Pasión, entrega, estudios sistemáticas distinguen la madurez reflexiva del doctor Rafael Acosta de Arriba. / Leyva Benítez.
Pasión, entrega, estudios sistemáticas distinguen la madurez reflexiva del doctor Rafael Acosta de Arriba. / Leyva Benítez.

El personal arte de contar la historia

Ensayista, poeta, crítico de arte, historiador, docente, Rafael Acosta de Arriba aporta, en esta oportunidad, otro libro devenido referente para la sociedad cubana


De vuelta a la imprescindible búsqueda de conocimientos en tanto motivación inherente al ser humano desde edades tempranas disfrutamos saberes y complacencias al releer, o más bien estudiar en profundidad, la cuarta edición de un libro esencial, Los silencios quebrados de San Lorenzo, resultado del paciente, minucioso y creativo quehacer investigativo de Rafael Acosta de Arriba, doctor en Ciencias Históricas (1998) y doctor en Ciencias o posdoctorado (2009).

Publicado por Ediciones Boloña en el iluminador volumen de 369 páginas son incluidos nueve textos nuevos que solo fueron dados a conocer en prólogos o revistas. Sin duda, constituye una adición considerable, además del índice onomástico herramienta de lectura y recuperación de investigaciones útiles para interesados en la historia de Cuba y sus próceres.

El autor revela precisiones indispensables tras realizar durante casi 40 años estudios sobre la vida y la obra de Carlos Manuel de Céspedes. Poco se reconoce, o no cuanto lo merece, la distinción de la escritura narrativa del intelectual enfocado en ver y hacer ver a los demás las dimensiones de su objeto de estudio. Este valida la sapiencia inmanente del poeta, ensayista y crítico de arte; orienta en la obra amplios sentidos antropológico, psicológico, histórico, humanista y las dimensiones de una figura monumental.

El prolífero autor de libros esenciales ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos la Orden Carlos J. Finlay y la Distinción por la Cultura Nacional. / Leyva Benítez.

Emociona su recuento sobre la noche de finales de 1988. “Pernocté en San Lorenzo, a la intemperie, venciendo opiniones contrarias a tal decisión personal, aludieron a riesgos que no existían realmente. Esas horas de meditación en el lugar de su muerte fueron un complemento ideal a las indagaciones y hallazgos encontrados en los museos y archivos de Bayamo y Manzanillo, así como a los encuentros con los historiadores de ambas ciudades, Enrique Orlando Lacalle Zauquest y Modesto Tirado. Fue un momento sensacional de todo el proceso investigativo que no se detiene y se detendrá hasta el final. De esa noche y madrugada en vela extraje la idea, planteada en uno de los textos de este libro, de que las claves sobre la vida de Carlos Manuel de Céspedes están allí, en esa cima montañosa oriental. Que esta anécdota, que tanto le escuchaba a Eusebio Leal, legitime el título del libro”.

Más de una confesión del íntimo sentir y de lo hallado tras múltiples afanes afloran en profundas conjeturas sobre el hecho histórico. La mirada de Acosta de Arriba “apresa” al patriota bayamés: “Hombre culto, piensa su país y lo piensa libre e independiente. No cae en tentaciones autonomistas o anexionistas por más atractivo que pueda resultar a todo hombre liberal el poderoso vecino del norte con sus modernas instituciones democráticas y el culto a los derechos individuales, conceptos que le eran muy caros.

“Cuando se enfrenta al dilema de evolución o revolución, elige conscientemente la segunda, pues ha concluido que la solución reformista está agotada. En todo momento Carlos Manuel de Céspedes está pensando su país, lo moldea como un escultor, lo taza como un arquitecto, lo percibe como un pintor. Hay mucho de artista en su concepción de la república cubana, quizás tanto de la inspiración del poeta como de la precisión del jurisconsulto”.

Apreciemos el personal arte de contar la historia de quien acaba de ingresar en la Academia de Ciencias de Cuba. El discurso diseñado por él tiene la categoría expresiva del relato estético actualizado, constituye un recurso que ayuda a orientar la subjetividad y el desarrollo del pensamiento analítico, interpretativo, crítico cultural. Abre vías comunicativas y re-descubrimiento de tópicos diversos. Lo patentiza mediante la sintaxis elaborada, aporta exquisito buen gusto, bagaje cultural, persistencia y capacidad de apreciar más allá del mundo circundante. En exclusiva con BOHEMIA muestra su modestia. Ante los fructíferos caminos recorridos apenas reconoce: “Siento el sano placer del aprendizaje. Escritores y pensadores de nuestra cultura, opinaron sobre Céspedes; para mí ha sido fundamental aprovechar ese legado, trabajar con él. La relación es amplia, Lezama Lima, Eliseo Diego, Hortensia Pichardo, Fernando Portuondo, Herminio Portel Vilá, Gastón Baquero, Fina García Marruz, Cintio Vitier, Jorge Ibarra Cuesta y otros. Es una relación impresionante.

“La historia posee una perspectiva visual, esto no se debe soslayar; en algunos de los ensayos del libro está presente. Manejo un concepto de cultura vasto, plural, dinámico y vivo, donde caben muchas lecturas, se trata de una cultura en movimiento siempre, que intenta registrar el extraordinario siglo XIX cubano. Respecto a Carlos Manuel de Céspedes cada vez que leo sus cartas, diarios, documentos escritos cuando era gobernante, me surgen nuevas ideas. Seguiré investigando. Incluyó esta visión en la cubierta del libro. Me satisfizo una imagen de la floresta, manigua o bosque cubano con un fragmento de un soneto escrito por Céspedes dedicado al naturalista y antropólogo español Miguel Rodríguez Ferrer, su gran amigo, también lo fue de Perucho Figueredo. Se puede apreciar que el joven Carlos Manuel ya pensaba, a sus veintitantos años, en las ideas libertarias.

“Su vida merece ser llevada al séptimo arte. El realizador Manuel Herrera está trabajando un guion sobre el tema, lo estoy ayudando. Él es otro cespediano confeso, activo. Defiende el proyecto desde los inicios en el cine, de vieja data como se sabe. En el presente se han dado las condiciones para acometerlo y, al parecer, el Icaic, acogió la película con entusiasmo”.

Indagamos sobre una quinta edición de Los silencios… incorporando los trabajos que seguirá acumulando. “Debo acometer la biografía del héroe. Desde luego, la biografía es una obra para dedicarle todo el tiempo, de ningún modo admite simultanear varios proyectos. Seguiré investigando y promoviendo la vida y la obra de Carlos Manuel de Céspedes. Solo eso”.

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