Tienen iguales propósitos imperialistas en el Oriente Medio, y para ello llevan años intentando crear una matriz de opinión negativa sobre el área. Han logrado consensuar sus intereses geopolíticos alrededor de la seguridad, y Siria no escapa a esa tendencia, incluso –aunque en menor medida que a Irán- también se le acusa de acumular armas de destrucción masiva. Israel y los EE. UU mienten.
Sin embargo, Damasco cuenta con el respaldo abierto de Moscú y la propaganda antisiria ha tenido que ser más inteligente. Así y todo atacan militarmente al país levantino cada vez que desean, y eso fue lo que sucedió a finales de 2021. El 28 de diciembre Siria sufrió embates estadounidenses e israelíes, lo mismo en el puerto de Latakia como en otras provincias, lo cual viola su soberanía y también la del Líbano. Pero el pueblo sirio no se cruza de brazos, por eso los valerosos enfrentamientos de efectivos del Ejército y las fuerzas populares (leales al Gobierno de Bashar Al Asad) en la aldea de al-Dardarah, en la provincia de Hasakeh, contra un convoy de cinco blindados de las fuerzas de ocupación yanqui, las cuales se encuentran ilegalmente en un tercio del territorio nacional.
Esto ha sido pan diario en una nación decidida a no dejarse robar otra porción de su territorio, esta vez por el Tío Sam, cuyo mejor discípulo, Israel, ya le arrebató los Altos del Golán. Los bombardeos de fin de año, más que perjudicar la economía buscan ir caldeando los motores para nuevas arremetidas. Tanto es así que, según el sitio árabe de noticias Al Mayadeen, a pesar de que el régimen de Tel Aviv rara vez reconoce sus ataques, el actual primer ministro israelí, Naftali Bennett, encubrió los históricos apetitos de su país con alegaciones muy trilladas al estilo made in USA: “Estamos repeliendo a las fuerzas del mal de esta zona, día y noche. No nos detendremos ni un segundo. Esto ocurre casi todos los días. Frente a las fuerzas destructivas, seguiremos actuando, perseveraremos y no nos cansaremos”.
Lo mismo el régimen sionista como el imperialismo estadounidense aluden al terrorismo de Daesh en el centro de Siria, o a las supuestas amenazas de otra invasión turca al noreste del territorio árabe para mantener viva su propaganda prosionista y proyanki en la región. Postura que queda sumamente mal parada si uno escarba en medios como HispanTV que nos retrotrae al 11 de octubre de 2021, cuando el premier israelí declaró sus intenciones de cuadruplicar el número de colonos ilegales en los Altos del Golán en Siria a 100 mil (la población nativa drusa es de aproximadamente 25 mil).
Panorama muy complejo, que se enrarece todavía más porque Washington ha impuesto a Damasco un bloqueo económico, redundando en el dolor y las privaciones diarias. Circunstancias aprovechadas por Israel, que agrede y presiona. Todo un conjunto de acciones que violan la soberanía de un Estado miembro de la ONU, y sabemos que EE.UU. e Israel carecen de moral para sostener los “derechos humanos” de seguridad que dicen defender.