Un par de preseas en el Mundial Sub-23 de lucha y el premio del COI a Raúl Trujillo Díaz reaniman un deporte muy exitoso en Cuba
La varita mágica ha tocado tres veces en los últimos días a la familia de los luchadores cubanos. Cuando íbamos a escribir ya de las dos medallas de bronce en el Campeonato Mundial Sub-23 años, llegó una noticia adicional que multiplicó el júbilo.
¿Cómo organizamos esos y otros elementos que se desprenden de ello?:
El sabio chino Confucio (551 a.n.e.-479 a.n.e.) nos enseñó: “El hombre que persigue dos conejos no atrapa a ninguno”, un precepto aplicable hoy en cualquier esfera de nuestras vidas.
Señales estimulantes

Tras el discreto paso por el Mundial absoluto, en el cual solo Milaymis de la Caridad Marín (76 kg, libre femenino) alcanzó el podio con bronce, las expectativas hacia el certamen Sub-23 en Novi Sad, Serbia, estaban marcadas por la cautela. Sin embargo, Cuba logró dos preseas también de bronce lo cual devolvió confianza.
La primera correspondió a la librista Yaynelis Sanz (57 kg), una competidora de energía inagotable, comparada, por esas exageraciones permisibles, con una locomotora humana.
Llegaba con el aval de dos títulos en los Juegos Panamericanos Juveniles, pero su debut fue adverso: cayó 4-4 ante la bielorrusa Aryna Dzemchanka (marcó la última acción), quien avanzó a la final y la arrastró al repechaje.
Allí, Sanz mostró carácter: venció por pegada a la ucraniana Oksana Khomenets y superó 6-4 a la turca Emine Cakmak para asegurar el bronce.
Poco después, Geannis Garzón (79 kg), subcampeón de los Segundos Juegos Panamericanos Juveniles, también se abrió paso.
Tras perder 8-10 ante el turco Ibrahim Yaprak –a la postre medallista de plata–, aprovechó la repesca y encadenó tres victorias: 9-2 sobre el serbio Andrija Ivanovic, 3-2 frente al armenio Hayk Papikyan y 4-0 contra el ruso Nikita Dmitrijevs Mayeuski. Superar a un representante ruso, potencia histórica con 372 títulos mundiales, siempre tiene un valor simbólico añadido.
Aunque sin preseas, también sumaron experiencia internacional Greili Bencosme (50 kg., libre), Yonat Véliz (67 kg., grecorromana) y Orislandy Perdomo (70 kg., libre).
Archivos y memoria

Con estas dos conquistas, Cuba acumula 10 medallas en la historia de los mundiales Sub-23: cuatro de oro, una de plata y cinco de bronce.
La mejor cosecha se logró en Budapest 2019, con dos títulos y dos terceros lugares.
Entre nuestras trayectorias más notables resalta la de Milaymis Marín, campeona olímpica juvenil en Buenos Aires 2018, oro mundial de esa categoría en Tallin 2019, campeona Sub-23 en Budapest 2019 y bronce olímpico en París 2024.
Luego de aquel esplendor en 2019, llegó un vacío: lamentablemente no pudimos asistir a los cuatro torneos siguientes (Belgrado 2021, Pontevedra 2022, Tirana 2023 y Tirana 2024).
El regreso en Novi Sad 2025 marca un reinicio necesario. La ausencia costó desarrollo y fogueo, y el fogueo –tan elemental como imprescindible– sigue siendo la base del crecimiento deportivo.
Honra a todos

El tercer motivo de celebración llegó desde Lausana. El cubano Raúl Trujillo Díaz fue distinguido con el Premio del Comité Olímpico Internacional (COI) para Entrenadores 2025, en la categoría masculina.
El reconocimiento subraya “sus extraordinarios logros y sus contribuciones a la vida de los deportistas olímpicos y al movimiento olímpico”, leímos en Cubahora.
La ceremonia se celebrará el 24 de noviembre próximo en la sede del COI, en Suiza.
“Siempre trabajé para mi país, para nuestro pueblo grandioso, que merece este y muchos más premios”, declaró el prestigioso formador, guía del pentacampeón olímpico Mijaín López en sus tres últimos títulos.
El recuerdo se impone: tras el oro de Río 2016, Mijaín lanzó a su entrenador sobre el colchón en un gesto de celebración. Entonces le pregunté a Trujillo si quería repetirlo en Tokio 2020. La respuesta era conocida: “Claro que sí”. Y así ocurrió en Tokio (2021, por la pandemia) y, contra el almanaque, también en París 2024.
Es que Mijaín fue campeón en ellos días antes de cumplir 42 años de edad, convirtiéndose en el único deportista con cinco medallas de oro en Juegos Olímpicos en un mismo evento individual. ¡Es un récord muy difícil de igualar!


















