La Carica papaya L., según su nombre científico, es una fruta tropical, pulposa de sabor dulce, y muy jugosa, originaria de Centroamérica, pero se cultiva con facilidad en todo el trópico. Su consumo es muy beneficioso a la salud. La receta de hoy: helado de fruta bomba
Decían los integrantes de la agrupación santiaguera Jóvenes Clásicos del Son, allá por 2012 que entre La Habana y Santiago/ existe disparidad, / pues aquí es la fruta bomba/ y allá en Oriente es ja, ja, ja, ja, ja, ja… Un son de ritmo contagioso, colmado de picardía y con un condimento muy especial: la alegría en la interpretación.
Luego de establecer las diferencia entre las formas de hablar del Este y el Oeste del país, seguían: ¡Qué rica es la fruta bomba!/ ¡Cómo me gusta! ¡Me encanta!… Si ustedes llegan a Oriente, / no se vayan a abochornar/ porque les brinden refresco/ de fruta bomba, ja, ja, ja, ja, ja, ja…
Justamente, a esta delicia se le conoce en Cuba como fruta bomba o papaya; mamón, en Paraguay, Uruguay, norte de Argentina; lechosa, en Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela; olocotón, en Nicaragua, donde también se le conoce como papaya o papayón o lechosa.
Aseguran los especialistas que, entre las futas tropicales, es la tercera más consumida a nivel mundial, luego del mango y la piña. Y es muy frecuente el comentario de que, al llegar a América, Cristóbal Colón la definió como la fruta de los ángeles.
La papaya se produce todo el año y es bastante demandada por sus propiedades. Ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo. Es un excelente diurético, proporciona al organismo vitaminas B, C y A; es rica en azúcares, fibra y minerales. Al mismo tiempo, posee papaína, enzima que favorece la digestión.
También la leyenda
Existe el mito de que en plenas batallas por la conquista, un capitán español se enamoró de la hija de un jefe de tribu. Este último accedió al ver que su hija también estaba enamorada. Según una publicación en el sitio Gobierno de México, “un día, mientras la pareja conversaba, un indio, enamorado de la bella mujer, en un ataque de celos, tomó un mazo y golpeo al capitán; en seguida la india lloró amargamente y trató de vengar a su amado, pero el indio, temeroso, también la golpeó.
“Los pobladores despidieron a la pareja con una ceremonia y, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que en el lugar donde fueron asesinados crecía una plantita que se transformó en un árbol con frutos en forma de lágrima y cuando maduró, era amarillo como el oro y se multiplicaba rápidamente, como el amor de aquella pareja. Esa fruta es la que hoy conocemos como papaya. Su forma de lágrima representa la nostalgia del triste final de los enamorados”.
De la cocina y la receta
Igual que otros alimentos, la papaya ofrece la posibilidad de consumirla en ensaladas, cremas para rellenar pasteles, jaleas, dulces y jugos. Se aprovechan las hojas, su masa jugosa y las semillas que, a pesar de ser comestibles, no gozan de tanta popularidad –como las de calabaza-, por su sabor amargo; no obstante, es factible saber que son muy nutritivas y aportan al organismo importantes vitaminas y minerales. También son antioxidantes.
A la receta de hoy le hicimos un pequeño cambio; en lugar de la media taza de leche condensada que, como ingrediente, lleva la receta, la sustituimos por igual volumen de almíbar espesa, de modo que resulte con la consistencia requerida. Las características de la fruta bomba contribuye a ese objetivo.
Helado de fruta bomba
Ingredientes:
½ taza de almíbar bien espesa
2 tazas de pulpa de fruta bomba
1 cucharadita de jugo de limón
¼ cucharadita de sal
2 claras de huevo
4 cucharadas de azúcar
Preparación:
Mezcle la pulpa de fruta bomba con el almíbar, el jugo de limón y la sal. Viértala en un recipiente que pueda colocar en el congelador. Déjela enfriar hasta que esté casi cuajada. Bátala hasta que esté cremosa. Añádale las claras batidas con las cuatro cucharadas de azúcar. Colóquela nuevamente en el recipiente que va a poner en el congelador. Déjela enfriar hasta que tenga la consistencia de helado.
