Y Cuba brilló en un Campeonato Mundial
Hace 20 años, por estos días del almanaque, la familia de la lucha cubana celebraba alto.
El detonante fue Budapest 2005, primer Mundial que reunió en una misma sede las tres modalidades: grecorromana, libre masculina y libre femenina.
Y no solo porque se trató del estreno de Mijaín López subiendo al punto más alto de un podio de esa magnitud, sino también por el desempeño de otros compatriotas.
La cosecha cubana resultó así:
Una de oro: La ya mencionada de Mijaín, como es conocido en la grecorromana, en la división de los 120 kilogramos.
Tres de plata: Yandro Quintana (60/libre), Yoel Romero (84/Libre), Alexis Rodríguez (120/Libre).
Dos de bronce: Alaín Milián (66/greco), Geandry Garzón (66/libre).
¡Esa faena nos dejó en el sexto lugar!
Y, por supuesto, contribuyó a la posición histórica que tenemos en estos momentos: en el dificilísimo Top 10, pues somos novenos (32 de oro-28 de plata-50 de bronce=110 en total).
Quiero recordar que un año antes Yandro Quintana se convirtió en el campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Me voy para Mijaín ya…
Un vencedor
La de Mijaín fue el inicio de un mito. El Gigante de Herradura rugió. En Budapest 2005, el mundo lo vio por primera vez. No como promesa. Como campeón de carne y fuego.
Un año antes, en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, se marchó sin medallas. Pero con los ojos encendidos por la revancha.
Ya en 2003, en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, había derrotado al estadounidense Rulon Gardner. Ahí también rugió.
Sí, al mismo que en la final de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 superó, hasta en ese momento, al imbatible ruso Alexander Karelin.
Ese triunfo de Mijaín fue aviso. El de 2005, confirmación.
Su estilo era fuerza, pero también inteligencia. No solo empujaba. Leía al rival como un libro. Desde entonces, cada Mundial fue su escenario. Ganó cinco títulos en ellos: Budapest 2005, Bakú 2007, Herning 2009, Moscú 2010 y Taskent 2014.
¡Y cinco oros olímpicos seguidos: Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020, París 2024!
Una hazaña única: ningún deportista tiene cinco oros de Juegos Olímpicos en un mismo evento individual.
Después de Atenas 2004 nunca perdió en Juegos Olímpicos. Jamás.
Su cuerpo parecía una muralla. Su mente, un radar.
En cada combate, dejaba algo más que técnica: una lección de paciencia y convicción, de sacrificio, de amor y entrega por su patria, por Fidel.
Mijaín no solo venció rivales. Venció el tiempo (en París 2024 ganó con casi 42 años). Eso no solo en el deporte, sino también en la vida, es el mayor de los triunfos.
Y desde aquel mundial cada niño que lucha lo imita.


















