La Habana ha sido siempre una urbe de inspiración. Los encantos de su inconfundible arquitectura atraen la atención de los caminantes… Adentrarse en la vieja ciudad es encontrar entre esos muros añejos, columnas coloniales y adoquines por donde ha transitado el tiempo, la esencia de cinco siglos de historia.
Dos años han transcurrido desde la partida física de Eusebio Leal, quien hizo renacer a la ciudad del deterioro del tiempo. Sencilla y acogedora, Patrimonio de la Humanidad, mostrará siempre la impronta creadora de su historiador y defensor más apasionado de la vida de sus calles y su gente.
Es elocuente su legado patrimonial. Hoy retornan sus pasos, se redescubren sus huellas. El hombre generoso y su Habana se resisten a dejar de andar.







