Foto. / cubasí.cu
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Una súper canasta

Leonor Borrell volvió a hacer historia al ser incluida en el Salón de la Fama de la Federación Internacional de Baloncesto, honor que tuvo antes otro atleta de Cuba, Ruperto Herrera


A veces, peinar canas tiene sus ventajas. Hace apenas unas horas, los recuerdos desempolvaron momentos de magia: la inigualable cubana Leonor Borrell brillando en las canchas. Su inclusión ahora en el Salón de la Fama de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) provocó este viaje al pasado.

¡Sí, otra súper canasta para la historia!

Muchos lectores de BOHEMIA deben estar reviviendo sus propias evocaciones de esta extraordinaria atleta. Quizás la vieron jugar de cerca, aquí mismo, en La Habana, durante dos de los eventos deportivos más importantes del continente: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982, donde conquistó el oro; y los Juegos Panamericanos de 1991, en los que nuestro país logró una histórica medalla de plata.

La hazaña de esos Panamericanos de 1991, cuando Cuba alcanzó la cima del medallero con 140 preseas doradas, continúa siendo un símbolo del orgullo nacional. En el baloncesto femenino, Leonor fue una figura central, una líder; transmitía fuerza y confianza, tanto dentro como fuera de la cancha.

Líder en mundial

Llegó a conquistar cuatro medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe (La Habana 1982-Santiago de los Caballeros 1986-Ciudad de México 1990-Ponce 93); y en Juegos Panamericanos una de oro (San Juan 1979, con apenas 15 años de edad) y dos de plata (Caracas 1983-La Habana 1991)

Se le vio sobre las canchas en dos Juegos Olímpicos, los de Moscú 1980 y Barcelona 1992. En estos últimos anotó 70 puntos, líder de forma amplia entre las nuestras, 28 de ellos en la victoria en el primer partido ante EUN (Equipo unificado formado por las exrepúblicas soviéticas).

Cuando se encontraba en camino hacia los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, luego de una larguísima carrera deportiva, se le presentó la posibilidad de ser madre: “Me consagré entonces a mi hija”.

Hay más en su expediente: cuatro campeonatos mundiales (Brasil 1983, Unión Soviética 1986, Malasia 1990 –¡medalla de bronce!, y Australia 1994), con destaque muy especial en el de 1986, en el cual fue la líder anotadora, con 187 puntos: promedió 26.7 por partido.

Felicitaciones

Este gran homenaje llegó con muchísimas felicitaciones, entre ellas, el mensaje especial del presidente de nuestro país Miguel Díaz-Canel, quien expresó en su cuenta de X: “Con apenas 14 años vistió las cuatro letras y desde entonces solo encestó gloria. Hoy se convirtió en la primera mujer cubana en el selecto grupo. ¡Felicidades, villaclareña!”.

Ella recibe ahora el honor de ser exaltada como una de las más grandes figuras del baloncesto internacional, como antes también lo mereció el destacado atleta cubano Ruperto Herrera, quien ganó medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.

La brillante ex jugadora, Licenciada en Cultura Física, nos recuerda que, con esfuerzo y talento, los sueños no solo se cumplen: se superan.

En cada movimiento, en cada enceste, Leonor Borrell dibujó un capítulo inolvidable en la historia de nuestro baloncesto.

Su ingreso al Salón de la Fama no solo coronó todavía más una carrera extraordinaria, también nos llena de esperanza, en un tiempo en el que los héroes son necesarios para inspirar.

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