Sistematizar para aprehender lo valedero

Oportunas vueltas a la memoria fílmica de Cuba y otros países estimularon los goces del arte siempre provocador


Las tecnologías construyen nuevos sujetos digitales por doquier. La participación suele ser una cultura consumista, a veces, sin límites de mercancías. Ordenadores, pantallas, videojuegos, publicidades, estimulan en los públicos acercamientos al mundo mediante la conciencia de pertenecer a cualquier parte y no al país propio.

Foto. / filmaffinity.com

Los medios audiovisuales tienen notables trascendencias económica, política y social. De hecho, el entretenimiento y la información viajan raudos hacia cada domicilio. Pululan los reality show de mal gusto, la invasión impúdica del ámbito privado, la vulgarización, diálogos almibarados, violencias psicológicas y físicas enfocadas en retardar el pensamiento.

No obstante, en dicho contexto es relevante el impacto de la TV. Su capacidad persuade en el espacio íntimo, al proponer discursos e imágenes reveladores de conflictos en distintas circunstancias. Todo responde al interés y a la intencionalidad de creadores y televisoras.

Parte de la programación cinematográfica visibilizada para despedir el año 2023 propició rememorar filmes y producciones valederas. Entre ellos, La vida es bella, dirigida por el actor Roberto Benigni; Retrato de Teresa, del inolvidable Pastor Vega; y La botija, inspirada serie de Danilo Lejardi.

Especialmente, disfrutamos Cinema Paradiso, del guionista y director italiano Giuseppe Tornatore. En ella desplegaron talentos y magisterios notables artistas. Además, el equipo creativo patentizó el oportuno juego con las expectativas mediante una dramaturgia concebida desde la tragedia y la comedia en dosis estructuradas de manera coherente en el manejo de las acciones dramáticas.

De igual modo contribuyeron al cálido y sugerente desarrollo de la trama la música y la banda sonora de Ennio Morricone.

Sobre su inteligencia artística nos comentó en una ocasión Chucho Valdés: “Él sabe hacer música con el alma y la conciencia”.

Sin duda, fue elocuente nuestro maestro siempre presto a la riqueza de sonoridades y ritmos venidos de cualquier lugar del planeta.

Las propuestas mencionadas hacen meditar en una urgencia impostergable: hay que seguir renovando la imprescindible tríada producción-guion-dirección, lo cual permitirá incrementar las narrativas de calidad. El valor artístico es una cualidad integradora, nace en el proceso creativo, no admite improvisaciones ni negligencias en detrimento de las partes y el enfoque holístico de los temas abordados.

Es necesario defender la cultura y el entretenimiento a partir de un precepto esencial: en el audiovisual todo debe ser investigado para convencer al destinatario. De igual modo tengamos presentes conceptos estéticos: interpretar el arte como un sistema de signos, propicia el deleite de la intencionalidad comunicativa, esta siempre indica un camino para descubrir qué representa lo expuesto y cómo funciona el lenguaje artístico.

Reflexionemos en estos aspectos para comprender lo que vemos y lo que escuchamos desde las pantallas omnipresentes en nuestra vida.

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