Para mí el color azul no es un color triste, aunque muchos se empeñen en verlo así.
Si observas la inmensidad del mar (azul) difícilmente puedas pensar en tristeza. Aunque, ok, tienes razón, hay muchas personas que van al mar a despojarse de ella. Pero mira atentamente, he dicho despojarse.
Pues este es el mar de Santa Cruz del Norte y también pudiéramos decir que es el mar que impregna de brisas y susurros al pequeño pueblo costero de la geografía Mayabequense.
La visita que tuvimos a ese hermoso lugar fue casi como un susurro. Mira como me sigo agarrando de palabras que he dejado ya detrás. Se trataba de un trabajo muy específico y no tuve mucho tiempo para recorrer sus calles, ni detenerme demasiado en sus casitas coloridas, algunas ya desvencijadas porque el mar, lo sabemos, es poderoso y su cercanía es buena, pero también trae muchos dolores de cabeza cuando hay mal tiempo.
Entonces, en la premura por cumplir con los requerimientos de mi labor que estaba enfocada básicamente en el hombre y sus caprichos con el mar, pude captar algunas vistas que me parecieron interesantes.
Si ya han leído algo de lo que escribo, sabrán que me gusta jugar con el tiempo; pues aquí estoy en ese proceso. Me viene a la mente el momento en que casi estábamos a punto de salir de La Habana y como era temprano, me aventuré a hacer una foto desde el auto que avanzaba velozmente.
De la misma manera lo hice durante el camino y antes de llegar a Santa Cruz del Norte. En esa imagen podría parecer que se trataba de un pueblo de montañas y mucho verde. Nadie intuiría con esa vista que después veríamos el azul.
A veces me pongo un poco nerviosa cuando sé que me esperan para continuar lo que habíamos empezado. La periodista que me acompaña me mira con algo de intriga e intuyo que se pregunta: ¿Y ahora qué estará haciendo que demora tanto? El chofer también participa en nuestras diligencias por el pueblo. Hemos decidido caminar y no puedo perderme estas vistas que se tomaron con solamente girar un poco el cuerpo desde el malecón santacruceño.
Sin dudas, pude lograr algunas fotos que me llenaron de mucha inspiración. Tengo muchas más, que conste, pero el espacio para un fotorreportaje es puntual y mejor no vamos a saltarnos las normas. En algunas imágenes que componen este trabajo, sino conoces ese poblado todavía, puedes notar que hay actividad industrial allí. De hecho uno de los rubros de Santa Cruz del Norte es la extracción de petróleo y gas natural así como la generación de energía eléctrica.
Lo que verás a continuación es la torre de la planta de generación eléctrica Ernesto Guevara que se divisa desde varios puntos y llama mucho la atención cuando te vas aproximando a esa localidad.
Entonces vamos a mirar los barcos. Está claro que en un pueblo costero no pueden faltar los pescadores.
(A veces para los fotorreporteros el trabajo no necesariamente se le puede considerar así, se trata más bien de un gran disfrute)
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