La historia del duelo entre el chino Ding Liren y el indio Dommaraju Gukesh es un espejo de las batallas internas que todo competidor enfrenta
En el mundo del ajedrez, donde la mente es el principal campo de batalla, los nervios pueden ser tanto aliados como adversarios. El reciente Campeonato Mundial de Ajedrez 2024, celebrado en Singapur, ofreció una vívida ilustración de esta dualidad.
Un ascenso espectacular
El prodigio indio de 18 años, Dommaraju Gukesh, se alzó con el título mundial al vencer al entonces monarca, el chino Ding Liren, convirtiéndose en el campeón universal más joven de la historia.
Esto significa que superó en ese aspecto al notorio Garry Kasparov, quien tenía 22 años cuando en 1985 venció al también histórico Anatoli Karpov, un match muy publicitado del cual escribí durante mis 26 años en el periódico Granma.
Empezó bien
El asiático, quien había alcanzado la cima en 2023, llegó al campeonato cargado de altas expectativas y una serie de desafíos personales. A lo largo del torneo, todo ello se hizo evidente en su juego.
Aunque comenzó con una victoria en la primera partida, sus movimientos reflejaban falta de concentración. En la segunda, firmaron la división del punto. A partir de ese momento, los nervios jugaron un papel decisivo.
La batalla interna
Ding ha sido abierto al hablar acerca de su lucha con la salud mental. Después de su victoria en 2023, enfrentó episodios de insomnio y desánimo que afectaron su preparación y rendimiento.
La naturaleza exigente de este deporte lo llevó a buscar ayuda profesional para manejar su estado mental. Reconoció que todavía no ha superado su crisis desde que se coronó campeón, pero se mostró decidido a aprender de la experiencia y seguir adelante. Su actitud reflejó tanto el dolor de la derrota como un deseo genuino de superación personal.
Una opinión desgarradora fue expresada en abril por el noruego Magnus Carlsen, quien –a pesar de haber renunciado al título mundial– se mantiene como el número uno del ajedrez: “Me temo que Ding está roto para siempre”.
El nuevo rey mostró humildad y reconocimiento del talento y la lucha de su rival a lo largo del campeonato: “Todos sabemos que Ding es uno de los mejores jugadores de la historia. He podido ver cómo soportaba la presión y luchaba a un altísimo nivel. Es un verdadero campeón”, dijo.
Los especialistas consideraron que el error de Ding en la partida que lo llevó a perder el match es uno de los más graves registrados en un campeonato mundial.
La fortaleza mental
Por otro lado, Gukesh, a pesar de su juventud, mostró una notable capacidad para manejar el estrés. Enfrentarse a un campeón establecido como Ding podría haber sido intimidante; sin embargo, él lo pudo canalizar y así aprovechar las oportunidades que surgieron a partir de los errores de su oponente. Su victoria no solo es un testimonio de habilidad técnica sino también de su fortaleza mental.
Lecciones
La historia de este duelo es un recordatorio sobre cómo la mente influye en el rendimiento deportivo: la capacidad para manejar los nervios es tan crucial como la destreza técnica.
¿Qué podrá ocurrir a partir de ahora?
Discrepo con Magnus Carlsen: Yo creo que veremos el regreso de un Ding Liren fortalecido gracias a su voluntad y disciplina.