Tomasa apenas durmió de la emoción. Después de dos años volvería a encontrarse con el vívido recuerdo de Fidel, a quien extraña demasiado. Es jubilada y desfila por “cuenta propia”; uno de los ómnibus a disposición del pueblo habanero le sirvió de aventón desde el este de la ciudad hasta aquella plaza en la que su eterno Comandante expusiera el concepto de Revolución.

Alfonso también está eufórico porque es su primera vez en la multitudinaria marcha cubana por la efeméride. Llega desde Portugal junto a otros compatriotas para cumplir “un sueño de muchos años”.

Aun es de noche y bajo el cielo despejado una inquietud anormal agita la capital de Cuba. La madrugada de este 1ro de mayo ha sido atípica, la irrumpen miles de trabajadores que con su esfuerzo, y en medio de escaseces, bloqueo y pandemia, han soportado los difíciles tiempos de covid-19.

Vuelven una vez más a la Plaza. Muestran colores y símbolos diversos, representan ese ajiaco cultural, esa cubanía y alegría distintiva que han querido observar más de mil extranjeros de unos 60 países. Entre ellos Luis Enrique, que llegó a la Isla desde Colombia, “a disfrutar esto y a aprender de ustedes y de su fuerza para resistir el bloqueo de los Estados Unidos”.

Por Cuba

Son las siete de la mañana y el Himno de Bayamo marca el momento esperado. Desde lo más alto de la tribuna, el General de Ejército Raúl Castro y el presidente de la República Miguel Díaz-Canel acompañan y saludan a los brazos que sostienen la nación.

Inicia la marcha y miles de batas blancas se mueven por la histórica avenida capitalina de Paseo. El personal de la salud y la ciencia inician un desfile que, entre otros factores, es posible gracias a su esfuerzo. Me acerco como puedo y logro interrogar a Yoanka, labora en el Hospital Clínico Quirúrgico Diez de Octubre y asegura estar ahí “por Cuba, por todos, vencimos la covid-19, ¿cómo no íbamos a desfilar?”.

Desde la tribuna hay un colorido de solidaridad de todos los continentes. Los invitados foráneos observan maravillados el mar de pueblo que avanza. Para eso vino Mira, para disfrutar con los cubanos la fecha, porque pertenece al Movimiento Lula Libre y si “Lula ama a Cuba, nosotros también. La Marcha es emocionante, mi corazón está feliz y apasionada por Cuba, esto es algo único”.

Medea Benjamin, cofundadora y líder de la organización feminista y por la paz Code Pink, está otra vez brindando su apoyo a Cuba. “Creo que el mejor lugar para estar en todo el mundo el primero de mayo es aquí, para estar en las calles con tantos trabajadores que respaldan un sistema decente, para ver la alegría”, confiesa.

Y es realmente sorprendente la celebración. Es una fiesta popular. Evangelina y María Fernanda son adolescentes y así lo sienten, por eso acompañan a su tía, trabajadora del Instituto Finlay de Vacuna. Afirman marchar contra el bloqueo y por ser un día del pueblo, de los trabajadores.

Alberto también madrugó, es combatiente de la Revolución y es su deber, afirma. Muy cerca de él desfila Nancy, una cubana alegre que baila y disfruta a pesar de las medidas destinadas a dejarnos sin motivo para ello. Vino a apoyar a su país, a su Patria, la de todos.

Entre el gremio de la prensa presente en la marcha, el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba Ricardo Ronquillo, expresó a BOHEMIA: “estamos desfilando por Cuba, por un Socialismo pleno y libertario, por sanar heridas que se crearon en estos días y demostrar que la Revolución será perdurable porque tiene la justicia y la libertad como causa”.

Certeza

Ya el sol ilumina toda la Isla y las últimas personas van saliendo de la Plaza. Algunos continúan con la tradicional conga; otros, se toman fotografías para resguardar por siempre el instante.

Para quienes vivieron la alegría, la libertad y el patriotismo de este día, queda claro que hay un pueblo que apuesta por seguir cambiando lo que deba ser cambiado; por hacer Revolución del modo justo que conceptualizó Fidel hace 22 años.