Nunca se rindió (XXIII)

Rafael Alba se convirtió en el único cubano del taekwondo con dos medallas olímpicas


Estimados lectores olímpicos:

Hubo un momento en los que cualquier persona sensata pudo dudar de si podría llegar a competir aquí en los Juegos Olímpicos. Quizás hasta él mismo…

Alba, a la derecha, se despidió por lo alto. / Roberto Morejón

Las lesiones lo perseguían, le impedían incluso en ocasiones seguir compitiendo, tuvo que ir al quirófano (con toda la incertidumbre que ello trae), estar alejado de su familia e hijo.

Pero Rafael Alba nunca se rindió. Y este sábado, con un nuevo bronce, que brilla muchísimo, se convirtió en el único cubano del taekwondo con dos medallas en Juegos Olímpicos.

Se trató de una noche inolvidable, en el majestuoso Grand Palais, otra de las joyas de la arquitectura parisina. El croata Ivan Sapina, de 24 años, y él aparecieron, como ocurre en gran idea, en la parte superior de una bella escalera, desde la cual son vistos en pantallas.

Después, a tono con el espectáculo, la descienden camino ya hacia el escenario de la competencia: el primero fue el croata con toda la fuerza de alguien que llegó a un repechage bajo los cinco aros, y el aval de una medalla de plata y una de bronce en campeonatos mundiales.

Sí, una joven promesa con la fuerza suficiente para aguarle los juegos y el cumpleaños al santiaguero.

Luego bajó Alba, también laureado en mundiales: dos preseas de oro y una de bronce.

El último combate de su vida, pues me dijo que se retira, Alba lo pudo manejar con una facilidad quizás inesperada. No hubo que llegar al tercer asalto. Los dos efectuados los dominó por 6-1 y 9-0.

Va a dejar un hueco muy difícil de llenar.

Se trató de otra jornada interesante:

Hubo momentos del día en los que Estados Unidos y China estuvieron empatados en la cima de la tabla de medallas, con 33 de oro. Pero cuando ya casi terminaba de escribir esta carta, a las dos de la mañana en París, los asiáticos llevaban una de ventaja (39 por 38).

Hablando de medallas: Cuba se encontraba en el lugar 29, con 2 de oro, 1 de plata y 5 de bronce, para un total de 8.

Y ahora, lo dejé para el final, quiero volver con Rafael Alba. Cuando pasó ante la prensa, todavía sudando, le escuché decir algo en que tuvo su toque de poeta:

“Me siento un campeón olímpico, por el simple hecho de llegar aquí, enfrentarme a todos estos monstruos y obtener una medalla”

Con afecto olímpico.

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