EE.UU.: Armas de fuego, no

Dos sonados actos de violencia ocurrieron en Miami Beach durante los festejos de primavera. Armas de fuego / tampabay.com
Dos sonados actos de violencia ocurrieron en Miami Beach durante los festejos de primavera. / tampabay.com

 

Marzo 20 de 2022. 27 grados sobre Miami Beach. Gorras. Trajes de baños. Multitud. Entusiasmo de muchísimos estudiantes universitarios. Cuadragésimo segundo aniversario de la celebración del spring break o fiesta de primavera en Florida.

Un hombre alto, rubio, de ojos escrutadores, camina con desenvoltura (pistola en mano) por entre miles y miles de personas congregadas. El hombre sonríe, pero la sonrisa no impide la acción. Aquella mujer que lo miró de reojo se encuentra ya herida de bala, a pocos minutos de morir.

El tiempo apresado. Cualquier rostro, cualquier gesto puede ser motivo de un disparo: el vendedor de helados, la muchacha que bebe una cerveza, el joven que baila, la niña con su globo… El hombre pasa, mira, se detiene y apunta. Alguien pide auxilio. Nadie responde.

El derecho a portar armas de fuego en Estados Unidos forma parte de la Segunda Enmienda de la Constitución.

Los investigadores de la organización Evertown for Gun Safety concluyeron que en el sur del país había la mayor cantidad de años de vida potencial perdidos por tiroteos. Armas de uego
Los investigadores de la organización Evertown for Gun Safety concluyeron que en el sur del país había la mayor cantidad de años de vida potencial perdidos por tiroteos.

La Segunda Enmienda es un producto de la ilustración, de la guerra fraguada contra Gran Bretaña, de la lógica republicana. Eso es un hecho. Pero, ciertamente, también las armas de fuego existen. Las armas de fuego con todo lo que significan: la muerte, el hombre aplastado contra su dignidad, los 109 asesinatos masivos en lo que va de año…

Teniendo el amor por la paz como denominador común, decenas de investigadores de la revista Trauma Surgery and Acute Care se lanzaron a quemar todas las naves del dolor. Para ello, compararon las cifras de los acontecimientos violentos con la esperanza de vida promedio en Estados Unidos (78.7 años) y luego sumaron las diferencias.

Como resultado obtuvieron que en 2017 se perdieron 1.44 millones de años de vida potencial debido a homicidios por tiros. Los hombres que fallecen en esos sucesos tienden a ser jóvenes. Entre las mujeres, los asesinatos aumentaron casi 10 por ciento desde 2009 hasta 2018.

La Segunda Enmienda dice sí. Un sí triste, un sí desesperanzador. En otro estudio (en este caso realizado por la organización sin fines de lucro Evertown for Gun Safety) se indica lo siguiente: “Existe una correlación directa entre regulaciones más débiles y tasas más altas de homicidios, suicidios y muertes accidentales”.

El grupo descubrió que las leyes Mississippi son la de mayor debilidad, con una puntuación de tres sobre 100, con una tasa de 28.6 fallecidos por cada 100.000 habitantes, por encima de todos los estados de la Unión. En cambio, California, que regula las armas de forma más estricta, con una puntuación de 84.5 sobre 100, presenta una relativa baja tasa, de 8.5 víctimas por cada 100.000 habitantes y por debajo del promedio nacional, de 13.6.

Ojalá algún día podamos ver a la sociedad estadounidense con un menor porcentaje de violencias. Será el momento oportuno de que, todos, nos saludemos con un rotundo “Armas de fuego, no”.

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