Honor y espadas

Ramón Fonst, el primer cubano medallista de oro en Juegos Olímpicos


Aquel inolvidable esgrimista ha entrado saludando, con su espada invencible, en los dos últimos consejos editoriales de BOHEMIA (son cada martes). Hay varios motivos por los cuales ha ocurrido.

Uno: Aunque no asistieron esgrimistas cubanos a las Olimpiadas que se acaban de celebrar en París, no se olvida que, en la propia capital de Francia, en 1900, con solo 17 años de edad, se convirtió en el primer campeón olímpico cubano y de Latinoamérica y El Caribe de la historia, al obtener la medalla de oro en la competencia de espada individual. Además, logró la presea de plata en espada amateurs en el enfrentamiento con los mejores maestros y esgrimistas del certamen.

Ramón Fonst (a la izquierda) se volvía intocable. / trabajadores.cu

Sus incursiones en esas lides continuaron en la tercera cita olímpica de San Luis 1904, en la que ganó tres medallas de oro. Para ganar la del florete por equipos se unió al estadounidense Albertson Van Zo Post y a su compatriota Manuel Díaz. Allí estableció lo que sería un récord mundial y olímpico, pues no fue tocado ni una sola vez en los 24 enfrentamientos que disputó.

Dos: Bueno, tampoco se olvida algo muy relevante: hace pocos días tuvimos aniversario de su nacimiento (31 de agosto de 1883) y el de su fallecimiento (10 de septiembre de 1959). En esa fecha su velorio se realizó en el majestuoso Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Nacido en La Habana, Ramón Fonst Segundo se convirtió en un ícono de la esgrima y un pionero en la historia olímpica de Cuba y Latinoamérica. Su apodo, «El Nunca Segundo», refleja espíritu competitivo y éxito en las competiciones.

A pesar de haber vivido gran parte de su juventud en Francia, Ramón Fonst siempre mantuvo un fuerte vínculo con su Patria.

A lo largo de su carrera, se convirtió en un símbolo de orgullo nacional, destacándose no solo por sus logros como atleta, sino también por su dedicación a la promoción del deporte en Cuba.

En La Habana lleva su nombre una sala polivalente, ubicada frente a la Terminal de Ómnibus Nacionales.

Y durante muchos años desde 1966 se celebraron torneos internacionales en su honor, los cuales reporté en mi etapa anterior en el periódico Granma.

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