Procuremos develar lo oculto

Altas y bajas ha mostrado durante el siglo XXI el paradigmático espacio de la prensa cubana. Algunos medios bebieron de sus enseñanzas y llegaron a tomar la delantera. ¿Será posible reconquistar el liderazgo?


Hasta 2020 Cary Carrobello trabajó en el departamento de Nacionales de BOHEMIA y, sin duda alguna, posee una experiencia difícil de igualar en la confección de los En Cuba. No solo por el largo tiempo dedicada a ellos, sino porque ha profundizado en sus técnicas y estructura para proponer nuevas maneras de encauzar la sección.

“Si bien a veces discutíamos con la dirección, por determinadas visiones, casi siempre lográbamos su apoyo”, reconoce nuestra colega. / Leyva Benítez

“Teníamos como principio exponer temas económicos y sociales. Cuando se fue consolidando aquel equipo que tanto dio que hablar en concursos y festivales de la prensa, Ariel y yo nos dedicábamos a la economía; Dixie, Vladia y Herminia trataban sobre todo asuntos vinculados con la familia, la sexualidad, la juventud, los derechos de la mujer”, rememora.

“Si nos referíamos al medioambiente, ahí se sumaba Iramis; si apuntábamos hacia algún aspecto neurálgico de la salud pública, la cultura, los deportes, buscábamos integrar a otros compañeros. Esta integración fue uno de los mayores logros, pues permitió ampliar las miradas, diversificar los enfoques, los contactos con fuentes especializadas que colaboraban con datos y nos daban ‘las señales’ de hacia dónde disparar…

“No siempre resultó posible abordar asuntos políticos, religiosos, constitucionales, jurídicos; por falta de decisión o por lo delicado que se volvía el acceso a las informaciones”.

-¿Cuánto han perseverado los periodistas de En Cuba en su enfoque crítico?

-Hubo una etapa de florecimiento y otra de declive. Salieron de BOHEMIA colegas que aportaban mucho. Entre los que quedamos, no todo el mundo estuvo dispuesto a viajar a provincias, buscarse problemas en los sectores de su dominio, discutir los trabajos con la dirección hasta llegar a un acuerdo.

Un En Cuba del año 2013. / Archivo de Bohemia

“Igualmente primó algo de autocensura. De ahí que, con el paso del tiempo, en lugar de investigar ‘lo oculto, u ocultado’, se tendió más a ‘reflejar lo que estuviera fuera de la agenda de los medios’, sin suficiente osadía.

“Aunque –seamos justos– en la sección ha habido trabajos de peso que plantean aristas hasta cierto punto molestas o críticas para determinados implicados, se han dejado de tratar cosas de mayor interés público e, incluso, por razones de logística o poco dominio, se soslayan técnicas como la encuesta y los grupos de discusión.

 “Empezaron los dossiers demasiado exhaustivos sobre algunos temas; las mesas redondas, con las cuales nunca estuve de acuerdo porque casi todos los participantes coincidían y no se generaba polémica aguda. Además, la fórmula propuesta por José Fernández Vega, de los En Cuba Informa dio el tiro de gracia a la investigación.

“Cedimos terreno, dejamos de ser el faro para un periodismo audaz, dinámico, con un lenguaje agudo y atractivo. Colectivos como los de Invasor, Escambray, a los cuales impartimos talleres de periodismo investigativo, tomaron la delantera”.

-¿Cuáles perspectivas le ves a la sección?

-Desde luego que se pueden incrementar sus potencialidades. Aún en la revista quedan profesionales con conocimiento y deseo de colaborar en ese necesario rescate. 

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