A través de consejos prácticos y un mensaje profundo, la sección Un poco para todos busca, esta vez, inspirar a los lectores a cuidar tanto su cuerpo como sus relaciones personales
Secretos para acelerar el metabolismo
Entre el 50 y 60 por ciento de las personas que concurren a consulta con un dietista, preguntan cómo pueden acelerar su metabolismo para poder quemar más calorías por día. Este tema se abre a todo tipo de discusión, pero si el objetivo es lograr este beneficio, se deben elegir cuidadosamente los ejercicios.
Por ejemplo, algunas mujeres de entre 30 o 40 años que no pueden alcanzar una optimización de su metabolismo, con solo realizar ejercicios aeróbicos acompañados de un peso adicional lo logran. Algunos estudios han mostrado una diferencia notable en el metabolismo de una persona cuando se ejercita con un peso adicional y quien no lo hace.
Si combinamos el levantamiento de carga diaria, con ayuda de ejercicio aeróbico, se obtienen resultados muy favorables en un período corto. Esto se puede comprobar con solo medir la cintura antes y después de haber empezado el entrenamiento.
La pérdida de masa muscular
Desafortunadamente, a partir de los 25 años se empieza a perder una décima de nuestros músculos. Es parte del proceso de envejecimiento y se puede retardar empezando con una rutina de entrenamiento. Si se inicia un programa con peso adicional y se hace regularmente, la masa muscular empezará a estar firme.
Una estrategia que permite descansar dentro de un fuerte entrenamiento es la de dedicar un día a ejercicios que demanden mucho esfuerzo y luego otro día a los más livianos. Mucha gente se esfuerza de manera inútil sin ver muchos resultados y es porque no tienen la fuerza del entrenamiento, ni la constancia que se requiere. La manera más segura de perder peso y elevar el metabolismo es hacer ejercicios con peso adicional.
El entrenamiento debe ir unido con una dieta sana, basada en alimentos naturales que aporten toda la energía necesaria para poder llegar a la meta tan deseada.
Un buen consejo: los especialistas recomiendan un mínimo de dos días de descanso en el entrenamiento semanal.
Párate un momento
Esta es una historia que te hará reflexionar. No dejes de leerla, merece la pena.
Un amigo abrió la gaveta de la cómoda de su esposa y levantó un pequeño paquete envuelto en papel de seda:
“Esto –dijo– no es un simple paquete, es lencería”.
Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita tela.
“Ella compró esto la primera vez que fuimos de viaje, hace nueve años. Nunca lo usó. Lo estaba guardando para una ‘ocasión especial’. Bueno… creo que esta es la ocasión”. Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir.
Volviéndose, el amigo, dijo:
“No guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial”.
Desde que conocí esta historia sigo pensando en esas palabras… y le han dado un cambio a mi vida.
Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en la terraza y admiro la vista. Paso más tiempo con mi familia y amigos.
Ya no guardo nada. Me pongo mi abrigo nuevo para ir al trabajo, si así lo deseo. Ya no guardo mi mejor perfume para las fiestas especiales, lo uso cada vez que quiero hacerlo.
Las frases “algún día” y “uno de estos días”, están desapareciendo de mi vocabulario.
Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora.
No estoy segura de lo que habría hecho la esposa de aquel hombre si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos tan a la ligera.
Creo que hubiera llamado a sus familiares y amigos cercanos. A lo mejor, hubiera llamado a algunos antiguos amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado.
Son esas cosas dejadas de hacer, las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas.
Enojada porque dejé de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto “algún día”… Enojada porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir “uno de estos días”. Enojada y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia cuánto los amo.
Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que dé risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana me digo a mí misma que este día es especial, cada hora, cada minuto… es especial.
Piensa que ese “uno de estos días”… está muy lejano o puede no llegar nunca…