Reflexionar, mientras reímos de “insignificancias” que abruman o alivian, es la propuesta que anima y da sentido al texto La literatura es cosa seria, disponible en librerías cubanas
Desde una poética singular y pinceladas de refinado humor, La literatura es cosa seria (Fondo Editorial Casa de las Américas 2020) convida a reflexionar sobre la cotidianidad, sus contradicciones y matices.
Sin ambages ni medias tintas, su autor -el periodista mexicano José Manuel Ríos Guerra (Hidalgo, 1980)- conquista la atención de los lectores con 13 cuentos cortos, salpicados de absurdos e historias hilarantes.
Quien se sumerge en este volumen de poco más de 90 páginas traspasa el umbral de ciertos universos alternativos, desafía los límites de lo inverosímil y se entrega de modo espontáneo a los desatinados e ilusorios relatos que aluden a un fans del boxeo devenido Floyd Mayweather; un actor que asume su “profesionalidad” a partir de irrisorias y disparatadas pruebas; un adicto al tabaco que emprende un delirante viaje al futuro solo por cigarrillos, entre otras narraciones.
Sin duda, son “relatos coherentes tanto desde la perspectiva tópica y estructural, mayoritariamente ingeniosos, con una arquitectura interna sólida, un lenguaje de gran precisión y giros muy atinados al pasado, referencias que confieren un sentido más profundo a las historias […]”, señaló sobre este texto el jurado del Premio Casa de las Américas cuando este autor resultara galardonado en 2019 con tan prestigioso lauro.
José Manuel Ríos Guerra estudió Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde temprana edad descubrió sus inquietudes literarias y, a partir de entonces, devino ávido lector.
“Leer es una experiencia estética y no ética. La literatura muestra, no demuestra”, confesó hace pocos años el escritor en una entrevista que concediera a un medio de prensa digital. Sin embargo, la devoción por el oficio del escriba no tuvo igual desprendimiento prematuro, así -entre tanteos e indagaciones- concibió su primer relato corto a la edad de 21 años.
A lo largo de su trayectoria creativa se ha formado en talleres de creación literaria con narradores del relieve de Alberto Chimal y Marcial Fernández, entre otros. En 2010, la Fundación para la Letras Mexicanas le otorgó una beca en narrativa y, tres años después, el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo aceptó su proyecto El balón rampante, en el apartado Jóvenes Creadores.
Durante años ha investigado en torno a la obra del filósofo, crítico literario y ensayista alemán, de origen judío, Walter Benjamín. Cuentos suyos han sido publicados en varios medios digitales y uno de los de mayor resonancia es Yo no me llamo Manuel. En 2015, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de su ciudad (Hidalgo) le concedió el Premio de Cuento Ricardo Garibay por la obra La conjunción de los astros y las estrellas.
En La literatura es cosa seria, Ríos Guerra “no pierde de vista el discurso individualizado, sabe apropiarse del idioma auténtico de cada personaje”, ha señalado la colega e intelectual cubana Sahily Tabares.
Tal aseveración sustenta la perspicacia del autor para (re)crear, modelar -con matices autorreferenciales de hondo alcance poético- la personalidad de individuos de carne hueso, atribulados y/o desafiantes en medio de las situaciones y las vicisitudes que impone la contemporaneidad.
De manera ejemplar y sagaz, Ríos Guerra construye a sus protagonistas permeados de temores, apegos o desapegos vinculados con la muerte y comprensiblemente, también, con la vida. Se muestra virtuoso en el oficio del escriba y cautiva desde esas visiones reveladoras que resultan de bromear con asuntos tan serios como la literatura.