza de conflictos y la defensa actoral, entre otros códigos comunicativos.

La puesta en pantalla de Magda González Grau recreó una historia contada desde la añoranza por el goce y el sufrimiento, manteniendo siempre la misma intensidad de la existencia, a partir de la agudeza de las situaciones límites.

El guion de Amílcar Salatti se distinguió por la calidad de los planteamientos dramatúrgicos.
El guion de Amílcar Salatti se distinguió por la calidad de los planteamientos dramatúrgicos. / Foto: Leyva Benítez

¿Cómo lo consiguió? El guion de Amílcar Salatti puso en evidencia que no solo trabajó los “ganchos” para garantizar la curva de atención y requerimientos dramatúrgicos, sino que en ellos se cifraron de manera elocuente las claves sobre las cuales descansó, o se enardeció, el relato en su dimensión humanista, provocadora.

Ciertamente esos personajes son personas, han estado entre nosotros, somos nosotros. Los sujetos de Calendario descuellan por su verosimilitud, apelan a la certeza de la veracidad al transmitir una poesía auténtica sin edulcoraciones o falsos estamentos.

La propia diversidad de géneros: melodrama, tragicomedia, tragedia, a los que acudió la serie colocó en la mira confrontaciones acuciantes al llamar a la reflexión sobre la importancia de respetar la riqueza de la diversidad, lo íntimo, lo profundo, mediante un inteligente abordaje de la homofobia.

La trama bien urdida produjo peripecia (paso de la dicha al infortunio), agnición (tránsito de la ignorancia al conocimiento) y catarsis (emoción e instrucción).

Planteamientos disímiles, incluso desde la dirección de fotografía a cargo de Vladimir Barberán, hicieron énfasis en la defensa de la verdad: de acuerdo con la definición tradicional es la correspondencia o conformidad entre un juicio enunciado y el fragmento de realidad al que ese juicio se refiere.

La propuesta logró motivar la concreción de cómplices verdades en destinatarios ávidos de verse y comprenderse de una mejor manera a partir de las presentaciones en el medio televisual.

De ningún modo escapó al equipo de realización que los audiovisuales tienen una amplia y diversa trascendencia en los públicos. Hoy la información y el entretenimiento se entregan a domicilio. Pululan por vías disímiles, a veces insospechadas, el peor reality show, la invasión impúdica del espacio privado, la vulgarización. También ocurren diálogos almibarados, violencias que pretenden adormecer el pensar.

En la serie ninguna especialidad desaprovechó la valía de la lectura empática, la cual establece estrechos vínculos con la emoción de las audiencias. Esta no depende solo de los niveles racionales de la conciencia, sino del nivel de capacidad para identificar situaciones, circunstancias, males en apariencia inofensivos, pero que taladran el desarrollo personal y la sensibilidad.

Actores y actrices demostraron orgánicos desempeños en sus respectivos personajes.
Actores y actrices demostraron orgánicos desempeños en sus respectivos personajes. / Foto: Leyva Benítez

La niñez, los jóvenes, la familia, necesitaban disfrutar ideas y pensamientos ilustrados en una narración que tiene larga vida en el alma, en el imaginario. Interpretar lo ocurrido, cómo ocurrió, son aprendizajes indispensables en las diferentes etapas de la existencia.

Nunca lo olvidemos, no se aprehenden los saberes por ósmosis, requieren estudios, lecturas, que en mensajes de bien público proponen y activan el discernimiento.

Al repasar bocadillos, encuentros, desencuentros, pérdidas, laceraciones, volvemos a planteamientos éticos de notable envergadura en la sociedad cubana. Decir mediante la belleza expositiva también es una manera de descubrir al otro.

En dicha capacidad ofreció una clase magistral la Amalia de Clarita García. Solícita, comprensiva, propensa al error y, a la vez, a tomar el rumbo correcto ante propias convicciones. Fue orgánica con su personaje y la cadena de acciones bien estructurada.

Conmovedora fue la Amalia de Clarita García.
Conmovedora fue la Amalia de Clarita García. / Foto: Leyva Benítez

Sin duda, la tríada producción-guion-dirección, demostró esa relación necesaria entre eslabones de notable impacto en el resultado final. El valor artístico es una cualidad integradora que nace en el proceso creativo, no admite improvisaciones ni negligencias en detrimento de las partes y el enfoque holístico de los asuntos abordados.

En Calendario el todo ha sido investigado para cautivar al destinatario. Debemos comprender el arte como un sistema de signos cuyas unidades se articulan a partir de cierta intencionalidad, la cual indica más de un camino para descubrir qué representa lo expuesto y cómo funciona el lenguaje artístico.

Imposible olvidar a don Fernando Ortiz: “lo característico de Cuba es que, siendo un ajiaco, su pueblo no es un guiso hecho, sino una constante cocedura”. Ningún otro medio como la televisión consigue la armonía de ver juntos. Hay que aprovechar su dimensión socializadora y seguir incorporando la cultura en tanto mecanismo de alimentar textos nuevos, lejos de la complacencia.

Por su parte, la música de Magda Rosa Galván y Juan Antonio Leyva aportó a Calendario atmósferas y un cálido acompañamiento sonoro.

La puesta motivó sentir que al parecer, lo real está ahí, en la pantalla, desafiante, dinámico. Puede ser una espesura tentadora, que invita a creer, compartir, participar en viajes de exploración. Despliega amplias madejas, asociaciones infinitas. Todo esto es capaz de sugerir nuestra TV, meditemos, pues ya se graba la segunda temporada de la serie.

 

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Un comentario

  1. Gracias al siempre bien afinado dúo Sahily/Leyben por acercarnos de otro modo a ese virtuoso regalo que ha resultado Calendario. Muestra de lo mucho más y mejor que somos capaces de hacer.

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