Israel y los EE.UU.realizaron ejercicios conjuntos con los cuales se propusieron mostrar músculos en la región, enviándole a Teherán un mensaje sobre sus capacidades militares. Sin embargo, la nación persa lleva años preparándose
Cuando el presidente chino, Xi Jinping, felicitó en septiembre de 2022 a su homólogo persa, Ebrahím Raisí, por el ingreso en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) inmediatamente se asoció la misiva con los planes del gigante asiático en cuanto a la creación de un mundo multipolar y con la capacidad de Irán frente a las amenazas occidentales. No estamos ante un hecho menor, se trata en todo caso de un abierto apoyo de Pekín a la protección de Irán, nación que espera seguir defendiendo el principio de la no interferencia en los asuntos internos de otros países, así como defender en unidad los intereses que tienen en común los países en desarrollo. (1)
Xi, en su mensaje, señaló su vocación por seguir desempeñando “un rol constructivo” para poner de nuevo en marcha el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), al que se llegó en 2015 sobre el programa nuclear iraní, pero que el presidente estadounidense Donald Trump echó por la borda sin más ni más.
Intentan asustar a Irán
Ante estas perspectivas, cabe esperar que Irán siga construyendo alianzas favorables no solo con el pueblo y gobierno chinos, sino como las que mantiene con Rusia en materia de defensa. Y esto es sumamente importante, porque este 23 de enero Estados Unidos e Israel realizaron en suelo hebreo unos ejercicios militares denominados Juniper Oak 23, que, según expertos, son los más significativos hasta la fecha.
En su movilización se puso sobre las armas a seis mil 500 efectivos yanquis y otros mil israelíes, con toda una parafernalia bélica de última generación, en pie de guerra ante supuestos terroristas. ¿Y quiénes lo son para Israel en la zona? Por supuesto que los palestinos de Gaza y Cisjordania; Hezbola, en Líbano e Irán, más específicamente el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), a los que Teherán considera garantes de la paz y la estabilidad nacionales. Paradójicamente, un comunicado del Departamento del Tesoro yanqui los acaba de incluir en la lista de sanciones, que contempla la prohibición de cualquier tipo de transacción económica o comercial.
De ahí que haya que mirar con suspicacias esta maniobra conjunta que, al decir del general Michael Erik Kurilla, jefe del Comando Central de EE.UU., representa una señal de que “continuamos respaldando a Israel, en un momento en el que hay mucha turbulencia e inestabilidad en la región”. Sí, sin dudas lo es. Como lo son las sanciones extraterritoriales contra Irán. (2)
En ese sentido, el canciller persa, Hosein Amir Abdolahian, declaró que la Casa Blanca no está en posición siquiera de hablar sobre derechos humanos, porque un país cuyas políticas intervencionistas y belicistas “han causado la muerte de unos dos millones de personas en Afganistán, Irak, Yemen, Palestina y Siria, y aviva las llamas de guerra en Ucrania e impide la paz, no puede dar lecciones de derechos humanos a otros”.
Irán no está sola
Seamos más explícitos: en mayo del año 2014 se reunieron los mandatarios chino, ruso e iraní en la IV Cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia –CICA por sus siglas en inglés–, celebrada en Shanghái y que fue creada para promover la paz, la seguridad y la estabilidad en Asia en respuesta a los nuevos tiempos. En esa oportunidad se discutió sobre una plataforma de cooperación a fin de establecer un mecanismo de consulta de defensa.
Y esto es también una forma de contrarrestar el peso del mundo unipolar por uno multipolar: China, Rusia e Irán, al amparo de la decisión de sus gobiernos, y con conflictos bélicos y acciones de máxima tensión política, han estrechado la cooperación estratégica. Lo hemos visto en Siria y en IraK, lo cual ha sido determinante en la nueva correlación de fuerzas en el Oriente Medio. (3)
El analista chileno Pablo Jofré Leal destaca que “no resulta extraño que Rusia, China e Irán hayan generado una diplomacia activa y en terreno, destacándose la circunstancia del factor geoestratégico que representa para China la zona de Oriente Medio y Asia Central, pues recibe de allí cerca del 50 por ciento del petróleo y el gas que necesita para su economía”. Entonces, el giro de Irán hacia Asia rompe con su aislamiento, contrarresta el creciente poder de Turquía en el área y aumenta su poder político a través de sus guardianes y las milicias Hezbola.
En su artículo “Rusia-China-Irán; Una alianza destinada a romper hegemonías”, el también periodista nos actualiza acerca de eje Beijing-Moscú-Teherán, que -además de ser colosal en términos demográficos-, con una población en conjunto de un poco más de mil 500 millones de habitantes, es también enorme desde el punto de vista geográfico. “Con 29 millones de kilómetros cuadrados, tienen una economía que en conjunto representa el 22 por ciento del PIB mundial”.
Además, con China y Rusia, que son partes componentes del exclusivo club nuclear y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el respectivo derecho a veto. “El nuevo Eje está dotado, igualmente, de un poderío militar capaz de contrapesar en las áreas de disputa, en el campo naval, terrestre y aéreo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así reconocido por altos mandos de la Alianza y los propios análisis de los think tanks, vinculados tanto a la OTAN como al Pentágono”.
Entrando en la OCS, Irán y China podrán coordinarse mejor a nivel regional e internacional. Y preservando el CICA, creando alianzas de desarrollo en todos los frentes, Irán, Rusia y China están en mejor posición de no dejarse amedrentar por unos ejercicios militares entre Israel y los Estados Unidos.
CRÉDITO PORTADA
El eje China, Rusia e Irán está emergiendo con fuerza en el tablero de ajedrez mundial. / farodiroma.it
2 comentarios
La moneda SIEMPRE tiene tiene dos caras. Los EEUU e israel son países gemelos. Nada de malo hay que realicen ejercicios militares en conjunto, es más, es natural que sea así. Ambos países amenazados, el primero por las emergentes potencias militares de Rusia y China, entre otros, que desean disputarle la hegemonía militar mundial. Tampoco nada de malo. El segundo, país creado por las NNUU en 1948, para evitar un conflicto mayor. Ahora, ni los EEUU ni Israel necesitan mostrar sus dientes a sus potenciales oponentes. Si esa es la interpretación de la articulista, yerra. Ve peligros dónde NO existen. Los EEUU, al menos por el presente siglo, NO tendrá adversarios reales ante su poderío militar, sí económico. Israel, más temprano que tarde, será reconocido por Palestina y será el inicio de su desarrollo económico, hay en día sumido en la más absoluta pobreza, viviendo de la caridad de sus vecinos árabes. .
¡¿Israel y Estados Unidos amenazados?! Qué injusto yo. Pensaba que la principal y mayor amenaza del mundo -reconocida por muchos y demostrado en la práctica histórica, desde su creación- era Estados Unidos, seguidos de cerca por el otro “amenazado”. ¿Quién amenaza a quién; quién agrede a quién; quién despoja a quién? ¿De qué vive (y ha vivido) Estados Unidos?: De las guerras, de las invasiones, de las agresiones, de las “intervenciones humanitarias”, de las ocupaciones, de la explotación de recursos ajenos… Por supuesto, Israel no queda a la zaga, el lobby sionista es uno de los principales soportes y cerebros de la política estadounidense. Ambos se apoyan en sus fechorías. Estados Unidos es un firme defensor de Israel en las Naciones Unidas y en su Consejo de Seguridad. En algo sí estoy de acuerdo con Piñeiro: “Nada de malo hay que realicen ejercicios militares en conjunto, es más, es natural que sea así.”
Al referirse a Israel, expresa que fue “creado por las NNUU en 1948, para evitar un conflicto mayor”, sin embrago, Israel, se constituye hoy en uno de los principales focos de conflicto, un agresor y un usurpador, por supuesto, respaldado por USA.
Y me disculpa, pero no creo que la gran preocupación de USA con China y Rusia sea que estas le disputen la hegemonía militar mundial, sino la económica. Hasta la hegemonía del dólar pende de la tela de una araña.