Pensar entre todos

Un llamado al análisis sobre cómo las instituciones y los medios de comunicación audiovisuales pueden influir en la formación de públicos capaces de discernir, con juicios críticos, lo culturalmente auténtico y valioso


Lo sabemos: en el siglo XXI las no tan nuevas tecnologías, los constantes flujos de información, códigos e imágenes proliferan por diferentes vías. Desde la niñez las personas son portadoras de cultura que se adquiere mediante la vía oral.

No son pocas las familias cubanas interesadas en despejar una interrogante de notable influencia en la sociedad. ¿Qué puedo hacer para orientar a mis hijos en el momento de seleccionar materiales audiovisuales edificantes y entretenidos?

Padres, maestros, guionistas y realizadores son conscientes de que el cimiento del aprendizaje reside en la práctica de lecturas creativas; esta exige un proceso, el cual demanda entrenamiento.

Sin duda, el medio televisual es un eslabón imprescindible en dicho quehacer. Lo manifestaron numerosos participantes durante la sesión Infancia y Comunicación 2023, que durante el evento Caracol de la Uneac, centró sus enfoques en problemáticas que atañen a la educación, la cultura y la defensa de los derechos y los deberes de niños y adolescentes.

Un ejemplo de oportuno intercambio entre realizadores y los de menos edad lo ofrece el programa Como tú (Cubavisión, lunes, 6:00 p.m.), galardonado con el Premio del Centro de Estudios de la Juventud.

Dalgis Román, guionista y realizadora, construye en su programa mundos edificantes para la infancia y la juventud. / Yasset Llerena

Dalgis Román, guionista y realizadora del espacio, recibió de manos de Pedro Noa, vicepresidente de la Uneac en Mayabeque, el reconocimiento que avala un nexo imprescindible para conocer mejor a los destinatarios en cada emisión.

Pero, lamentablemente, no siempre en la programación infantil y juvenil se mantiene la escucha atenta a sus destinatarios.

Y debemos reflexionar: ¿solo en esos programas debe prevalecer el análisis permanente de las relaciones entre educación y cultura, a partir de la idea de contar con la escuela como la institución cultural más importante de cada comunidad?

Nunca lo olvidemos: esta es, junto a la familia, no solo el espacio donde se adquieren conocimientos, sino en el que se forman valores cívicos, éticos y estéticos y se prepara a las nuevas generaciones para la vida en constante desarrollo.

Pensar entre todos permite nutrir una cultura inclusiva y de plena participación.

El asunto demanda dar seguimiento a diálogos y debates sostenidos en el Caracol. Y a la crítica cultural le corresponde estudiar, meditar, intervenir con análisis y valoraciones en provecho de influir positivamente en el escenario comunicacional y mediático, en la jerarquización de los valores de la identidad y la cultura cubana.

Acudir a los clásicos siempre abre horizontes. Hay que investigar y preservar la memoria histórica de la enseñanza del arte en Cuba.

Siga la pista de lo que ve y escucha su hijo. Participe con él en la labor de desentrañar lo desconocido.

Según el inolvidable poeta Eliseo Diego, hombre culto, sensible, el Érase una vez de los cuentos abre el telón hacia mundos nuevos, donde tras innumerables peripecias, los personajes viven muchos años y conquistan la felicidad.

Buena parte del mundo ha pasado a ser una sociedad multipantalla y mediática. ¿Por qué no se aprovecha la TV tradicional de manera sistemática, en profundidad, para motivar el interés de los públicos hacia la lectura en soportes diferentes?

Entre las audiencias hoy prevalece una mayor familiaridad con el mundo digital y la búsqueda de la información inmediata sobre textos diversos mediante dinámicas relaciones.

Uno de los éxitos del medio televisual reside en considerar la sagacidad y la inteligencia de los públicos para que estos tengan mayores incidencias en la comprensión de los mensajes.

Pocos espacios apenas mencionan el libro publicado en fecha reciente, es preciso involucrar a las personas en el disfrute de la lectura de manera creativa. Si ya no se escribe ni se lee como antes, tampoco se ve ni se representa igual que antes.

La visualidad entró a formar parte de la dimensión cultural, la cual es, al unísono, imaginario, entorno tecnológico.

Estos tiempos requieren análisis sobre novedades literarias, obras de clásicos, el pensamiento de literatos y otros expertos en disímiles disciplinas. Cada rama de la ciencia tiene su historia propia, un legado universal y estimula el acercamiento interdisciplinario, fuente de inspiración de nuestra tradición intelectual.

Urge que guionistas y realizadores conozcan la pluralidad de lenguajes implícitos en flujos y reflujos informativos. Incluso prevalece una variación de sentido en las relaciones sociales, teniendo en cuenta los cambios en la transformación de infraestructuras y el notable incremento de la ocupación del tiempo frente a disímiles artefactos.

Spots, cápsulas, anuncios, comentarios, entrevistas, pueden ser muy útiles para establecer la necesaria relación entre textos y lectores.

Quizás poco lo meditamos: leer es una transición de la pasividad a la actividad. El discurso lingüístico y el discurso icónico hablan en actitud comprometida, comprender uno, otro, amplía los modos de aprehensión de “algo” nuevo o de lo conocido desde un nuevo enfoque interpretativo.

Es imposible diseñar una estrategia dirigida a la difusión masiva de la cultura, sin estimular la curiosidad, las necesidades afectivas, la ampliación de los universos personales y profesionales.

Tampoco se puede posponer el establecimiento de complicidades entre instituciones y organismos, lectores y libros, para defender un acercamiento duradero entre los seres humanos y los saberes infinitos. Pensemos en esto.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos