El Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) aprobó en pleno extraordinario la estrategia para fortalecer el papel integral de la organización de cara al presente y futuro del país.

Julio Antonio Mella y Camilo Cienfuegos fueron las primeras imágenes que conformaron el logo de la Unión de Jóvenes Comunistas. Muy jóvenes, eran paradigmas de dos generaciones distantes en el tiempo, pero guías del hilo conductor de la historia de la juventud cubana. En 1967 se adicionó la imagen del Che. Son y serán inspiración, sobre todo en los tiempos difíciles que vivimos.

Precisamente, a tono con esos tiempos, el Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) aprobó en pleno extraordinario la estrategia para fortalecer el papel integral de la organización de cara al presente y futuro del país, lo cual estuvo precedido de amplios debates en toda la nación.

Es esencial que la estrategia  mueva a la militancia y empuje a todos los jóvenes. Como precisara la primera secretaria de la UJC, Aylín Álvarez García, “se trata de una vital herramienta con la que vamos a aprender todos los días y a crecer como organización”.

Fue una reunión que Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, definió como encuentro deseado, “que esperábamos, que es muy necesario y ha sido sumamente oportuno, porque está también en consonancia con temas que estamos debatiendo en los momentos actuales del Partido”.

En el encuentro –no exento de nostalgias, porque los mayores también fueron jóvenes— el mandatario cubano recordó que 30 años atrás, Cuba entró de lleno a lo que se conoció como Período Especial en tiempos de paz, “tras el desmerengamiento de la Unión Soviética y el campo socialista, y a nuestra generación le tocó recomponer sus sueños y pasar por encima de los escombros del Muro de Berlín, ¿y saben cómo lo hicimos?, montando bicicletas. En bicicleta íbamos a las universidades, en bicicleta íbamos a las actividades, en bicicleta íbamos al trabajo, en bicicleta hacíamos trabajos voluntarios y nos vinculábamos con los diferentes sectores”. 

De la experiencia apreciada en Cuba entonces se reforzó ese don de los seres humanos de apelar a la resistencia creativa que dio paso a la solución de problemas que en tiempos de más abundancia ni se veían, porque todo estaba a la mano. Se comprueba entonces la frase popular de que la necesidad es la madre de la inventiva, sobre todo, cuando hay ganas de hacer.

En estos tiempos hay muchos ejemplos de heroicidad de la juventud. El presidente cubano enumeró varios, y preguntó: ¿Qué edad tenían varios de los que murieron, lamentablemente, enfrentando el fuego en el accidente en Matanzas y sus compañeros que condecoramos como Héroes? Seguramente no menos que muchos de los jóvenes que auxiliaron en los primeros momentos a las víctimas de la explosión en el Hotel Saratoga, y los que después permanecieron horas y días sin descansar tratando de rescatar personas con vida”. 

Emigrantes, ¿por qué?

En Cuba la emigración es elevada. Se aprecia cada día en las informaciones que siguen los familiares a través de los móviles, como decimos hoy, “minuto a minuto”, todos con el deseo de que se cumpla la travesía sin contratiempos.

Al respecto, Díaz Canel dijo:

“Cada joven que abandona los estudios y el trabajo para emigrar, que duele, yo lo siento como una derrota de nuestra sociedad que no supo comprometerlo, atraerlo y mantenerlo en el país; pero también creo que se sobredimensiona y se descontextualiza el carácter de nuestra emigración. Intencionalmente se ignora que somos el único país del mundo para el cual se escribió una ley, que se llama Ley de Ajuste Cubano, que garantiza el ingreso automático a los Estados Unidos de todo el que se declare perseguido político; eso condiciona psicológicamente una actitud de negación de las verdaderas causas por las que se emigra, fundamentalmente económicas y condicionadas por el férreo bloqueo del mismo país que obliga al emigrante a declararse perseguido”. 

Reflexionó que en cualquier sociedad, quienes emigran son principalmente los jóvenes, que en el caso cubano tienen una singularidad muy atractiva para los países receptores: casi todos tienen estudios medios o superiores de alta calidad.  “Se han construido a lo largo de los años muchos mitos sobre el éxito de los emigrados cubanos, pero casi siempre se soslaya con qué estudios, con qué preparación, con qué nivel escolar o profesional salió de un sistema que facilitó su desarrollo humano”.

En todos los frentes

Hay lados flacos en la atención a la juventud,  sobre todo cuando comienza su vida laboral. La presencia de los jóvenes es esencial en todos los frentes, pero hay administraciones que olvidan este principio. Amplio fue el debate al respecto, y en su intervención, el Presidente cubano cuestionó:

“¿Cuántos de los problemas que hoy tenemos de baja retención profesional en áreas clave del desarrollo económico, científico y social del país no transitan por la mala atención a jóvenes que no se sienten realizados, que no han podido llevar a cabo un proyecto, realizar un sueño, y que muchas veces ven pasar sus mejores años, sin ser convocados o tomados en cuenta?

“¿Cuántos no llegan a un centro de trabajo sin conocerlo y sin encontrar a alguien que se los presente? ¿Cuántos no pasan los periodos de entrenamiento en actividades intrascendentes,  perdiendo el tiempo por mala planificación de ese proceso? ¿Cuánta inteligencia habremos exportado por menospreciar o subestimar lo que podían aportar los jóvenes?”.

Es preciso, por tanto, que la UJC, las administraciones y las organizaciones trabajen más organizadamente, para que se cumpla todo lo establecido al respecto, porque, como ratificara Díaz-Canel, no hay recursos materiales para malgastar, pero mucho menos, darse el lujo de “menospreciar los múltiples, infinitos talentos que esta Revolución ha formado, y que ya está más que demostrado que tienen capacidad suficiente para sobreponerse a los retos más complejos”. Deviene asunto de diversas aristas; su concreción demanda, en primer lugar, compromiso, pero también espíritu innovador, inteligencia, y sobre todo mucha pasión, porque los tiempos son difíciles y será imposible enfrentarlos sin la participación de los jóvenes.