Galafre’2024: Cuando se lleva a los amigos en el alma

Siete exalumnos del antiguo Instituto preuniversitario Hermanos Saíz, de Pinar del Río, se reunieron entre el 5 y el 8 de octubre en la playa de Galafre, al sur de esa provincia, tras casi 53 años sin intercambiar como lo hacían en los años juveniles. Fueron jornadas para guardar como recuerdos inolvidables


Un barco frágil de papel/ parece a veces la amistad, / pero jamás puede con él/ la más violenta tempestad, / porque ese barco de papel/ tiene aferrado a su timón,/ por capitán y timonel/ un corazón…

Durante el encuentro de exalumnos del pinareño preuniversitario Hermanos Saíz Montes de Oca, más de una vez vinieron a mi mente las estrofas del poema musicalizado A mis amigos, del argentino Alberto Cortez. No se veían desde hacía 52 años una parte del pequeño grupo que se reunió en la casa –denominada por nosotros Mansión Arcoíris– de Amando José Eliot (Mandy o Armandín), allá en la playa de Boca de Galafre, en el municipio de San Juan y Martínez, al sur de Vueltabajo.

Se había creado una gran expectativa en torno a la gran reunión, cuya idea surgió en el mes de agosto, tras una invitación que me hiciera Armandín. Entonces escribí lo siguiente en Facebook: “Los amigos suelen asombrar cuando menos lo imaginamos. Brindan lo que tienen de manera espontánea, sorpresiva, sin que haya mediado solicitud o petición alguna: solo el placer de la amistad”.

Foto. / Annia Díaz Fabelo

Hablé acerca de que una invitación así, en el tórrido agosto, era una tentación, pero la situación del transporte provocaba una verdadera frustración. “No obstante, como este tipo de invitaciones no se rechazan, sino se posponen, quedó en pie para otro momento y poder contar así con la participación de otros amigos que residen en Pinar del Río. Imagino que el encuentro va a ser fabuloso, porque, más que con trusas y otros artificios playeros, todos iremos con ‘traje’, para hacer más grata la estancia”.

Una idea que echó a andar

Hay que decir que Armandín es muy ocurrente y, sobre todo en agosto, echó a andar la idea que él denominó Convención Geriátrica Galafre’2024, porque todos los posibles concurrentes rebasan los 70 años. Fue muy importante el llamado, ya que a esa edad los mayores están en casa, procurando sobrellevar el día a día en medio de la compleja situación del país, con los abastecimientos, la inflación y la carencia de combustible. De hecho, llegar hasta la playa de Galafre significó un gran reto, por las dificultades con el transporte.

El 2 de septiembre se presentó la convocatoria con todos los requisitos de cualquier evento, solo que contaba con unas exigencias especiales: No fijarse en las huellas que el paso del tiempo había dejado en las apuestas figuras participantes como delegados y eliminar las palabras panza, calvicie, várices, celulitis, artrosis, hipertensión, diabetes y otras dolencias que vienen con la edad. Cada cual seguiría su tratamiento sin hacer comentarios, algo así como “sin mencionar el santo”.

Fue una chispa que encendió el grupo de WhatsApp “Amigos del pre PR” al que pertenecemos los que cursamos la enseñanza media superior en el pre de Pinar, como le decíamos todos al prestigioso centro educacional. Comenzaron las iniciativas, las inscripciones y los aportes voluntarios para contribuir a la brillantez del ansiado encuentro.

Así son los atardeceres y amaneceres en esta sureña playa de Vueltabajo. / Veneranda Rivera.

Vale decir que el grupo está integrado por cubanos que viven en Cuba y en el exterior; la generalidad de ellos estuvo al tanto. No es de extrañar que entre los miembros de la Comisión Organizadora estuviera uno residente en España que participó activamente en todo lo relacionado con la música y ofreció sugerencias para reencuentros futuros. Ese grupo de trabajo lo integraron:

Antonio José Eliot Fuentes………………presidente

Mario Díaz Ordaz……………………………..vicepresidente

Gustavo Luis Hernández Puentes…..miembro para la recreación

Irene V. Izquierdo Rivera………………..miembro para la comunicación

Victoriano Díaz Fabelo……………………..miembro para la logística.

Fueron jornadas muy intensas de acondicionamiento de la Mansión Arcoíris, de coordinación, de ultimar detalles, de garantizar aportes de los participantes y de recepción de los donativos, así como de recoger sugerencias para este y eventos futuros. Porque este ha sido el primero; se pronostican muchos más.

El evento

Después de un viaje de La Habana al entronque de Boca de Galafre en ómnibus, el acceso a la playa fue en coche tirado por caballos. /Veneranda Rivera

El sábado 5 de octubre llegamos al lugar los participantes, con la ansiedad de reunirnos más de medio siglo después. Se había concebido un programa que no se pudo concretar porque los prolongados apagones y las lluvias incidentales lo impidieron.

Pese a esos inconvenientes todo estuvo muy alegre y divertido, no se paraba de hacer cuentos acerca de las travesuras, los romances y las escapadas de algunos turnos de clases para llegar temprano a casa, especialmente los que vivían en los municipios más alejados de la ciudad capital.

Un relato que nunca se olvida es aquel en que el director del pre le retiró la bandeja del almuerzo a Armandín. El chico siempre ha sido un cuentista cubano –muy simpático, además– por lo que conversa mucho. Un día, en el comedor del centro, que era para los residentes en los municipios, Francisco Romero –así se llamaba, ya fallecido–, se paró en la puerta y, mientras otros muchachos terminaban y retornaban a las aulas, Armandín seguía inspirado en sus historias, por lo que Pancho le dijo: “usted no tiene hambre, usted lo que quiere es conversar y para eso está el parque”, y le retiró el almuerzo. Ya no le quedaba mucha comida, por lo que él ni protestó. El escarmiento le sirvió para ser, en lo sucesivo, uno de los primeros en terminar.

También se comentó acerca de los excelentes profesores de la época, con énfasis en la doctora Emilia Delgado, de Español y Literatura; de Floraida, la teacher, de los profesores de Educación Física y de otros cuyos nombres se han ido borrando en el tiempo.

Hubo momentos muy hermosos de compartir la comida que entre todos llevamos, porque todos nos esforzamos para que no hubiera carencias y así fue. Probamos el vino que hace Mario, las cervezas que aportó Juan Ramón, el pescado que trajo el doctor Victoriano Díaz, la leche que le compró Armandín a los campesinos, y de la cual hizo mantequilla para los desayunos. El pan fue abundante y, en realidad, no hubo carencias.

Un paisaje inspirador. / Victoriano Díaz Fabelo.

No faltaron las vivencias de la vida laboral. Hoy todos jubilados, “pero no retirados”, según comentó alguien durante uno de los diálogos colectivos: Mario e Idania Medina Izquierdo, ambos son ingenieros químicos en la especialidad de Alimentos; él hace carrera como vinatero y ella, como abuela; Juan Ramón Acosta Vento pasó toda su vida laboral en la Empresa de Proyectos No. 1 de Pinar del Río y hoy está recontratado en la Empresa de Investigaciones Aplicadas (ENIA) de la provincia; Armandín ha sido profesor de diversos niveles de enseñanza y ahora pasa más tiempo en la casa de la playa que en la de San Juan; Elia Pérez Tamargo, además de ingeniera agrónoma, ha encontrado una segunda profesión en la artesanía. Victoriano, un excelente ginecobstetra, ha vuelto a las consultas del policlínico Modesto Gómez Rubio en San Juan y Martínez. Y esta reportera está recontratada en la revista BOHEMIA.

Se podrán contar infinidad de anécdotas, que quedan para la historia, pero ese contacto directo entre viejos amigos es inenarrable. Hay que vivirlo para saber qué se experimenta. Por eso vuelvo al poema de Alberto Cortez: Amigo mío, si esta copla como el viento/ adonde quieras escucharla te reclama, / serás plural, porque lo exige el sentimiento / cuando se lleva a los amigos en el alma.

Variado el menú, con el aporte de todos. / Veneranda Rivera.
Llegó el café, en tazas de cerámica del artista Mataco-chinos. / Ileana Eliot

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3 comentarios

  1. Todo muy interesante me alegro mucho para esas personas un día de recreación maravilloso yo soy amiga de elia perez y me alegre mucho por ella
    nosotros tenemos un grupo de WhatsApp y nos reunimos somos compañeras de una clínica que se llama serenity.

  2. Bello artículo que refleja una linda realidad, un reencuentro inolvidable,todos los presentes y a los que no nos fue posible asistir, lo vivimos intensamente y estuvimos al tanto de cada detalle , importante pensar en otros encuentros, éso hace que se estimulen y se vivan lis momentos bellos de la vida. A la escritora que fue parte y el corazón de la iniciativa ,Felicitaciones ,también para el resto de los cros ,valiosos e inolvidables.

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