Durante la Primera Bienal Internacional de Humor Político, notables artistas de varios países unen voluntades y quehaceres creativos que alertan desde la cultura a la toma de conciencia sobre el significado del neofascismo para la humanidad

Los universos de la visualidad y de las palabras se despliegan por doquier de manera dinámica. Es preciso ver, leer, interpretar símbolos, mensajes, códigos que alertan intencionalmente sobre el aquí y el ahora, el mañana y el porvenir, lo entrañable y los dolores de conflictos sin resolver en el mundo ancho, nunca ajeno.
Hasta el próximo 28 de junio, la Primera Bienal Internacional de Humor Político lidera en varias instituciones culturales en La Habana. Ha colocado en la mira un libro esencial: El mundo después del coronavirus (Editorial Arte Cubano). Sus autores, Arístides Hernández, Ares, y Félix López expresaron su arte mediante las caricaturas y las palabras, respectivamente. La tesis del volumen plantea: por más grave que sea el escenario pospandemia, la esperanza se pondrá a la altura del sol, que siempre refleja la sombra oscura detrás de nuestra espalda.
El sentido esperanzador de esta anticipación no se concreta hoy en la práctica, pues el resurgimiento del fascismo en el mundo y el impacto de la globalización y de los fenómenos que ella genera de ningún modo permiten seguridad y una existencia placentera.
Al contrario, proliferan las incertidumbres y la destrucción de las economías más fuertes del planeta. Escuchemos la alerta que defienden los humoristas gráficos en esta Bienal. Todos debemos ser conscientes de los peligros andantes. Y en el volumen, al leer las piezas de Ares, Premio Nacional de Humorismo, que tienen un oportuno complemento en la escritura de López, comprendemos, como ambos señalan: “Desde hace muchos años atrás, la especie humana está sufriendo otras enfermedades que necesitan de urgente inmunización. Nos referimos a otros virus sociales que se alojaron en nuestra alma, en la siquis, en el cuerpo y en el modo diario de comportarnos… Quedamos literalmente en shock cuando pensamos en el alcance y las consecuencias de esta otra pandemia silenciosa: violencia, polución, ignorancia, machismo, censura, terrorismo, guerra, drogas, fascismo, miseria, hambre, mentiras y racismo”.
Cada una de las 126 páginas contentivas de ideas, pensamientos, sabiduría y reflexiones llevan adelante una especie de precepto: sanar el dolor del prójimo a través del arte. Lo comparten 66 creadores de 24 países en estrecha complicidad, pues nos muestran en exposiciones, talleres, filmes e intercambios formas de contribuir desde la cultura a la toma de conciencia sobre el significado del neofascismo para la humanidad.


Agucemos los oídos y la capacidad de reconocernos. Este libro anticipa y descubre verdades. “La sensibilidad es un antídoto contra todas las epidemias sociales”. Lo asumen quienes cultivan el humorismo gráfico al ejercer la crítica responsable, sin complacencias. Porque “la historia continuará más allá de nosotros”. El conocimiento contribuye a superar las próximas emergencias globales. Estar alertas, sí, de nuevo, una y otra vez.