“Pusimos la mirada en los conflictos”

Sin los centelleos alcanzados en los años 40 y 50, llegó a los albores de este siglo la sección creada por Enrique de la Osa y Carlos Lechuga. Un grupo de entusiastas, liderados por Ariel Terrero, se propuso retomar las esencias  


“En Cuba, en su nueva etapa, nació el 14 de enero del año 2000. Aquel reportaje lo titulé ¿Cuándo termina el Período Especial?, una pregunta que latía entonces en la sociedad cubana. Intenté responderla a partir de un análisis que se apoyó en el examen de hechos, indicadores y datos económicos diversos, cruzados con la opinión de autoridades y de economistas.

“Durante la década anterior, algunos periodistas de Nacionales realizamos trabajos con igual sello, pero de manera irregular. Era un ensayo, sin haberlo concebido inicialmente como tal. Probamos fuerza hasta que pudimos publicar extensos expedientes en cada número de la revista”, puntualiza Terrero.

Trabajar en equipo y aplicar métodos científicos demostró mayor efectividad que la labor de cualquier “autor aislado, por muy experto que sea”, asegura el periodista.

“Nos propusimos que la sección fuera continuadora de la creada por Enrique de la Osa y Carlos Lechuga. Como ellos, pusimos la mirada en los conflictos cotidianos de la sociedad cubana. Sin embargo, no intentamos repetirla de modo automático, sino que la recreamos con recursos contemporáneos.

“Rediseñamos el espacio de información nacional, hasta entonces demasiado centrado en el seguimiento informativo de noticias que ya habían sido publicadas y republicadas en diarios, noticieros de radio y televisión. Organizamos un núcleo central de investigación formado por Caridad Carrobello, Vladia Rubio, Dixie Edith y yo. Recuerdo también la contribución de Herminia Rodríguez, Eduardo Jiménez y Toni Pradas. Luego, se fueron sumando Delia Reyes, Tania Chappi e Iramis Alonso, entre otros. Son muchos los que pueden decir hoy que contribuyeron con la sección En Cuba en aquella época”.

-¿Por qué el regreso al reportaje investigativo y al enfoque crítico?

-Este espacio ha sido definido como periodismo de investigación, pero me gusta calibrarlo mejor como periodismo en profundidad, que engloba tres corrientes: el interpretativo, el de precisión y el de investigación propiamente. Durante los cerca de 12 años en los cuales dirigí Nacionales y la sección En Cuba se publicaron textos de todas esas corrientes y también reportajes clásicos.

“Abordamos incluso casos de corrupción (tema clásico del periodismo de investigación) y otros que nos enfrentaron a autoridades de empresas y ministerios comprometidas con malos procederes.

Oficialmente este sería el primer En Cuba de nuevo cuño. / Archivo de Bohemia

“Lo que más me satisfizo desde el punto de vista profesional fue nuestra capacidad para desarrollar en equipo recursos propios del periodismo de precisión de Philip Meyer. En alianza con una socióloga experta en metodología de la investigación, Isabel Candelé, incorporamos de forma sistemática técnicas de limitado desarrollo en el ámbito periodístico: sondeos de opinión y encuestas masivas, dinámicas grupales, análisis del discurso y estadístico, entre otras. Nos permitieron profundizar en problemas sociales y económicos complejos, con acierto y precisión.

“Apostamos a encuestar, para un solo reportaje o expediente, a cientos de personas de todo el país, a veces cerca de mil. Combinábamos técnicas cuantitativas y cualitativas con recursos propios del periodismo de investigación. Este método nos permitía acercarnos lo más objetivamente posible a la raíz del problema y a la diversidad real de la sociedad cubana.

“Trabajábamos mucho; sin embargo, nos satisfacía. Porque obteníamos un material exclusivo, no como meros repetidores, sino mediante la profundización, el diagnóstico de las consecuencias y causas, la búsqueda de respuestas para problemas que no aparecían en otros medios.

“Logramos que nuestros resultados se adelantaran a veces a los que divulgaron autoridades y centros de investigación científica. Pasó con actividades de alta sensibilidad, como la alimentación y la distribución de medicamentos”.

-¿Hubo una intención consciente de asumir un discurso polémico?

-No pretendíamos sobresalir como polemistas. Pero tampoco rehuíamos ese tipo de discurso, porque sabíamos que era un resultado natural desde que poníamos la mirilla sobre conflictos de la sociedad, la economía, el consumo, las medidas en marcha, las relaciones sociales, la cultura. La controversia, la crítica, eran parte consustancial de la obra, no el objetivo en sí mismo.

-¿Los resultados cumplieron con las expectativas?

-Hicimos lo que pretendimos: desarrollar un periodismo en profundidad sobre realidades de la sociedad cubana. En los concursos ganamos bastantes premios, hasta el Juan Gualberto Gómez por la obra del año, en una ocasión. No obstante, siempre queríamos ahondar más y veíamos otros problemas para los cuales no nos alcanzaba el tiempo. Es lo lógico en el espíritu de un equipo de periodistas emprendedores.

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