El arte de la provocación

Peligrosa combinación de fake news, odio y extremismo en el Reino Unido. Y no solo allí


Axel Rudakubana es el único acusado de asesinar a tres niñas, de nueve, seis y siete años, y herir gravemente a ocho más con un cuchillo de cocina. El reciente ataque tuvo lugar en Southport, una ciudad en la costa al norte de Liverpool, Reino Unido, durante una clase de baile con música de Taylor Swift. El detenido nació en Cardiff hace 17 años. Un dato importante, porque quiere decir que es ciudadano británico y no un musulmán extranjero, como se decía.

Una fake new desató la primera gran crisis del gobierno laborista de Keir Starmer. / latimes.com

La difusión del bulo desató una ola de violencia de derecha y marcó la primera gran crisis del gobierno laborista de Keir Starmer. Los disturbios duraron más de una semana. En varias ciudades, los manifestantes convocados por redes sociales atacaron mezquitas y centros comunitarios. Quemaron coches y se enfrentaron a la Policía. En Rotherham, intentaron asaltar un hotel donde se alojaban solicitantes de asilo. En Liverpool, incendiaron una nueva biblioteca destinada a ayudar a los residentes a encontrar empleo y asistencia social.

Plataformas digitales relajaron sus herramientas de moderación y permitieron el regreso de figuras extremistas. El propio Elon Musk, dueño de X, echó más leña al fuego al difundir imágenes de los disturbios y afirmar que la guerra civil era inevitable.

La retórica intolerante alimentó los destrozos. La presión llegó al punto de influir en el juez del caso, quien decidió permitir la publicación del nombre del sospechoso para desmentir rumores; todo esto, a pesar de que en su país las leyes prohíben la divulgación de datos que puedan llevar a la identificación de un menor involucrado.

Los sucesos mostraron el deterioro de la convivencia en el Reino Unido. / actualidad.rt.com

En Irlanda, el pasado noviembre, un apuñalamiento parecido provocó un estallido y desde entonces los ultras intentan utilizar cualquier incidente. La toxicidad en redes y la criminalización de migrantes, común en el Partido Conservador durante años, contribuyeron a este incendio.

La respuesta de las autoridades fue la de tratar el problema como una cuestión de orden público, anunciar más policías y juicios rápidos, y tildar a los manifestantes de “matones”. Efectivamente, cometieron actos graves. Pero también los sucesos mostraron el deterioro de la convivencia en el Reino Unido, derivada de una normalización de un lenguaje deshumanizador y de un Internet no regulado.

Channel3 Now se disculpó por la información falsa y aseguró que “el equipo responsable de la publicación será despedido”. Sin embargo,  hay un adolescente culpable de un crimen horrible y una combinación explosiva de xenofobia y desinformación en juego.

En todos los países, los sectores desfavorecidos tienden a ser más nacionalistas que los privilegiados. Una década de gobiernos conservadores centrados en fomentar odios e ideologías ha resucitado tendencias terribles. En esas zonas olvidadas, en las que escasean los servicios sociales y las oportunidades laborales, donde están los hostales que llevan años dando cobijo a los atacados por el extremismo.

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