Foto. / icesculptingsecrets.com
Foto. / icesculptingsecrets.com

El arte más frío del mundo

Diciembre, enero y febrero son meses predilectos para esos escultores que prefieren las temperaturas muy bajas y el trabajo en exteriores. De ese modo obtienen la materia prima de sus creaciones: enormes bloques de hielo, y garantizan que estas sean aquilatadas por numerosas personas.

La efímera existencia física –aunque perviven en fotos o videos– no les resta valor a las obras de los profesionales ni al esfuerzo de los artistas naif. En ambos casos, la realización conlleva una cuidadosa labor previa, similar a la que se necesita para esculpir materiales duraderos, como la piedra o el mármol: elegir el emplazamiento, idear las figuras, delinearlas sobre papel o en la computadora, quizás incluso hacer una maqueta a escala, seleccionar el bloque con el tamaño y la consistencia idóneos.

Es preciso, además, tener buen pulso, conocer principios básicos de diseño espacial y de cómo mantener en equilibrio objetos voluminosos; asimismo, dominar el empleo de disímiles herramientas, desde motosierras, sierras manuales, picahielos y cinceles, hasta instrumentos diseñados para lograr detalles y filigranas.

Se trata de una labor peligrosa, pues los artífices se arriesgan a cortarse con sus implementos o con los bordes filosos de las piezas, al congelamiento de las manos y a la hipotermia, entre otros accidentes. Incluso la escultura puede colapsar, como le sucedió una vez a Junichi Nakamura, quien es considerado uno de los más expertos artistas en este campo.

Los espectáculos y concursos asociados con esa especialidad disponen, en el orbe, de múltiples espacios donde las obras se ejecutan y exhiben al aire libre. Así ocurre, por ejemplo, en el Festival Internacional de Esculturas de Hielo y Nieve de Harbin, el de Changchun, ambos en China; el de Sapporo (Japón) y el de Jelgava (Letonia). La ciudad polaca de Poznan y Moscú brindan exposiciones similares. Dos eventos muy atractivos para los virtuosos son la competencia mundial de Fairbanks, en Alaska, y la de Valloire, en Francia.

Apenas el invierno se torna menos gélido, los personajes, escenas y representaciones abstractas comienzan a derretirse. ¿Por qué dedicar tanto empeño, entonces, a algo que no perdurará? ¿Es acaso una metáfora de la vida?

Foto. / rogerwing.com
Foto. / pinimg.com
Foto. / pinterest.com
Foto. / rove.me/es/to/china/harbin
Foto. / viapais.com.ar
Foto. / icesculptingsecrets.com

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos