Entre sus propuestas de campaña está la entrega sin reservas a Israel, ayuda condicionada a Ucrania y rivalidad con China
¿El rebullicio mediático en torno a las elecciones de Estados Unidos nos hará olvidar que los guiones se preparan con antelación? Hace unos días, el America First Policy Institute presentó un libro centrado en la posible reelección de Donald Trump, con reflexiones y pautas sobre política exterior y seguridad nacional.
La publicación criticó la demora del magnate en la implementación de sus medidas durante el anterior mandato. Los autores pusieron como ejemplo que antes de las elecciones, el equipo de la demócrata Hillary Clinton había presentado más de 1 000 nombres para futuras autorizaciones, mientras el de Trump solo tenía 25.
Editado por Fred Fleitz, el jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional del republicano, el volumen abordó la situación internacional y reafirmó el apoyo cerrado a Israel, en sintonía con las posturas expresadas en público por el propio empresario.
De hecho, una exfuncionaria de la anterior gestión, Ellie Cohanim, sostuvo que Washington debía apresurarse en facilitar 25 nuevos aviones de combate, un escuadrón de F-15 EX de Boeing y uno de helicópteros de ataque Apache E. Además, comentó que debería presionar a los Estados árabes para que paguen la factura de la reconstrucción de Gaza.
Menos detalles mostró el texto sobre cómo llevar a la práctica esa proclama de Trump de acabar en un día con la guerra de Ucrania. El documento se dedicó más a culpar a Biden del conflicto. “Esta tragedia fue resultado de la incompetencia de su administración y caótica política exterior […] lo que no debemos seguir haciendo es enviar armas”.
En cuanto a China, la describió como la amenaza más acuciante para la seguridad nacional y planteó una política dura, especialmente en lo económico y tecnológico. Recomendó la prohibición a los ciudadanos del gigante asiático de comprar tierras en un radio de 50 millas de cualquier propiedad estadounidense y restricciones de visado.

Otra cuestión importante abordada fue la frontera. Se mezcló ahí la política interior y la exterior. Según se mencionó, existen suficientes poderes que la Administración Biden se niega a utilizar y “deberían aplicarse inmediatamente para asegurar los límites del país”. En varias ocasiones, el multimillonario usó a los migrantes indocumentados como eje de su campaña para regresar a la Casa Blanca. Con una terminología filonazi, exigió el cierre de la frontera con México, bajo el argumento de que las personas procedentes de América Latina, el Caribe, África y el Medio Oriente ensucian la sangre norteamericana.
Trump es el primer candidato que hace campaña mientras enfrenta cuatro juicios criminales (un total de 91 cargos) más otros casos civiles. Un editorial del diario mexicano La Jornada señaló que sus mentiras constituyen poco menos que un llamado a la subversión y reeditan el conato de descarrilar la de por sí deficiente democracia estadounidense.


















