Enhorabuena, Bellatin en Cuba  

En la sala Manuel Galich evocó sus días habaneros a finales de los años 80
En la sala Manuel Galich evocó sus días habaneros a finales de los años 80. / Eduardo Esparza / http://laventana.casa.cult.cu

Regresar a La Habana implica reencuentros, revivir memorias, movilizar emociones, así ha ocurrido en las últimas jornadas con el escritor mexicano Mario Bellatin, quien anduvo por la Casa de las Américas, una de las sedes de la 30ª Feria Internacional del Libro, para presentar tres de sus volúmenes.

Entre la impresión de su peculiar imagen –todo vestido de negro– y la brisa marina que por estos días refresca a esta tierra caribeña, conocimos de lazos y afectos del narrador azteca con nuestro archipiélago.

Los sentimientos se agolpaban unos con otros en medio del auditorio expectante que lo escuchaba en la sala Manuel Galich de la emblemática institución cultural habanera durante alrededor de una hora.

La atracción ejercida por la Mayor de las Antillas se vislumbra en sus páginas.
La atracción ejercida por la Mayor de las Antillas se vislumbra en sus páginas. / goodreads.com

Tras las palabras de presentación del moderador, Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de Casa, el invitado contó sus vivencias en la literatura, cuánto le ha aportado como ser humano el acto de crear escribiendo y/o escribir creando.

La tarde se sentía maravillosa, agradaba atender a un novelista mientras platicaba sobre su máquina de escribir con tanta devoción, como su más caro apero de labor, aunque –aclaró– nunca desdeña las bondades de la PC.

Sus vínculos con Cuba comenzaron a finales de los años 80 del pasado siglo, cuando viajó a La Habana para estudiar mediante una beca de guion concedida por la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

Allí empezó todo. La Mayor de las Antillas y su gente lo cautivó tanto que su realidad se halla plena de matices diversos y bellatinescos en El libro uruguayo de los muertos, uno de los textos que se presentara en esta ocasión y que en 2015 resultara laureado con el Premio de Narrativa José María Arguedas, que confiere Casa de las Américas.

En este volumen su autor alude a nuestra ciudad, su malecón y otros espacios, con magistral experticia literaria, y establece una comunicación estrecha con el lector al punto de que se desdibujan los lindes entre ficción y realidad.

También editado por el Fondo Editorial de Casa de las Américas, fue presentado el libro Textos salvajes, que reúne tres extraordinarios relatos de Bellatin, publicados en diferentes momentos de su carrera.

Conforman el triptico, la novela Salón de belleza (1994), la cual un prestigioso grupo de escritores y críticos hispanoamericanos ubicó en el decimonoveno lugar entre las 100 mejores obras en lengua castellana concebidas en el último cuarto de siglo.

Bellatin muestra aquí el gusto por las novelas breves, de personajes sugerentes y a la vez paradójicos.
Bellatin muestra aquí el gusto por las novelas breves, de personajes sugerentes y a la vez paradójicos. / sextopiso.mx

A esta joya literaria le acompañan los textos Flores (2000), galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia; y El gran vidrio (2007), laureado con el Premio Mazatlán, ambos importantes distinciones que confieren las autoridades culturales mexicanas.

Flores es, sin duda, una impresionante novela corta que conecta varias historias con un mismo eje central, quien la lea se convertirá en cómplice de una estética singular, muy original y sobre todo poco explotada en la literatura contemporánea. En tanto El gran vidrio sigue algunos códigos de Marcel Duchamp y construye una historia cargada de símbolos sobre la invisibilidad social.

Remató la jornada otra esperada invitación literaria: El palacio, de la Editorial Sexto Piso, donde el narrador da una vuelta hacia sus orígenes y muestra ese regusto por las novelas breves, de personajes sugerentes y a la vez paradójicos; e incita a una reflexión sobre su escritura y la artesanía de las palabras.

Mario Bellatin (23 de julio 1960) nació en México, pero es hijo de peruanos. Estudió Teología en el seminario Santo Toribio de Mogrovejo y se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad de Lima, Perú. Es considerado uno de los escritores contemporáneos experimentales más notables de la región y el orbe.

Irrumpió en el universo literario con el libro Mujeres de sal (1986); sin embargo, según él mismo, su primera obra la concibió cuando tenía apenas 10 años y se inspiraba en su sempiterna afición a los perros.

Ha ejercido como profesor de literatura en centros académicos de altos estudios y en el presente lidera en su país natal una escuela de formación literaria sin fines de lucro.

Tenerlo de vuelta en nuestra ciudad, recorriendo las calles y la tan esperada fiesta del libro y la lectura, nos llena de inmenso placer; enhorabuena.

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