Aprender haciendo, entre otros disfrutes infinitos

Resplandecen durante la programación de verano en la histórica Casa de las Américas donde la niñez, las familias y la comunidad comparten saberes y nuevas experiencias  


Lenguajes disímiles sugieren evocaciones y superaciones que pueblan la formación de las personas desde edades tempranas. La memorable Casa de las Américas es la Casa de todos, en la patria chica, Cuba, y en la patria grande, Nuestra América, como nos la nombró nuestro José Martí. Durante el verano esta acogedora institucional cultural mantiene activo un programa concebido para incrementar aprendizaje y disfrutes plenos de la niñez, las familias y la comunidad.

Rosita González (izquierda), directora de las bibliotecas José Antonio Echeverría y Roberto Fernández Retamar, comparte el disfrute de la sabiduría junto a los participantes en el encuentro. / Leyva Benítez

Cada convocatoria seduce mediante particularidades distintivas enfocadas en propiciar cercanías con el ser humano. Especialmente emotivas son las sesiones del Taller Crear para aprender. Moviendo la inclusión. Lecturas en la comunidad. Contagia el afán de una activa promotora, Rosita González Valdés, directora de las Bibliotecas José Antonio Echeverría y Roberto Fernández Retamar. Junto a su equipo creativo dan riendas sueltas al quehacer orientado en provecho del interés hacia el conocimiento y los descubrimientos de saberes.

Ella misma es partícipe de diálogos ilustrados, los comparte junto a varios artistas. Sin ocultar emociones relató a BOHEMIA: “Mostramos la variedad y riqueza de juegos tradicionales olvidados debido a usos reiterados del celular y de la computadora. Jugar descubriendo fábulas, músicas, personajes literarios, y mundos apenas conocidos, motiva a los de menos edad. También la acción alerta a padres y abuelos para que compartan tradiciones, mitos, vivencias acumuladas en la sapiencia y olvidadas, en ocasiones, debido a las rutinas cotidianas”.

Nunca olvida las preocupaciones de Haydée Santamaría, fundadora de la Casa y permanente inspiradora de cuanto acontece en este lugar donde tan bien se está. “Sus apasionadas y lúcidas observaciones nos guían. Grabaciones en su voz dirigen los recorridos por la Casa a puertas abiertas. Escucharla alienta la ternura. Haydée ejerció naturales, cálidas fascinaciones entre intelectuales, escritores, poetas, artistas, personalidades de Nuestra América y del mundo. Los acercó, los trajo a la institución. De esto da fe un rico epistolario, consta en archivos bien conservados”.

Para el artista Alexis Gelabert es una fiesta enseñar a la niñez. / Leyva Benítez

Sonrisas, palmadas, gestos de abrazo perpetuo crecen en el arte de la violinista, cantante y compositora Dayana del Carmen Rodríguez. Ningún pequeño se resiste al acto de interactuar.

Las alegrías impresionan, invaden el salón. De plácemes anda el destacado creador de las artes visuales Alexis Gelabert. “Me satisface enseñarles cómo se debe dibujar, el arte de la pintura y de la historieta. Mi tío abuelo Florencio Gelabert, prominente escultor, fue un maestro excelente. Dirigió la Academia San Alejandro. De ningún modo puedo transmitir su sabiduría en poco tiempo, pero aprovecho segundos y minutos, les explico la importancia del color, del relato contado en trazos y dibujos”.

Por su parte, el joven experto Williams Mendoza, subdirector de las bibliotecas, siente placer al enseñarles a los participantes una muestra del fondo documental de Casa. “Estos libros tienen estampadas las firmas de autores prestigiosos. Cuentan historias dando riendas sueltas a la imaginación. Al leerlas y verlas impresas los niños y las niñas sienten suyas magia, bellezas, incluso contextos lejanos”.

No sorprenden la pequeña que ve por primera vez “algo” desconocido, ni las obras de Gelabert. Tampoco el padre deseoso de explicarles a sus pequeños hijos los secretos del paisaje recién hecho por manos inexpertas.

Crecen los hervideros disfrutables de la memoria imperecedera. Imposible olvidarlo, la Casa ha sido sede de eventos, conferencias, coloquios, cursos, conciertos, lecturas de textos inéditos, talleres. El proceso de concepción y puesta en galería de la propia biblioteca evidencia la valía de labores sistemáticas. De esto dejaron constancias catálogos, programas de mano, dossiers de prensa, postales, objetos promocionales, carteles. Resguardarlos celosamente propicia compartir la historia interna de este lugar histórico, emblemático, vívido donde crece junto a la niñez y a la comunidad el campo visual de Nuestra América, los gozos de aprender, pues las alertas ante la descolonización cultural creciente en el exterior orienta la brújula de conocernos y reconocernos en el conmovedor gesto al defender lo propio en la educación a través de una comunicación sincera, esperanzadora, íntima, raigal.

Saberes y memorias compartidas nutren la experiencia de Williams Mendoza, subdirector de las bibliotecas. / Leyva Benítez
La niña quedó atrapada por una historia fabulosa. / Leyva Benítez
Muestra de la obra del artista Alexis Gelabert. / Leyva Benítez
Descubrir trazos y colores junto a los hijos animó a las familias participantes. / Leyva Benítez
Músicas y poemas fueron recreados junto a la artista Dayana del Carmen Rodríguez. / Leyva Benítez
Los juegos tradicionales nunca pierden vigencia. / Leyva Benítez

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