La Serie Nacional 63 no brilló desde lo técnico
• HABRÁ QUE REPENSAR para venideras lides el trabajo con el control de los lanzadores y la práctica de la defensiva durante los entrenamientos. He sido testigo, incluso en medio de los play off, de cómo se pierde el tiempo. La preparación es insuficiente. Luego se caen las pelotas y los pítcheres regalan sobredosis de bolas. La defensa fue una de las más discretas de los últimos años: 967 de average, con un total de 1 459 errores en la etapa regular. Y el número de boletos otorgados terminó en 4 965, ligeramente por encima de los 4 921 contabilizados el pasado año. En la postemporada, hasta el cierre de las semifinales se reportaban 91 pifias en 38 choques. ¡Muchas! En cuanto a la ofensiva, en los 75 juegos por elenco se bateó para average general de 299, superior al 288 del curso anterior. También el promedio de carreras limpias de los lanzadores se elevó: 5.29, peor que el 4.97 de la Serie 62. Esperar tiempos mejores para el béisbol cubano es casi un sueño, aunque quienes amamos este deporte insistimos en no despertar.

• HUBO OTROS EPISODIOS que nublaron aún más la escena, y no hablo de las precipitaciones, que como era de esperar, se hicieron presentes. El tiempo perdonó bastante en el mes de mayo. En cambio, varios juegos de mediados de junio tuvieron que reprogramarse para después del calendario regular. Definían lugares en la tabla y por ende los cruces de play off, instancias donde igualmente llovió. La coincidencia de la final del torneo con el inicio de los Juegos Olímpicos París 2024 fue otro fatalismo, a mi juicio evitable. Pero la nota más negativa de toda la contienda no vino de las nubes, ni tampoco la aportaron los “Dioses del Olimpo”. Recayó en los repetidos errores arbitrales y el número de expulsiones. La cifra de botados era superior –aún sin concluir– a la campaña pasada, en la cual se registraron 93, que ya de por sí es bastante. No quiero “llover sobre mojado”, para eso tenemos los play off entre primavera y verano, pasados por agua. ¿Soluciones? Capacitar mejor a los encargados de impartir justicia; exigir la disciplina de los directores técnicos y jugadores; medir el comportamiento de los aficionados. Por supuesto, existe un número, mayoritario por suerte, que está exento de esta crítica. Incluso, pueden ser víctimas de las actitudes irresponsables de otros. El llamado es nuevamente a pensar en los niños. Y a entender que el béisbol, aunque nos apasione, es solo un juego.
• AL CIERRE de esta edición de BOHEMIA estaba a punto de arrancar la gran final de la Serie Nacional 63. Se verían un histórico como Pinar del Río, 10 veces monarca –sumando los cetros con ese nombre y el de Vegueros– el último en 2014; y una de las potencias orientales emergentes, Las Tunas, campeón defensor, con dos coronas recientes (series 58 y 62). Se conoció también que Pinar, Granma, Las Tunas, Industriales, Santiago y Ciego serían los elegidos para participar en la III Liga Élite. Curiosamente el monarca de la edición anterior, Matanzas, no clasificó entre los seis primeros de la Serie 63 y no podrá defender su título.