Un globo sonda sobre la bancarización

Tras más de un mes de salir la resolución del Banco Central de Cuba que rige las normas para la bancarización, la reacción en la opinión ciudadana se empieza a notar, incluso algunos efectos en las finanzas domésticas. ¿Llegó en un momento adecuado este proceso? ¿Están las condiciones creadas para su ejecución? Son varios de los cuestionamientos


Ya ni las charcuterías del barrio ni el mecánico que te arregla los electrodomésticos aceptan transferencias; hasta tu madre prefiere que le des dinero en efectivo. ¿Pero quién tiene, en estos tiempos? No todos duermen sobre una algodonada masa de billetes bajo sus cochones.

El sonido de la bancarización debería ser más inaudible, no ese bullicio de las mañanitas que cantan los bancos en Cuba, donde las colas son siempre como solamente una cola puede ser: lentas, ansiosas y sonoras. Es inevitable, parece. Allí tampoco hay mucho efectivo, al punto de que las cajas están despachando apenas entre 1 000 y 2 000 pesos físicos.

En algunas sucursales bancarias, como la habanera de Infanta y San José, lo han llegado a hacer en billetes de tres pesos, una denominación coleccionable para extranjeros –por afectos al Ché y no por su valor numismático–, pero que en Cuba ya no valen nada. Al enterarse, algunas personas se largan y otras permanecen firmes con sus bolsas, canguros o mochilas. Y los cajeros automáticos, últimamente, o tienen una cola infinita o solo sirven para grabar con sus cámaras los rostros de decepción de los clientes. 

Ante la escasez de efectivo en los bancos, las extracciones de dinero suceden en billetes con las denominaciones que estén disponibles./ Martha Vecino.

Tras la resolución 111 de 2023 del Banco Central de Cuba (BBC) sobre las nuevas normas para la bancarización, uno pensaría que al menos la escasez de efectivo mejoraría, pero la resistencia a la medida ha sido tal que la moneda nacional tangible ha empezado a adquirir, en incipientes mercados negros, un valor mayor al de su homólogo digital. De repente ya nadie se burla de esa leyenda en la que los guajiros guardan sus ahorros en viejas latas de galletas de soda.

En un sondeo de BOHEMIA por seis bancos de La Habana, las declaraciones de la gente eran más o menos iguales: que si nunca hay efectivo; que si es peor cuando se debe esperar a que este entre como papas al agro; que te prepares para perder no menos de una mañana entera; ir los fines de semana no es buena idea; no cuentes con que llegará tu turno antes de que se acabe el dinero…

El sondeo también peinó los negocios de venta circundantes y recogió el lamentable resultado de que sus dueños nunca estaban en los locales: iban y venían, como unos verdaderos jefazos.

En uno del municipio Centro Habana, el mismo tendero era el propietario y dijo que si los bancos son un desastre y se está pasando mucho trabajo para extraer, ¿por qué aceptaría él transferencias, cuando las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas), que le proveen sus productos, también le exigen los pagos en efectivo? De hecho, no puede ponerse muy demandante, pues ha habido cierta inestabilidad en el suministro después de las últimas medidas de bancarización.

“Nadie se puede negar a que un cliente le pague electrónicamente”, así lo dijo el primer ministro Manuel Marrero y lo deja por escrito la resolución para los casos en que existan las condiciones creadas.  De forma generalizada, ese dictamen no salió del papel.

Los establecimientos comerciales privados, las llamadas charcuterías, ya no están aceptando pagos por transferencias después de salir la resolución sobre las normas para la bancarización./ Martha Vecino.

Sentados en el borde de un cantero, bajo la sombra de un árbol que por momentos tapa la palabra “Metropolitano” de la sucursal bancaria de 23 y O, esperan su turno la pareja Suray Ruz y Héctor Blanco. “Si las condiciones no estuvieran tan malas actualmente, el Estado no hubiera tomado esta medida tan de repente. Cuba no está preparada para eso», dice el segundo, alegando tanto las carencias de efectivo como las de infraestructura tecnológica y de conectividad, necesarias para un debido proceso de bancarización. “Eso sí, es una medida que debe tomarse porque en todas partes del mundo se ha tomado. En ese sentido, es un adelanto”.

Para Suray Ruz, uno de los principales problemas de la normativa recae en su repercusión en las personas de la tercera edad, que ahora pudieran quedar marginadas al no poseer los celulares adecuados para instalar las aplicaciones de las pasarelas de pago Transfermóvil o EnZona, ni las destrezas para manipularlas: una condicionante que afecta también en las personas que viven en situación de vulnerabilidad económica.

Una pareja de jubilados que en su momento dieron marcha atrás cuando empezaron a despachar billetes de tres pesos en Infanta y San José –como dije antes, esa denominación causa en algunos espacios el mismo rechazo que el dinero digital–, también participó en la encuesta. Ellos suelen recorrer varios kilómetros o hacer tremendas colas para lograr sacar dinero.

“Yo no entiendo nada de eso de la bancarización. Cuando lo entienda, te digo”, fue la participación de la anciana de 78 años, y recalcó en la sabiduría popular de nunca hacer extracciones los fines de semana: “Nunca hay ná”, aconsejó.

El primero en la cola de la sucursal de Aranguren y Ayestarán se aventuró a responder unas preguntas, sin dejar de velar con el rabillo del ojo por el “en sus marcas, listos, fuera” de la portera.

Un peligro de la bancarización es que las personas de la tercera edad pudieran quedar marginadas al no poseer las capacidades para manipular los dispositivos informáticos./ Martha Vecino.

“El banco está contra la pared”, dijo apresurado. “Al no tener dinero, está tomando estas medidas, porque las mipymes están absorbiendo todos su efectivo. Me parece que es una medida desesperada y que Cuba no está preparada para eso. Creo que se hizo sin pensar en las consecuencias”.

Y agregó que, si bien el pago electrónico funciona para algunos servicios básicos, como la electricidad y gas (el agua no, y por ello todo el mundo se queja), no hay muchos más en lo que funcione esa vía digital, sin importar el tipo de actor económico que sea. En muchas bodegas y agromercados, por ejemplo, aún no están habilitados o no “funcionan” los códigos QR ni los POS, arguyó.

Desde otra perspectiva, Daisy Sánchez, de 69 años, cree que la bancarización es una medida atinada, por la seguridad que brinda el hecho de depositar sus ahorros. Porque en la calle sobran los ladrones y los falsos “cobradores del gas” que a veces tocan su puerta.  Es atinar contra el peligro de ser robado.

En efecto, este es uno de los beneficios de no tener el dinero debajo de la cama. Sin embargo, no faltan las desventajas de guardarlo en el banco, así lo hacen notar varios internautas del grupo de Facebook Mipymes Cuba: con la inflación, se devalúan los montos de las cuentas en CUP a mayor ritmo que el ingreso por las tasas de interés que otorga la institución financiera.  Además, existen los riesgos de impagos y las limitaciones en el acceso a las cuentas, con restricciones en el número o el volumen de las transacciones o retiros permitidos por mes.

Con respecto a la bancarización, la otra cuestión que más se debate en el grupo concierne a un tema medular para la economía cubana: al no existir un mercado oficial de compra y venta de divisas que satisfaga las demandas de la ciudadanía, las mipymes no tienen más alternativa que comprar dólares en el mercado negro, donde -por supuesto- no tienen cabida, por su carácter ilegal, los pesos digitales. Entonces, con los nuevos límites de extracción impuestos para las cuentas fiscales, no da negocio destinar divisas para importar bienes y luego recaudar la inversión en una moneda nacional “bancarizada”. A esta inconveniencia hay que añadirle la de dejar trazabilidad en sus acciones mercantiles, lo cual dificulta más la evasión de impuestos y otros tipos de operaciones ilícitas.

¿Resultado? Según se maneja en varios grupos similares de redes sociales –sin cifra alguna y con un margen de especulación considerable–, han disminuido las importaciones de las mipymes. Habría que analizar después, ya con estadísticas oficiales, quizás públicas, cómo estará repercutiendo el fenómeno en la oferta de determinados bienes y en sus precios. Por ahora, apenas se está presenciando una disminución del precio informal de las divisas.

Una pregunta recurrente en la ciudadanía es si Cuba tiene las condiciones infraestructurales necesarias para asumir un debido proceso de bancarización./ Martha Vecino.

Una mirada un tanto académica

La bancarización se define, para los autores Liliana Morales y Álvaro Yánez de La bancarización en Chile, concepto y medición (2006), como el establecimiento de relaciones estables y amplias entre las instituciones financieras y sus usuarios respecto de un conjunto de servicios financieros disponibles, y existen tres dimensiones de la misma: Profundidad, asociada a la importancia relativa agregada del sistema financiero sobre la economía, cuyos indicadores más típicos son el total de depósitos y créditos sobre el PIB; Cobertura, vinculada a la distribución de los servicios financieros entre los distintos grupos de usuarios, una dimensión de la que se puede tener una noción cuantificable a partir del número de medios de pago sobre la población o incluso del número de cajeros y sucursales por cada 100 000 habitantes, entre otros; y en tercer orden, la Intensidad de uso, asociada a la cantidad de transacciones bancarias realizadas por una población determinada. Todos estos  indicadores podrían señalar qué tan bancarizada se encuentra una sociedad.

De acuerdo a un artículo de la Revista de Estabilidad Financiera, del Banco de España, La bancarización en Latinoamérica. Un desafío para los grupos bancarios españoles, la confianza es la principal causa por la que falla un proceso de bancarización; más bien, la desconfianza en los sistemas financieros locales, derivado de sus recurrentes crisis y de experiencias traumáticas por la que pasaron sus depositantes, como “la congelación de depósitos, la limitación de los tipos de interés, los cambios compulsivos de depósitos en moneda extranjera a depósitos en moneda nacional (o entre dos monedas nacionales, como sucedió en Cuba con las cuentas en CUC), utilizando tipos de cambio arbitrarios, etc”.

Este artículo analiza de forma general procesos de bancarización ocurridos en Latinoamérica en la primera década del siglo XXI, y un poco antes también. Un patrón estándar que se deduce de este es que las crisis económicas afectan en gran medida a los indicadores mostrados anteriormente: la crisis brasileña de finales de los años ochenta es un ejemplo de ello, la cual hizo retroceder la bancarización 15 años, semejante a como sucedió en México con la crisis de 1994.

Además, menciona otros obstáculos relacionados con la estructura: un reducido número de sucursales bancarias provoca largas esperas para la realización de transacciones y hace que el servicio se perciba como de baja calidad; un bajo número de cajeros, de pasarelas de pago, la atención telefónica y otros canales alternativos que pueden servir de paliativo, aunque no resuelvan el problema. “El requisito indispensable para un adecuado proceso de bancarización es el mantenimiento de políticas económicas tendentes a la estabilidad macroeconómica, procurar el equilibrio externo y controlar la inflación”.

Y sugiere, como una hoja de ruta para efectuarla, tener en cuenta los descuentos por el uso de la tarjeta bancaria (que Cuba sí emplea) o utilizar como cajeros bancarios las propias cajas de los establecimientos de las redes de empresas de distribución (cadenas de tiendas), una medida que en nuestro país recién se está extendiendo.

Estas medidas aplicadas en Cuba encuentran referentes en Argentina, cuando, tras la crisis de 2001, el Banco Río, filial del Grupo Santander, consiguió descuentos en redes comerciales por el pago con su tarjeta de débito y fue una buena forma de recomponer las relaciones con sus clientes, que habían perdido su confianza luego de que las instituciones bancarias restringieran la extracción de efectivo ante un pánico financiero. La medida fue rápidamente imitada por el resto de los bancos. 

A su vez, están los casos del Banco Azteza, de México, y de Caixa Economica Federal, de Brasil, que empezaron utilizar a terceros –en su mayoría, diversos tipos de establecimientos comerciales– para prestar servicios ofrecidos habitualmente por un banco, como el pago de facturas por servicios, la apertura de cuentas de ahorros, la retirada y depósito de efectivo.

 “No deben hacerse bancarizaciones compulsivas”, arguye la investigación, a modo de conclusión. “La idea que debe marcar el proceso es que no hay atajos. Solo es sostenible, en términos de relación estable, una bancarización basada en la libre voluntad de las personas. Las medidas ensayadas de domiciliaciones obligatorias de nóminas, o transacciones a partir de determinados importes a través del sistema financiero, solo generan más desconfianza.

“Los bancos deben ser capaces en sus actuaciones de transmitir a la población ‘objetivamente bancarizable’ la idea de que los beneficios que obtendrán al usar los servicios financieros superarán en todo caso a los costes. La idea que debe regir el proceso incentivador debe ser que, en todo caso, no hay perdedores en la bancarización. No solo los bancos ganan debido al incremento del balance y la diversificación, sino que también gana la clientela: se debe incidir sobre las ventajas que para los clientes tendría el acceso a una oferta mayor de servicios y a mejores precios que los que obtienen del sistema financiero informal o usando medios de pago no bancarios”.

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3 comentarios

  1. De madre si hasta la prensa cubana se une a la propaganda que busca hacer fracasar toda medida del gobierno cubano… La prensa cubana, lo único que tenemos ante tanta mentira, tanta propaganda debería brindar información certera y útil, no diluirse entre las tantas opiniones absurdas que se oyen por ahí… En fin un artículo inútil que no lleva a ninguna parte… Una vergüenza…

  2. El problema de la infraestructura en un país en crisis es el hilo de la madeja. No existen recursos para cosas más esenciales y por lo visto eso debería mejorar de aquí a un tiempo porque sino de donde sacar los fondos para mantener servidores y computadoras potentes para guardar tantos datos de millones de personas. Vi muy brusco el inicio del proceso esperaba que primero se prepararan las condiciones objetivas y subjetivas y luego se emitiera la resolución. A partir de ahora sólo se puede mejorar porque peor no puede estar la tensión financiera se ha vuelto lo más adversa posible hay confianza mínima histórica en los bancos.. Otras medidas deberían revertir eso

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