Cuba independiente y soberana

A través de ejemplos prácticos se invita a los lectores a apreciar la riqueza del lenguaje y a reflexionar sobre cómo nuestras palabras pueden influir en nuestras relaciones y en la forma en que percibimos el mundo

Por. / María Luisa García Moreno


Este 24 de febrero, los cubanos arribamos al aniversario 130 del comienzo de la guerra de independencia, la guerra organizada por nuestro Apóstol José Martí y cuyos objetivos se vieron frustrados por la intervención estadounidense en una contienda que ya los mambises tenían ganada.

Aunque pudo emanciparse de España, Cuba no alcanzó en esa ocasión la definitiva independencia –“libertad, especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otro”– de que habló Martí, pues quedó sujeta a una especie de protectorado. Emilio Roig de Leuchsenring, primer Historiador de La Habana, lo explicó así: “Desechada por el gobierno de Washington la anexión, en virtud de la repulsa enérgica del pueblo cubano, se echó mano de un sustitutivo […] la Enmienda Platt […]”.

Se inauguraba así un nuevo sistema: el neocolonialismo: “predominio e influencia determinantes, especialmente en el campo de la economía, por antiguas potencias coloniales, naciones poderosas y empresas internacionales sobre países descolonizados o en vías de desarrollo”. Y como afirmó Martí: “Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve”.

Soberanía, entre otras acepciones, es “poder político supremo que corresponde a un Estado independiente”, que se gobierna sin injerencia extranjera, término este que tiene entre sus sinónimos intromisión –“acción y efecto de entremeter o entremeterse”–, intrusión –“apropiación, sin razón ni derecho, de un cargo, una autoridad, una jurisdicción, etcétera”– y mangoneo, de mangonear, “dominar o manejar a alguien o algo”, manipular, disponer.

Los cubanos de hoy vivimos en medio de agobiantes problemas; algunos, debido a nuestras deficiencias, pero la mayoría causados por el injusto y criminal bloqueo, decretado por el presidente John F. Kennedy al firmar la Proclama 3447 el 3 de febrero de 1962 y que las sucesivas administraciones norteamericanas han ratificado por más de 60 años. Sin embargo, Cuba es hoy independiente y soberana. Por su dignidad y resistencia heroica ha conquistado el respeto de la humanidad.

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