Metáforas de la pérdida

En la red nacional de librerías está a disposición de los lectores cubanos el volumen Hacia la extinción, del argentino Oliverio Coelho, publicado en 2015 por el Fondo Editorial Casa de las Américas


Hacia la extinción es uno de esos libros que nunca borras de la memoria. De principio a fin, el lector se mantiene absorto, atento a sus 13 insólitos relatos de los que emergen microfibras de una realidad absurda, desatinada y, sobre todo, transida por orfandades y mutaciones de la memoria, en un juego paradójico entre el pasado y el presente.

Su autor, el argentino Oliverio Coelho (Buenos Aires, 1977), insta a una reflexión sobre la naturaleza humana a partir de las más inverosímiles circunstancias. Con un patrón singular, cada personaje sobrelleva la carga de la pérdida, de cierta condición o de un ser querido, cuyas implicaciones trascienden a sus vacíos existenciales y les generan inseguridad y tensiones.

En cierto modo este volumen pone en crisis la subjetividad masculina y discurre sobre calidades y cualidades humanas.

Así en la primera historia (El ocupante) un hijo pretende resignarse a la muerte de su padre, pero un acontecimiento fortuito totalmente insólito perturba su vida y el duelo al ser querido deviene evento raro que trastoca el curso de su cotidianidad.

Esta conexión con el recogimiento que suscita el luto al progenitor se repetirá en otros relatos más de la selección como Vigilia y El traidor, y alcanzará otras complejidades y gamas en Treinta dólares y El don, en los cuales la pérdida se asocia a la pareja y al deterioro de la creatividad, el ingenio artístico de un sujeto.

En casi todos los cuentos, mientras los personajes transitan por el trance del duelo intentan superar incidentes imprevisibles, perturbadores que los apartan de su órbita ordinaria y más deleitable. A ello se suma que las historias encarnan a individuos de vida desordenada o libertina, pocas veces redimidos por la sociedad y cautivos de situaciones ilógicas, por momentos hilarantes y, en ocasiones, tan extremas que ponen en riesgo la vida.

En el texto Coelho apuesta por la metáfora de la movilidad de los sujetos como modelo transformador de su existencia, o sea, el hecho de viajar de una ciudad a otra, de un país a otro, esculpe un estado de sensaciones, ánimos que muestra a los personajes como seres renovados, plenos, expectantes. Con este recurso se revalida el sentido de vida disipada, marcado por una concepción desterritorializadora de un conjunto de códigos simbólicos; un ejemplo magistral de ello es el relato que le da título al libro.

Oliverio Coelho es reconocido como autor de distintas novelas y libros de cuentos entre los que se encuentran Tierra de vigilia (2000), Los invertebrables (2003), Borneo (2004), Promesas naturales (2006), Ida (2008), Parte doméstico (2009), Un hombre llamado Lobo (2011, Tercer Premio Nacional de Novela) y Bien de frontera (2015).

De acuerdo con el criterio de expertos, su obra trasciende a dos etapas diferentes en complejidad estética y estilística. La que inició su carrera como narrador se determinaba por un trabajo excesivo en el lenguaje, era una escritura muy preocupada por las formas, dada a la experimentación y con fuerte aliento innovador; en tanto en el decurso, Coelho se enrumbó por otros derroteros y se redescubrió como un escritor menos obsesionado por las formas, más naturalista e entusiasmado en el relato en sí mismo que en la cuestión estilística; a este período corresponden, entre otros, el volumen que nos ocupa.

La literatura de Oliveiro Coelho ha sido publicada en diversas antologías del mundo y traducida al portugués, el francés, el inglés y el árabe. En 2010, la revista británica Granta lo eligió como uno de los 22 mejores escritores de habla hispana.

Con Hacia la extinción los lectores cubanos tienen la oportunidad de auscultar la psicología de las criaturas perturbadas e introvertidas de Coelho, quienes desde sus nostalgias y aturdimientos, intentan sopesar miedos y aversiones, enmascaramientos y raros rituales, en aras de esa existencia que creen siempre será mejor.

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