Milaymis y el rey Midas (XXIV)

La luchadora terminó con bronce, también una presea difícil de lograr, y… otros apuntes


Estimados lectores olímpicos:

El rey Midas salió a la escena este domingo aquí cuando la luchadora Milaimys de la Caridad Marín ganó este domingo la última medalla de Cuba en los Juegos Olímpicos.

Milaymis de la Caridad Marín: bronce olímpico. / Roberto Morejón

Esa presea de bronce es algo que sorprende y no sorprende, y que le dio un ligero toque al acumulado de nuestra representación, muy por debajo de lo pronosticado antes de salir de La Habana.

Lo siguiente que se debe escribir, a modo de recordatorio es que ella fue campeona de los Primeros Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires, Argentina, en 2018; siguió impulsada y resultó invencible en el Campeonato mundial juvenil celebrado en la ciudad estoniana de Tallin, en 2019, y en el Torneo Mundial de menores de 23 años, celebrado en Budapest, la capital húngara en 2019.

La buena hora en la Arena Campo de Marte de París le resultó complicada: relegada a la fase de repechage, en su segundo y definitivo combate, tenía que vencer nada más y nada menos que a la número uno del ranking, la subcampeona mundial de la división de los 76 kilogramos, Aiperi Medet.

La cubana, de 23 años de edad, quería con toda su fuerza subir al podio: y no le dio ninguna posibilidad, a La atleta de Kirguistán, como lo reflejó de manera contundente el marcador: 6-0.

“Lo disfruto como si fuera un oro. Todos los resultados que he alcanzado han sido con mucho sacrificio, tanto mío como de mis entrenadores”, expresó a la prensa poco después de concluir el combate.

Y agregó: “Tengo un entrenador al que yo le digo el Rey Midas, todo lo que toca lo convierte en oro. Gracias a su estrategia y a la forma en que me guio durante todo el combate logré mi objetivo”.

Es ineludible también recordar que la lucha femenina cubana logró aquí sus dos primeras medallas en Juegos Olímpicos, pues días antes Yusneylis Guzmán alcanzó una presea de plata en los 50 Kg.

Detrás de estos lauros, como se conoce, se encuentra el veterano entrenador Filiberto Delgado (sí, el rey Midas).

Bueno, hablando de medallas: en dura contienda Estados Unidos y China terminaron con la misma cantidad de oros (40). Los norteños tuvieron más de plata (44 por 27).

Cuba no pudo cumplir su propósito de quedar entre los 20 primeros, para lo cual se pensó fueran necesarias cinco de coronas; quedó en el lugar 32 (2 oro-1 plata-6 bronces=9).

Me voy de aquí con una insatisfacción. No me llegó la autorización para asistir a la ceremonia de clausura (que es de los eventos llamados de alta demanda). Quizás escriba de ella, es lo más seguro, ya desde La Habana.

Con afecto olímpico.

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