Espacio de lujo con el más coloquial lenguaje

Cuba rinde homenaje a Juan Antonio Borrego, dos años después de haber partido para quedar como referente eterno de liderazgo y de ejercicio del periodismo dentro de la prensa cubana


Devino el recién celebrado Primer Coloquio Nacional Juan Antonio Borrego in Memoriam (Sancti Spíritus, 3 de octubre de 2023) espacio y momento de verdadero lujo, no solo dentro, sino también fuera del ámbito periodístico cubano.

El Coloquio tuvo lugar en la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena.

Tres instantes del programa volvieron a confirmar cómo el tiempo puede tornarse tan relativo, insuficiente, ofrecer incluso la sensación de que “se va volando” y dejar ávido de “un poco más” a un auditorio en cuyo seno los anfitriones, visitantes de varias provincias, ponentes, directivos del gremio e invitados de otros sectores coincidieron desde la abierta posibilidad de expresarse, escuchar, opinar, sugerir, apoyar o disentir.

El primero en “servir la mesa” fue el máster Enrique Ojito Linares, redactor del periódico Escambray y Premio Nacional José Martí por la obra de la vida, quien no dejó duda, ni margen para ella, en torno al indiscutible liderazgo de Juan Antonio Borrego, sobre todo durante los 24 años que se mantuvo al frente del rotativo provincial espirituano.

Sustentada en argumentos sólidamente manejados desde bases científicas, de acuerdo con modelos internacionales de liderazgo, la conferencia profundizó en conceptos y herramientas que, con mayor dominio de ellas o no, le permitieron a Borrego convertir en verdadera familia al colectivo de Escambray.

Dentro de la propia sala hay quienes le dan seguimiento a lo que difunde el Coloquio, incluso por canal de Youtube.

Opiniones in situ (periodistas del rotativo, colegas de Prensa Latina, el presidente de la Sociedad Cultural José Martí, representantes de la Universidad espirituana…) o transmitidas desde puntos tan distantes como Argentina y Nueva York, convergieron en la solidez del ejemplo personal presente todo el tiempo en Borrego, su capacidad para organizar los procesos inherentes al órgano de prensa, la creación de un ambiente de participación colectiva, su siempre acertada toma de decisiones y sobre todo esa modestia congénita ante la cual no había tarea u orientación que alguien rehusara cumplir.

No por casualidad, en una de sus intervenciones, Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, afirmó que el ejemplo de Juan Antonio no solo es válido para quienes realizan funciones de dirección dentro del sector en todo el país, sino también para la sociedad cubana, en general.

Otra ponencia de la jornada, a cargo de la corresponsalía de nuestra revista BOHEMIA en provincias del centro y oriente cubanos, confirmó la extraordinaria labor de Borrego desde su condición de corresponsal del diario Granma, función que desempeñó durante 29 años, simultaneada por casi un cuarto de siglo con la dirección de Escambray, hecho considerado como único en la prensa cubana.

Criterios transmitidos por integrantes del equipo de corresponsales de Granma reafirmaron rasgos muy propios de la personalidad de Juan Antonio, de su alta profesionalidad y de sus virtudes como corresponsal (férrea autodisciplina, excelente manejo de todos los géneros periodísticos, dominio del territorio, cuidadoso empleo de las fuentes…) así como la presencia de un muy fino humor, discreto, pero contundente e inagotable.

Viejo compañero de Borrego, este periodista no deja escapar ni un detalle.
Como acostumbran los espirituanos, fino ingrediente cultural.

Todas esas características tributaron a resultados que ubican a Escambray como referente obligado dentro de la prensa nacional, sobre todo en medio de la “insoslayable necesidad” –reiterada por Ronquillo– de transformar el modelo de gestión económica, editorial y tecnológica.

Lo corroboró la doctora Rosa Miriam Elizalde, al evocar las recurrentes oportunidades en que acudió a la experiencia práctica de Juan Antonio para, en equipo, perfilar las bases teóricas del experimento encaminado precisamente a lograr dicha transformación.

No es casual, en modo alguno, que, tras la convocatoria para el Premio Nacional de Periodismo de Investigación Quijote de Cuba, emitida por la Cátedra Honorífica Juan Antonio Borrego, en la Upec espirituana y el periódico Escambray, se hayan recibido casi una treintena de obras enviadas por colegas que laboran en ocho periódicos provinciales y en otros medios de alcance nacional e internacional.

Durante el coloquio fueron entregados los premios del Concurso Nacional de Periodismo Investigativo Quijote de Cuba.

De ese conjunto emergieron como ganadores el joven Ayose Naranjo, del periódico Girón, de Matanzas (primer premio, Revelaciones desde el limbo); Dailene Dovale de la Cruz, de la revista El Caimán Barbudo (segundo lugar, La noche de la vida); Sayli Sosa, del periódico Invasor, de Ciego de Ávila (tercer premio, País E-28: los desafíos y el horizonte); mientras Rosanyela Cabrera y Samuel Viamontes recibieron mención por el trabajo titulado Solo envío fotos si pagas primero: la ruta del comercio sexual en Cuba, publicado en la revista Alma Mater.

Lo acontecido durante ese primer coloquio, lo expresado en él, lo que el tiempo no permitió y aguarda para la venidera cita, confirman cuán acertado fue crear la Cátedra Honorífica Juan Antonio Borrego como vía para enaltecer su figura, investigar su producción comunicativa y su condición de líder, dar continuidad a su pensamiento innovador y a su visión estratégica acerca del periodismo y de la comunicación, e incentivar indagaciones acerca del periódico Escambray, entre otros objetivos.

Ojalá todas las provincias aprovechen la perdurable existencia en ellas de hombres como Juan Antonio Borrego, a quien Ricardo Ronquillo definió como uno de los más importantes paradigmas de la prensa en el país.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos