Foto./ diariosur.es
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Plátano: vianda, fruta o motivo de son

El platanal de Bartolo, es un son montuno que dio muchas posibilidades de estrenar pasillos entre los bailadores cubanos, durante la segunda mitad –y después- de la década de los años 50 del siglo XX. La banana tiene importantes propiedades nutricionales. La receta de hoy, Plátano en tentación


A gozar en el platanal de Bartolo… El estribillo se repite una y otra vez, mientras la mente procesa la invitación para darle la orden a los pies. Involuntariamente se mueve el cuerpo con la cadencia del montuno. ¡Siiii! Porque eso es El platanal de Bartolo, un son montuno que dio muchas posibilidades de estrenar pasillos entre los bailadores cubanos, durante la segunda mitad –y después- de la década de los años 50 del siglo XX.

La letra no se queda solo en la cantilena. Electo Rosell Horrutiner, conocido como Chepín, quien es el autor, explica: Yo vengo de Cocosolo/porque quiero guarachar,/aquí en el platanal/de nuestro amigo Bartolo. Al mismo tiempo, invita: Muchacha ven a gozar,/ mira que se encuentra solo,/aquí en el platanal/de nuestro amigo Bartolo. Más adelante recomienda: El platanal de Bartolo/es un lugar ideal/aquí tú puedes gozar/lo mismo que goza Lolo. Y como colofón, para que el bailador dudoso se decida, afirma: El platanal de Bartolo/tiene fama nacional/aquí tú puedes gozar/lo mismo que goza Lolo…

En el festival de tradiciones populares y campesinas “El platanal de Bartolo”, los participantes reflejan sus vivencias a través de distintas manifestaciones del arte./ tvsantiagoenlared.blogspot.com

Aunque Chepín nació en Santiago de Cuba y la prestigió con su arte, igual que a todo el país, la cuna de El platanal de Bartolo se la adjudican en diversas provincias, sobre todo en tiempos de carnavales, pero las primeras grabaciones de la pieza se realizaron en la ciudad santiaguera.

Los especialistas aseguran que en ciudades como Guantánamo, Santiago, Ciego de Ávila, Camagüey y Sancti Spíritus, hay -o ha habido- alegorías a la pieza musical.

El municipio de San Luis, en Santiago de Cuba, cuna de ilustres personalidades de la cultura cubana como Félix B. Caignet, Ibrahim Ferrer y Cándido Fabré, desde 1989 ha sido sede del festival de tradiciones populares y campesinas “El platanal de Bartolo”, por su arraigo al son montuno y por las posibilidades que ofrece enaltecer las tradiciones campesinas en todas sus manifestaciones, entre otras, el arte culinario, y sus platos más representativos.

Del plátano te digo…

Muchos conocen qué es un platanal, pero pocos pueden diferenciar qué variedad se obtiene en él. En Cuba se habla del plátano macho o hembra –según el caso-, del fruta o del burro. Y conste: a cada uno le adjudica un destino en la cocina, porque no tienen igual textura.

Los plátanos burros tienen gran demanda para los tostones y las chicharritas suaves./ acn.cu

Por ejemplo, el fruta se destina a los niños y a los abuelitos “para que acompañen la comida”; el burro para “los tostones suaves, la compota cuando se maduran, las chicharritas bien crujientes o el fufú”; mientras que el macho, tiene sus mejores maneras de llevarlo a la mesa “pintón hervido con picadillo, en fufú con chicharrones y un mojito de ajo, o frito bien madurito”. Esta es una clasificación de mi vecina Mariví, que yo comparto plenamente.

Este fruto, cuyo origen se identifica en la India o Indonesia, además de plátano se le conoce como banana o banano, cambur, cambute, gualele, guineo maduro o, sencillamente, guineo.

Alimento rico en fibra, contiene potasio y vitaminas. En términos generales, su consumo beneficia a la salud, pero no en el caso de los diabéticos, por contener elevadas cantidades de almidón y azúcares.

La receta

La receta de hoy se puede hacer lo mismo con plátano macho que con burro, siempre que estén bien maduros. Es una receta bastante económica, en el sentido de que se consiguen los ingredientes que requiere.

Plátanos en tentación./ acn.cu

Plátanos en tentación

Ingredientes:

3 plátanos bien maduros

¼ taza de azúcar blanca

¼ taza de azúcar prieta

3 cucharadas de vino seco

2 pedacitos de canela en rama

¼ cucharadita de canela molida

2 cucharadas de aceite

Preparación:

Pele los plátanos y colóquelos en una sartén o cazuela llana. Introduzca en la masa los plátanos los pedacitos de canela. Polvoréeles la canela en polvo. Cúbralos con el azúcar, el vino seco y las dos cucharadas de aceite.

Cocínelo a fuego lento, bien tapado, o en el horno a 375 °F, aproximadamente una hora, hasta que los plátanos estén cocinados y el almíbar amelcochada.

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