Factura de guerra

Para extender la duración de la guerra miles de millones de dólares se canalizan desde Occidente hacia Kiev, mientras comienzan a saltar las alarmas por la falta de transparencia y posibles tramas de corrupción


Un misil del sistema antiaéreo británico Starstreak está valorado entre las 100 000 y las 130 000 libras esterlinas. Desde que fueron enviados a Ucrania para apoyar el conflicto de este país con Rusia han sido lanzados cientos, la mayoría sin éxito. Algunas fuentes señalan que en una noche las fuerzas de Kiev pueden haber gastado casi un millón de dólares tratando de derribar los aviones de Moscú. Pero eso es solo un segmento del gasto diario de la guerra en el oriente europeo, cuyo monto pocos analistas se atreven a vaticinar, ante la opacidad de las cifras aportadas por los gobiernos.

El Instituto de Kiel para la Economía Mundial (IfW), un centro de investigación alemán, es capaz de proporcionar cifras bastante precisas, basadas en su Rastreador de Apoyo a Ucrania, que monitorea la ayuda militar, los servicios humanitarios y la ayuda financiera a ese país desde Occidente. De acuerdo con esta fuente, Estados Unidos tiene compromisos de ayuda militar que superan los 24 300 millones de dólares. En el segundo puesto se ubica el Reino Unido, uno de los mayores proveedores de armas, con un monto comprometido de 4 400 millones de dólares. Alemania completa el top tres, con 2 490 millones de dólares, siendo, junto con Londres, quien encabeza el apoyo de la Unión Europea, que en conjunto ha proporcionado 9 180 millones de dólares para el espaldarazo bélico.

Estos números recogen el apoyo directo en materia militar, sin embargo el dinero se canaliza hacia otros destinos bajo el supuesto de asistencia humanitaria y financiera. Al sumar esas cuantías la cantidad crece hasta 51 000 millones de dólares desde Washington y 55 000 millones de dólares desde Bruselas, que aprobó un inédito reembolso del contradictoriamente llamado Fondo Europeo para la Paz y así mostrar su compromiso con Kiev. El acuerdo que gestiona este mecanismo financiero, creado en 2021, supone que el dinero debe emplearse para la compra de equipos no letales a terceros países que necesitaran apoyo en materia de seguridad. Sus objetivos declarados son mantener la paz, prevenir conflictos y fortalecer la seguridad y la estabilidad; pero todo esto ha sido obviado por el Grupo de los 27 para echarle mano y mantener activo el flujo de billetes hacia el frente en el Donbás.

Los expertos califican de inéditos, asombrosos o extraordinarios los gastos. Mónica Duffy Toft, profesora de Política Internacional y directora del Centro de Estudios Estratégicos de la Facultad de Derecho y Diplomacia Fletcher de la Universidad de Tufts, señaló que los paquetes de gastos aprobados por la administración del estadounidense Joseph Biden tienen una velocidad y un volumen asombrosos si se compara con la forma en que Estados Unidos ha apoyado otros conflictos, como por ejemplo la Guerra Fría y la de Vietnam. De hecho, el pasado año Washington destinó en apoyo militar más dinero a Kiev que a Israel, uno de sus principales aliados y receptor de ayuda de este tipo. Un elemento interesante es que el gasto está planificado hasta alrededor de 2030, lo que supone que tanto la Casa Blanca como el Pentágono prevén que este será un conflicto de desgaste.

Estados Unidos es el principal emisor de ayuda militar a Ucrania. / nyt.com

Gastos millonarios sin control

El interés por la transparencia de los fondos estadounidenses gastados en Ucrania sigue cobrando fuerza. Cuando gastas tanto dinero tan rápido, con tan poca supervisión, vas a tener fraude, despilfarro y abuso, dijo en una entrevista John Sopko, el inspector general especial para la reconstrucción de Afganistán. Recientemente un informe del Pentágono reveló que no podía comprobar que toda la ayuda militar, humanitaria o financiera enviada a Kiev había podido ser verificada. La noticia inquietó en Washington.

El Comité de Control y de Rendición de Cuentas, liderado por el republicano James Comer, exigió al Pentágono, al Departamento de Estado y a la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) la presentación de informes sobre los gastos de ayuda a Kiev, financiados por los contribuyentes, para asegurarse de que esos fondos están protegidos del despilfarro, el fraude y el abuso. A la presión sobre la administración Biden-Harris se unieron el senador James David Vance (Republicano por Ohio) y el representante Dan Bishop (Repubicano por Carolina del Norte), quienes redactaron una carta a la Casa Blanca solicitando una expansión a un informe requerido por el Congreso sobre la cantidad de asistencia de seguridad enviada a Ucrania.

Mientras, en una audiencia del Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, la asesora del secretario del Departamento de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional, Celeste Wallander, dijo que Kiev debe empezar a pagar por los sistemas de armas que recibe de Washington. En la sesión, Mike García, congresista republicano por el estado de California, afirmó que la idea de que Ucrania adquiera armas en lugar de pedirlas gratis caería bien entre los contribuyentes estadounidenses. Se unía así a la representante Marjorie Taylor Greene, republicana de Georgia, que en noviembre de 2022 dijo que con los republicanos controlando la Cámara de Representantes ni un centavo más irá a los ucranianos.

Las encuestas señalan que entre los votantes republicanos el apoyo a la guerra descendió en tres meses de 80 al 55 por ciento. De cara a las presidenciales el tema pudiera convertirse en un asunto de campaña y así lo quiere incluso Donald Trump, quien recientemente dijo, durante un acto, que si ganaba los comicios pondría fin a la contienda en un día.

Pero la preocupación de los legisladores y funcionarios norteamericanos no es artificial. Ucrania ocupa el puesto 116 entre 180 naciones en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. El 14 de febrero el ministro de Defensa nombró nuevos diputados después de que informes noticiosos mostraran que funcionarios de esa institución habían comprado alimentos para las tropas a precios inflados.

Otros, como el líder checheno Ramzan Kadyrov, dijeron que la ayuda exterior a Ucrania es un esquema de lavado de dinero. En un mensaje divulgado en la plataforma Telegram señaló que los funcionarios occidentales y ucranianos malversarán estos fondos y que no más de 15 por ciento de toda la ayuda llegará a las trincheras.

A las preocupaciones y denuncias se sumó una publicación conjunta del diario británico The Guardian y el tanque pensante Responsible Statecraft; ésta reveló que lobistas que trabajan para auxiliar a Ucrania en el conflicto con Rusia obtienen beneficios millonarios al representar también a empresas armamentísticas que tienen contratos con el Departamento de Defensa estadounidense. El artículo siguió la pista de varios ellos, entre los cuales está BGR Government Affairs, con contactos en segmentos de alto lo nivel del gobierno ucraniano y que obtuvo más de medio millón de dólares por su trabajo a favor de contratistas del Pentágono que se benefician de la continuidad del conflicto. También aparece en el listado la firma Mercury Public Affairs, la cual, mientras defendía los intereses de Kiev, también trabajaba para contratistas del Pentágono, de los que recibió pagos por más de 180 000 dólares.

Entretanto, la economía rusa ha mostrado resiliencia ante las sanciones de Occidente y anunció para 2023 también un presupuesto de defensa millonario. Recientemente el presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, dijo a medios chinos que por el momento existe una oportunidad única de alcanzar la paz, que se perdería si Moscú transforma su producción a los modelos de economía en tiempo de guerra. Sin embargo, la ruta del dinero apunta a una extensión del conflicto europeo. Los esfuerzos por la paz recientes de países como China pudieran estrellarse contra los intereses de quienes facturan a costa de la guerra.


CRÉDITO PORTADA

Occidente ha proporcionado material bélico avanzado a Ucrania. / financialtimes.com

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Un comentario

  1. La razón de fondo de la invasión rusa es que con la desintegración de la URSS, Ucrania logra la independencia. Rusia anexará a Ucrania, ya que es el granero de Europa. Amén de sus grandes reservas de petróleo, gas y minerales de todo orden. Es natural que así sea. Y no sólo Ucrania, después vendrán las otras anexiones hacia las otras repúblicas que lograron su independencia. Lo veremos, en pocos años más, la URSS volverá en gloria y majestar, claro que ahora se llemará Rusia. Nada de reprochable. Los EEUU y sus aliados, saben que eso sucederá y lo tratan de evitar. Nada de malo hay. PERO, será una resistencia inútil. Lo veremos.

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